R t V f F I
es-0608-489181-front

Marc Piñol: “Trabajar con otra persona es fácil porque hacerlo con uno mismo es muy complicado”

Una charla con la leyenda electrónica barcelonesa antes de su paso el 1 de diciembre por las Absolut Nights junto a su socio en C.P.I., Hugo Capablanca

Categoría: Cultura | 24 noviembre, 2016
Redacción: Álvaro García Montoliu

Hablar de Marc Piñol es hacerlo de una de las personas que más y mejor ha contribuido al desarrollo de la música de baile en Barcelona y, por extensión, el resto de la geografía española. Habitual de la cabina de Nitsa y selector de un eclecticismo envidiable, poco a poco va dando más importancia a su labor como productor. En el último lustro se ha convertido en hombre fuerte de Hivern Discs, el sello de John Talabot y, probablemente, la etiqueta más internacional (y la más respetada) que tenemos en materia de músicas de baile.
El 1 de diciembre estará junto a Hugo Capablanca bajo el alias C.P.I. pinchando en Absolut Nights en un cartel ciertamente alucinante que completan el avanzado colectivo Future Brown junto a la diva reguetón Maluca y los DJs de Discos Paradiso, reputadísima tienda de discos de Barcelona. En la conversación telefónica que mantuvimos con él ayer le pillamos con cierta crisis de confianza, especialmente en lo que se refiere a su labor de producción, y es una lástima porque en los últimos años ha contribuido con una serie de lanzamientos notables como su remezcla propia a las leyendas industriales Fasenuova o sus colaboraciones con Talabot en Quentin o con el propio Capablanca (“El Túnel / El Proceso” sigue siendo uno de los mejores maxis nacionales que se han editado últimamente).

¿En qué estás trabajando ahora mismo?

Estoy rematando un par de remezclas que las tengo bastante encalladas. El deadline lo tenía para hace varios meses, pero parece que ya están porque las entregaré esta tarde. Una es para Ricardo Tobar y otra para DJ Rocca. También estoy con las mezclas del nuevo C.P.I. Está al 97%, saldrá el año que viene. En Hivern tiene que salir además un split 12” y ya estamos planeando el nuevo Quentin.

Aparte de eso voy a desmontar el estudio y empezar de cero porque me estoy aburriendo mucho últimamente. Necesito un cambio bastante radical. Va a ser básicamente volver a ordenar y distribuir, como cuando cambias un mueble. Hacer un planteamiento distinto, no sólo a nivel creativo o técnico sino a nivel de concepto. Me pillas en una época en la que me estoy aburriendo de cierta música de baile con la que se me tiene a mí relacionado. Quiero hacer cosas más excitantes. No disfruto mucho de lo que me rodea, ni siquiera de la música que estoy haciendo. De ahí viene quizá ese retraso que llevo con las remezclas. No están mal, pero no me identifico con ellas.

¿Te refieres también a lo de Quentin, por ejemplo?

Va por ahí. Me gusta, es un trabajo bonito, son tracks muy pinchables y está bien haberlos hecho. Pero necesito irme por otro lado, una pausa de unos meses para terminar cosas que no tienen nada que ver con lo que estaba haciendo hasta ahora. Me aburre en lo que se está convirtiendo la escena de baile últimamente, es un tipo de mercado que es más mercado que otra cosa. No me siento muy afín. Estoy dándole vueltas a todo… Y sí, lo de Quentin está muy bien, pero no se ha traducido en muchos bolos. No ha habido una respuesta… es que no me ha salido ni un puto bolo desde que saqué el EP. Como DJ se me identifica como más experimental, y este paso más decidido a la música de baile quizá no sea lo mío.

Hay muchos músicos que me dicen que no pueden escuchar la música de otros en el estudio. Tú que eres tan DJ, como productor y hombre de confianza en un sello quería preguntarte, ¿cómo te lo manejas para descubrir música de otros para tus sesiones o para Hivern y producir?

Es un trabajo a tiempo completo. No es trabajar en la mina, pero requiere mucha dedicación y hacer sacrificios. Escucho música durante todo el día, la analizo en el estudio y en diferentes sistemas de sonido, a veces hasta me la llevo con los cascos. Paralelamente, sigo comprando discos y ripeándolos. Tengo cuatro puntos de escucha: el estudio, el portátil, el ordenador donde ripeo la música y los cascos. Con ellos me voy organizando, veo mis referencias, lo que me gustaría hacer, proyectos que tengo a medias… Mientras hago una canción me fijo mucho en detalles de otras canciones que me pueden gustar, pero cuando la termino normalmente ya no la vuelvo a escuchar nunca más. Digamos que es un proceso bastante anárquico. Por eso quiero rehacer parte del estudio, para organizar las cosas más dinámicamente.

Antes hablábamos de Quentin y tú has mencionado el nuevo trabajo con C.P.I. ¿Qué es lo que valoras a la hora de trabajar con otra persona?

Para mí trabajar con otra persona es fácil porque hacerlo con uno mismo es muy complicado. Soy bastante exigente y cuando estoy trabajando con otra persona lo soy bastante menos. Además, yo es que no me considero productor, pienso que soy buen DJ pero como productor estoy muy lejos de lo que me gustaría llegar. Cuando en una pareja hay química se tiende a tirar para adelante, no hay una voluntad de criticar lo que está haciendo el otro, hay un entendimiento y ganas de terminar el proyecto sin demasiados agobios. Cuando estoy en el estudio solo todos esos agobios salen a la luz y no me dejan trabajar tranquilo. A nivel de aprendizaje me va bien, pero también veo que sigo verde, aunque no tanto como antes. Los remixes son para mí una prueba de fuego, por eso no edito tanta música en solitario. Un remix es fácil porque partes de un material de otro y tienes una fecha de entrega que tienes que cumplir… aunque te retrases como es mi caso. [Risas] No es lo mismo que hacer algo para ti que a lo mejor nunca puedes terminar, eso es algo que debería aprender un poco. Es una tónica de mi vida, me pasaba lo mismo cuando escribía en prensa.

En la crítica de Ivan Smagghe en The Ransom Note hay algo muy cachondo cuando habla de que son tracks para gente de “dudoso gusto trance”. ¿Hay algo de placer culpable en el trance?

¿Placer culpable? A saco. Esta música es idiota per se. Siempre he pensado que la música de baile es la cosa más imbécil del mundo. Y me parece bien. No estoy buscando ningún mensaje. Aquí viene una de mis grandes dudas, el maxi de Quentin me parece que tiene mucho sentido del humor, nos regodeamos en el horterismo, y me parece que mucha gente no lo ha pillado. Lo que siempre me ha gustado de la música de baile es que tiene tantas posibilidades a nivel de mensaje como tú le quieras dar. Incluso algunas que puedes dar por accidente. No sé si estoy desconectado con cómo es la juventud de hoy en día pero parece que todos esos mensajes que había en la música de Pet Shop Boys o Yello se han difuminado. Sólo la gente mayor como Smagghe es capaz de apreciar que ahí hay una broma fina.

Me parecen bien los placeres culpables. El italo, en sí mismo, lo es bastante. Me resultaría un poco vergonzoso bailarlo delante de mi madre, pero es una música que me divierte mucho y saca el imbécil que llevo dentro. [Risas]

Esto de coger el nombre a partir del de un filósofo es un poco raro, aunque no me sorprende viniendo de vosotros.

Es parte del juego, no hay que darle más vueltas. Si te digo de dónde sale pierde la gracia. [Risas] No hay un motivo, es la combinación de ideas de cada uno de nosotros. Es curioso porque ni sus ideas ni las mías parecían muy conexas, al final hasta nos descojonábamos del despiporre de ideas absurdas. El terciopelo rojo, la cita del filósofo, el rollo neo-trance y detrás un tema de electro con voces de diva pitcheadas… te lo planteas y es muy ridículo. Es una música que no está hecha para ser analizada.

¿Nunca te pica el gusanillo de volver a escribir?

Sí, claro, cada día. Pero no en revistas, más bien un libro o un relato. En prensa no, y menos aún sobre música. Lo hablaba con mi novia que es restauradora. Antes hizo historia del arte y me decía que ahí no te enseñan el proceso de cómo se hace una obra de arte. De las facultades sale una serie de robotitos que saben mucho de todos los datos históricos, sobre si les gusta o no el cuadro y lo que representa dentro del contexto pero el proceso técnico y mecánico no lo conocen. Es algo que ya me agobiaba en mi última etapa cuando escribía. A nivel de crítica esto no se estila, tienes que irte a revistas especializadas. No es un mundo que me atraiga. El proceso es lo que más me gusta, en las últimas entrevistas que hacía cuando hablaba con alguien lo hacía sobre eso y cuando luego entregaba el texto me pegaban la bronca. Eso es mucho más interesante que hablar de las emociones que había tenido durante la grabación del disco, es algo un poco tópico, la típica muletilla de periodista perezoso. Estoy desencantado con la crítica.

Por lo menos… ¿valoras tu background como periodista musical y crees que te ha ayudado o marcado tu música?

He intentado que no pero ahora voy a hacer que sea así. Durante mucho tiempo he intentado ignorarlo porque es algo que te hace ser demasiado consciente pero ahora necesito una dosis de consciencia extra en lo que hago, intentar ser más ambicioso. El background puede ser dañino, pero también se puede aprender de él se lo intelectualizas un poco, cosa que hasta ahora no había hecho. Al final lo de hacer música ha sido una herramienta para conseguir bolos y ha dado la casualidad de que no se me da tan mal, pero no estoy seguro que sea lo mío.

¿Qué disco de este año te gustaría que hubiese sacado Hivern?

Hay un disco que me vuelve bastante loco, el de Don’t DJ, “Musique Acephale”. Pero es que hay tal cantidad de cosas que es incontrolable a todos los niveles. Hay demasiados sellos, demasiados artistas nuevos y demasiada música buena. Y me parece bien que así sea porque en Youtube puedes acceder a todo, pero a nivel de coleccionista o comprador me tengo que frenar porque no puedo gastarme ni una décima parte de lo que me gustaría

¿Para lo de Absolut qué tipo de sesión tenéis preparada?

Generalmente parto de uno o dos temas que me parecen interesantes. En este caso que pincho con Hugo, han de ser temas que nos gusten a ambos y puedan dar juego para expandirse a otros lados. Con él tengo una carpeta compartida con cosas que nos gustan mucho y según el bolo a veces tiramos por un lado u otro y nos sugerimos ideas previamente. Cada vez que pinchamos nos entendemos mejor, a nivel estilístico tengo una compenetración casi total con él por lo que no hace falta planear mucho. Absolut es un evento particular y distinto a un club, puede ser que Future Brown lo dejen todo muy tranquilo y eso repercute en lo que vayas a hacer luego.

Categoría: Cultura | 24 noviembre, 2016
Redacción: Álvaro García Montoliu
Tags:  absolut nights, marc piñol, musica electronica,

Ad

Subscríbete

¡Suscríbete!

Moda, cultura, gastronomía, shopping y la agenda para no perderse nada.
Una vez al mes en tu buzón.

Sign Up Paseo de Gracia

Ad

Contenidos relacionados

Cultura / 6 octubre, 2020

Utopías disponibles

Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.

Cultura / 5 octubre, 2020

Perfección, belleza, cambio

No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.

Cultura / 17 septiembre, 2020

Un mundo utópico sin trabajar

Una viñeta de Javi Royo.

Cultura / 17 septiembre, 2020

The Last Time I Committed Suicide

Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.