Stan Smith, las zapatillas que se van a comer la primavera

Si necesitabas alguna prueba de que el 2014 fue el año de la ropa deportiva, no tienes más que mirar hacia abajo. En concreto, hacia tus zapatillas. No sé si esto se debe a la fiebre del running que contaminó a todo el mundo (por cierto, me da igual cuántos kilómetros has hecho con Stravda, quítalo de tu FB pls), o si un sentimiento generalizado de que si el mundo se acaba, más nos vale ponernos cómodos; pero parece que la sociedad entera ha tomado la decisión de deshacerse de los brogues y apostar por las zapatillas.

Y no unas cualquiera. En el 2014, las más lucidas fueron las Nike Air Max. En pleno revival noventero, esta zapatilla, que antes reinaba en las pistas de baile de la Ruta, o en las gradas de los estadios de fútbol, de repente apareció en lugares tan dispares como los barrios de extrarradio o las salas de reuniones de marcas de publicidad. Con chino cortado al tobillo (¡pero ojo! no remangado), o con leggins y chaqueta de beisbol, las Air Max hablan de la calle, del relax y sobre todo, (gracias a unos ‘colorways’ que solo puedo describir como ‘fluo italiano’), de la individualidad.

Pero ningún reinado es para siempre. Sobre todo en el mundo de la moda, donde las tendencias cambian más a menudo que los camellos de móvil. Este año, después de tanto color, era inevitable que las tendencias se volvieron algo mas neutrales. Y justamente, si mirabas al suelo en las semanas de la moda en Nueva York o Londres, todo era blanco. En concreto fue el modelo de tenis icónico de Adidas, Stan Smith, el elegido por las fashionistas como el look del año. Y con razón; ¿a quien no le gustan las Stan Smith? Es el zapato amado por raperos y rockeros en igual medida, y, a la par de las Reebok Classic, el zapato que mejor definía la era de britpop, Loaded, y el lad británico. Un estilo, si tomamos la popularidad del actor Jack O’Connell, o los diseños de Christopher Shannon en cuenta, que apunta ser el look del año.

Sobre todo, la popularidad de esta zapatilla icónica y sencilla marca otro paso en la evolución de la ropa masculina hacia la comodidad y la idiosincrasia. De allí el encanto de llevarlas con un traje en azul marino con camisa blanca sin corbata. Ha llegado el momento de romper las reglas. Y muy bienvenido sea.