Lanvin enamora en Santa Eulalia
El diseñador Alber Elbaz nos lleva a su mundo de dibujos, colores y diversión con un nuevo pop-up de accesorios inspirados en los años 20 y 30.
El espíritu colorista de Alber Elbaz llega a Santa Eulalia con una colección de accesorios que enamora. Del 30 de enero hasta el 26 de marzo, el nuevo pop-up de Lanvin estará situado en la planta baja de la emblemática tienda del Paseo. El director creativo de la firma, nos acerca a un mundo lleno de dibujos, colores y diversión en forma de fundas para iPad e iPhone, bolígrafos, libretas, juegos de muñecas rusas y etiquetas para maletas. Una colección de artículos inspirados en los años 20 y 30 de la maison francesa.
Alber Elbaz, una década en la maison.
En el panorama actual de la moda, establecerse durante más de diez años al frente de la dirección creativa de una firma, a no ser que te llames Karl Lagerfeld, parece misión imposible. Es por eso que debemos reconocer el excelente trabajo que está realizando Alber Elbaz, durante más de una década, al frente de Lanvin.
Tras formar parte del grupo de los damnificados por la llegada de Tom Ford a YSL, el diseñador se ofreció para incorporarse a Lanvin cuando en 2001 la maison fue comprada por la millonaria y filántropa china Shaw-Lan Wang.
Su primera colección, la de Otoño-Invierno 2002, fue todo un éxito de críticas y ventas. En esta primera muestra ya se pudo percibir perfectamente el estilo Elbaz que ha impuesto a lo largo de la última década y que actualmente caracteriza a la marca: grandes brillos y joyas, vestidos de inspiración griega con volantes y siluetas femeninas inspiradas en las décadas de los 20 y 50.
Durante estos más de diez años hemos podido ver cómo dentro del concepto claro de cada una de las colecciones que ha ido estableciendo Elbaz, ha sido coherente con la anterior y con la siguiente, sin repetirse ni dar saltos de un estilo a otro. Poco a poco, el artista ha creado con gran éxito cada una de las colecciones hasta explotar en las de Otoño-Invierno 2007 y Primavera-Verano 2008, con las que se posicionó en lo más alto. A partir de ese momento, Alber Elbaz se convirtió en el diseñador más deseado por las “celebrities” y el más copiado por las otras firmas.
Colores brillantes y básicos como el negro o el nude. Aparatosos volantes combinados con prendas ceñidas al cuerpo. Ha sido la mezcla equilibrada de extremos lo que ha llevado al diseñador a ser mundialmente reconocido.