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EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO

Si hay en Barcelona un palau que se ve muy claramente que es palau, es el Palau Robert, en el cruce de Passeig de Gracia con l’Avinguda Diagonal.

Categoría: Cultura | 21 enero, 2016
Redacción: Edu García

Se dice que en Barcelona tendemos a exagerar con la denominación de palau a algunos edificios. A cualquier edificio grande los llamamos palau. Hay dos buenos ejemplos de palaus que no merecen llevar tal nombre.

Uno está en la Rambla, en el núm. 94, es el gran edificio de oficinas y locales construido hace ya más de 20 años por Bohigas, Martorell y Mackay, un edificio con un parking robotizado de once plantas y en el que se abre un muy útil pasaje que nos ofrece, desde la Rambla, una fantástica vista del campanario del Pi, es grande y fue nuevo, requisito para ser el Palau Nou de la Rambla.

El segundo se sitúa donde termina el Moll de la Fusta y empieza el Moll de la Barceloneta, no es más que un antiguo almacén de mercancías, el único superviviente de los muchos almacenes que existieron junto puerto. Luce espectacular, es inmenso y por eso le llamamos el Palau de Mar. Aunque si hay en Barcelona un palau que se ve muy claramente que es palau es el Palau Robert. El cruce de Passeig de Gracia con l’Avinguda Diagonal es uno los lugares privilegiados de la ciudad y ese fue el lugar que eligió para instalar su residencia el influyente financiero y político ROBERT ROBERT I SURÍS.

1 EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO
Retrato de Felix Mestres i Borrell (1917) procedente de la Cambra de Comerç de Barcelona

LOS ROBERT QUE DAN NOMBRE AL PALAU

La familia ROBERT era originaria de Sant Feliu de Guíxols y tenía sus negocios en la capital. El padre, AGUSTÍ ROBERT I GORGOLL, era un miembro destacado de la élite burguesa barcelonesa con negocios en la Compañía de Ferrocarriles, la Compañía Trasatlántica o el Crédito Mercantil, donde tendría como socios al marqués de Comillas, a Eusebio Güell o a Manuel Girona. ROBERT ROBERT I SURIS se licenció en derecho y heredó de su padre la habilidad comercial, incrementó su riqueza y afianzó su posición social acumulando títulos nobiliarios (conde de Robert en 1888, de Serra y Sant Iscle en 1891 y de Torrella de Montgrí y Grande de España en 1907) e importantes cargos (diputado del Partido Conservador por la jurisdicción de Torroella de Montgrí desde 1891, senador por la provincia de Gerona en 1893 y después vitalicio en 1907, director del Banco Hispano Colonial y presidente de la Cambra de Comerç, Indústria i Navegació en 1913). Su hermano AGUSTÍ ROBERT I SURÍS fue artista.

NO FUE AMANTE DEL MODERNISMO

A diferencia de otros ricos barceloneses de la época, para su residencia ROBERT no apostó por el modernismo sino que pensó en el estilo neoclásico, sobrio y monumental, más acorde con su ideología conservadora. Así ROBERT ROBERT se decantó por el arquitecto francés HENRY GRANDPIERRE, arquitecto que había destacado por la edificación de exquisitos hôtels en la capital francesa y que intervendría en los pabellones de la exposición de Paris del 1900. Ya que GRANDPIERRE era extranjero y como tal no podía dirigir las obras, JOAN MARTORELL fue el encargado de llevar a cabo los trabajos. Antes tuvo que derribar las casas que el primer marqués de Salamanca había construido en ese lugar. Con el solar libre, el edificio se levantó entre 1898 y 1903 y para su construcción se utilizó piedra de la Serra de Montgrí, de esta manera la familia vivía entre su propia tierra, traída expresamente a la capital. Y seguro que los ROBERT vivieron bien en ese estupendo palacio. La crónica social barcelonesa se hizo eco de una estupenda fiesta celebrada en honor de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en octubre de 1908, unos 500 invitados, la flor y nata de la época, disfrutó de la acogedora velada organizada en su palacio por el orgulloso conde.

2 EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO

SU CASA ERA UN PALACIO

El edificio es de grandes dimensiones y tiene planta rectangular. Cuenta con planta baja, dos  pisos y un subterráneo. La planta baja y la primera correspondían a la residencia familiar que se organiza alrededor de un patio central cubierto con una claraboya y donde se sitúa una señorial escalera. En el último piso se situaban las habitaciones del servicio y en el subterráneo las zonas de cocina, limpieza y los diversos almacenes.

3a EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO

3b EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO
Arxiu Nacional de Catalunya. Fons de la Generalitat Republicana

El aspecto exterior es el de un inmenso paralelepípedo. Las tres fachadas visibles del edificio son sencillas y presentan al exterior una sucesión simétrica de ventanas, rectangulares en la planta baja, con terminación semicircular en el primer piso y de nuevo rectangulares en el segundo. Por un lado se acentúa el eje central vertical de las fachadas, juntando en el centro tres ventanas y separándolas de los laterales por sendas hileras de sillares almohadillados a la manera de pilastras. Horizontalmente, el edificio enfatiza la parte noble del edificio, la planta baja y el primer piso, que se separa de la última planta, más estrecha, por una moldura que recorre todo el conjunto. El edificio está coronado por una balaustrada que se repite también, a manera de barandilla, en las ventanas.

4 EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO

UN PALACIO DE ESPALDAS A LA CALLE

El edificio destaca por su orientación que quiere dar la espalda tanto al Passeig de Gracia como a la Diagonal. De las tres fachadas la que recibe una mayor riqueza ornamental es la que se abre al jardín que cuenta con un frontón en la ventana del primer piso del eje central (hoy con el escudo de la Generalitat) y una elegante escalinata doble por la que es fácil imaginar que la familia saldría a explayarse al jardín.

5 EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO

El acceso por Passeig de Gràcia se hace mediante un pasillo adosado, paralelo al edificio, y que en su día era el acceso en carruaje. Se accedía por una amplia puerta enmarcada por columnas lisas e inmediatamente el carruaje se detenía ante la puerta, abierta en medio de la fachada sur, que queda oculta, al lado opuesto de la Diagonal. Allí los propietarios descendían de su coche de caballos y éste se dirigía a las caballerizas, situadas en el jardín.

6a EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO
Arxiu Nacional de Catalunya. Fons de la Generalitat Republicana

SERIA NUESTRO PALACIO

A la muerte del conde Robert, en 1929, la familia abandonó el palacio y un dato curioso es que, por voluntad del propietario, el servicio quedó como único habitante. La familia se propuso la conversión del edificio en un hotel pero la transformación no se llegó a realizar. Durante los años de la guerra civil, el edificio fue incautado para evitar el pillaje y se convirtió en la sede del Departamento de Cultura de la Generalitat republicana. Tras la guerra, la familia recuperó la propiedad y terminó vendiendo el edificio al magnate JULIO MUÑOZ RAMONET que no pudo mantener la propiedad a causa de sus pleitos con el Banco Central. Ignoro si fue la entidad bancaria o una inmobiliaria la que vendió a la Generalitat el edificio que desde 1981 el Palau Robert nos pertenece, lo compramos, junto con el contiguo, por 630 millones de pesetas de la época. La primera intención era convertir el palacio en la residencia privada de invitados ilustres pero los consejos de los Mossos d’Esquadra, que preveía problemas de seguridad, desaconsejaron tal uso y finalmente se tomó la decisión de convertir el edificio en Oficina de Turismo y sala de exposiciones desde finales de 1997.

LOS JARDINES

Además del edificio y sus usos como centro de información y exposiciones, el Palau Robert atrae a los ciudadanos por su jardín, abierto al público desde 1998. Hoy cuenta con accesos desde Passeig de Gracia, dos desde la Diagonal-Còrsega y también desde Rosselló. Constituye un auténtico oasis en medio de la bulliciosa ciudad. El jardín privado de la familia ROBERT no ha perdido su esencia señorial aunque sea ahora el jardín de los ciudadanos. Es un lugar tranquilo. Destaca por su abundante y variada vegetación, con algunos ejemplares centenarios de árboles y palmeras, especies algunas poco habituales en los jardines barceloneses.

Quizás un día de estos, sentados tranquilamente a la sombra de alguno de estos árboles, veamos llegar o salir al ex presidente Artur Mas que ha decidido que su oficina de ex presidente esté en este edificio. Buena elección la suya.

7 EL PALAU ROBERT: DE PALACIO ARISTOCRÁTICO A EQUIPAMIENTO PÚBLICO

Amplía información en:
El Palau Robert de Barcelona, un edifici realment desconegut
Història del Palau Robert

Categoría: Cultura | 21 enero, 2016
Redacción: Edu García
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