La “Escola del mar”

El bueno y prolífico arquitecto Josep Goday construyó en Barcelona ocho escuelas pero se conservan sólo siete ya que las bombas que cayeron sobre la Barceloneta en tiempos de la guerra civil destruyeron la Escola del Mar.

UNA ESCUELA SOBRE LA PLAYA
El edifico estaba asentado directamente sobre la playa descansaba sobre pilones de cemento armado y constaba de planta baja y piso. En la planta baja estaba la Dirección, la sala de enfermería, el servicio de limpieza, un parvulario y el comedor. En el piso se situaban cuatro aulas y una gran sala de actos. Había además de baños un espacio destinado a duchas.

El equipo docente de la escuela estaba dirigido por el pedagogo Pere Vergés y el lema de la escuela aún sigue de plena vigencia: pensar, sentir, amar.

EDUCACIÓN Y SALUD
Los antecedentes de la Escola de Mar se encuentran en la preocupación por parte del Ajuntament del estado de salud de los niños barceloneses que tuvo como resultado la realización desde 1918 de una serie de baños de mar para los alumnos de las escuelas de Barcelona, participaron 500 alumnos el primer año para llegar a los 3000 en 1921. Los buenos resultados llevaron a las autoridades competentes a tomar la decisión de construir un edificio directamente sobre las arenas de la playa y así a las características propias del local de enseñanza se añadirían las ventajas del mar, el sol y el aire sobre el organismo. El alumnado del centro era elegido según criterios médicos entre los que padecían enfermedades y por ese motivo además de la ficha escolar tenían una ficha médica que iba revisándose periódicamente. En total había 200 alumnos, 100 niños y 100 niñas de entre 5 y 14 años.

En este sentido, desde 1914 ya existía la célebre Escola del Bosc, la escuela al aire libre pionera en la ciudad y que se abrió en la antigua finca Laribal, en la montaña de Montjuïc. Si la Escola del Bosc ofrecía las ventajas del aire puro y la posibilidad de trabajar en un entorno natural agradable, la Escola del Mar vino a incrementar la oferta de educación más salud. La Escola del Mar era más completa ya que añadía la práctica de la natación, así se creía que con una escuela emplazada en la playa los alumnos, además de aprender, crecerían fuertes y sanos. Para que esto fuera posible se establecía un horario de unas tres horas de trabajo dedicado aprendizaje, que siempre que era posible se realizaba en la playa, y el resto del tiempo se dedicaba a ejercicios, juegos, descanso y tratamientos naturistas. Así el espacio más importante de la escuela no estaba en el interior del edifico sino en el exterior, en la arena de la playa donde se llevaba a cabo la mayor parte de la actividad de la escuela, siempre que el tiempo lo permitiera.

UN TRISTE FINAL
En plena guerra civil y con la ciudad azotada constantemente por las bombas que la aviación italiana, aliada de las tropas franquistas, la historia de la Escola del mar cambió para siempre. Una bomba destruyó el edificio que desapareció de la playa para siempre. Fue una triste mañana de enero de 1938.

Tras el bombardeo la Escola de Mar, en un principio, se trasladó a La Rosaleda de Montjuïc (donde hoy se levanta el Museu Etnològic) y finalmente, se encontró un mejor emplazamiento, así renacida como el ave fénix, la Escola de Mar continúa lejos de donde nació, en el Guinardó. Hoy una placa recuerda el lugar donde se levantaba la vieja escuela.