Los 6 mejores discos de 2017

A falta de dos semanas para concluir y con todo el pescado vendido en materia musical (a menos que en estos días alguien se marque un Beyoncé o un D’Angelo y lance disco sin previo aviso) arrancamos desde Paseo de Gracia nuestras recomendaciones de lo mejor del año. No son 30, 40, ni 50, sino seis, por los lados del hexágono. Poco, sí, pero concentrado y esencial para que no se te escape nada.

Los seis discos que encontrareis más abajo resumen desde distintos ámbitos (el pop con vocación radiofónica, el hip hop del mejor rapero de esta generación, el retorno dorado de unos pioneros del shoegaze o el desgarro emocional de una pujante cantautora de Memphis) lo que ha dado de sí la música en este 2017. Los presentamos en orden estrictamente alfabético.

LCD Soundsystem – American Dream

La cantinela de los fans despechados aún resuena: sí, James Murphy y los suyos son unos vendidos y nos tomaron el pelo a todos con su separación de 2011. Parece olvidársenos que los músicos no nos deben nada y que es todo un regalo que en tiempos de streaming nos regalen álbumes tan esenciales como este “American Dream”, donde los neoyorquinos lloran a los ídolos que perdimos en 2016 (Cohen, Bowie, Prince).

Kendrick Lamar – DAMN.

El favorito de la crítica. Kendrick Lamar completa con este trabajo una trilogía cum laude que arrancó en 2012 con la publicación de “good kid, m.A.A.d city” y alcanzó cotas de gloria en “To Pimp a Butterfly”. Tres obras capitales para entender el hip hop de nuestros tiempos con el que el MC de Compton se erige como uno de los cronistas más creíbles del género. Un álbum, a la vez, moderno y atemporal, vanguardista y popular. Clásico.

Kelly Lee Owens – Kelly Lee Owens

Podríamos haber escogido los álbumes de Arca o Fever Ray, igualmente recomendables, pero nos quedamos con esta prometedora productora británica, que en su álbum de debut muestra una insólita madurez al coquetear con techno minimalista, baile vanguardista, pop ensoñador e introspección ambiental. Heredera de experimentadores disco como Arthur Russell, Kelly Lee Owens es un agradecido soplo de aire fresco femenino en una escena dominada por hombres.

Lorde – Melodrama

El pop de 2017 se podría resumir con una palabra, Lorde. O, dicho de otro modo, a Lorde se la puede describir con una sola palabra, pop. Pop puro, que no se conforma con ser popular sino que busca estirar los límites del género, esquivar expectativas y calar con un discurso inclusivo que apela a todo tipo de audiencias. “Melodrama”, además, nos adelanta el futuro. Con 21 años y solo dos discos publicados, la neozelandesa se intuye el valor más seguro y fiable del pop en los próximos años y décadas a poco que mantenga tal nivel de honestidad y madurez en sus nuevas aventuras.

Slowdive – Slowdive

Uno de los aspectos más positivos de la irrupción de internet es que ha otorgado una segunda oportunidad a bandas como Slowdive, cuya popularidad ahora es ostensiblemente mayor a la que tenían en los 90. Lo que acaso explique su retorno dos décadas y un revival del shoegaze después. Sin embargo, lo que nadie se esperaba es que su primer disco en 22 años no solo preservase el legado de tan querida banda, sino que superase con creces su material clásico puliendo sus artistas con un sonido límpido y maximalista.

Julien Baker – Turn Out The Lights

Desde la primera vez que escuchamos a esta cantautora de Memphis supimos que estaba destinada a brillar con fuerza más allá de la escena indie de la que ha surgido. De Julien Baker se ha destacado unas formas folk austeras a las que da la tuerca con una entrega vocal desesperada más propia de géneros como el emocore. Lamento, desgarro y tormento emocional en unas canciones que se nutren de una infancia marcada por su cristiandad.