La escultura no es importante
El artista presenta desde múltiples registros una muestra inédita en la Fundación Suñol
La exposición recoge un proyecto inédito del artista Jordi Mitjà (Figueres, 1970). En este contexto, Mitjà proyecta un corpus de trabajo con dibujos, esculturas y fotografías, que son el resultado de investigar y pensar nuevas posibilidades partiendo de técnicas, situaciones y materiales utilizados en el oficio de cerrajero, que ha llevado a cabo toda la vida su padre, ahora jubilado.
El artista incorpora así la figura paterna en el proceso de gestación de estas obras para dialogar sobre el mismo oficio y sus opciones, con la intención de subvertirlas o parasitarlas. De este diálogo y del trabajo, muchas veces en común entre padre e hijo, saldrá todo el conjunto de propuestas donde el artista plantea diferentes derivas en relación a los materiales y las técnicas, pero sobre todo a la misma idea de escultura. En palabras del artista “este proyecto es un reencuentro con el oficio familiar que yo descarté para dedicarme al arte”.
A lo largo de su carrera, Jordi Mitjà inhabilita materiales, cambia radicalmente sus funciones, tergiversa absolutamente los roles de los espacios en los que expone, en una búsqueda constante e intuitiva que cuestiona el mismo estatus del arte y que abre algunas vías.
Desde múltiples registros de presentación – la escultura o la fotografía hasta la publicación o el vídeo- la obra de Jordi Mitjà plantea la apropiación de diferentes contextos que el artista lleva a su terreno a partir de una alta complicidad emocional con los referentes y puntos de partida que escoge. Una dinámica de trabajo compleja que concentra su intensidad en el proceso de producción y el tiempo de negociación entre la idea inicial y la resolución final; hecho que incorpora de manera voluntaria aspectos flexibles y libres como pueden ser la intuición, el ensayo, el error o el accidente.