Lorazepam, Enantyum, Ibuprofeno y Frenadol

El representante de Belén Esteban ingirió el sábado hasta 40 pastillas en una combinación que le llevó a pasar la noche en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid y con lo que consiguió, aparte de llamar la atención, evitar el despelleje en el ‘Deluxe’.

Todo estaba preparado el viernes para escuchar los detalles más truculentos de una de las traiciones más bestias que hemos vivido en el mundo del corazoneo. Pero no pudo ser. Toño Sanchís consiguió evitarlo reventando su botiquín y, para suerte de Telecinco, en pleno prime time ¡Bingo! Pero vayamos al inicio de la polémica. Era el martes cuando saltaba la bomba en el programa ‘Arucitys’: Belén Esteban y Toño Sanchís habían roto su relación laboral. En aquel momento aún no se sabían los motivos pero, tranquilos, media hora más tarde, en el ‘Sálvame’, ya estaban recogiendo la noticia y dando todos los detalles, a cual más suculento. El representante, amigo, mano derecha y hombre de confianza de la de Paracuellos podría haberle estafado cerca de un millón de euros. A raíz de una inspección de hacienda Belén decidió cambiar la gestoría que llevaba sus números y pasarlos a otra, propiedad de unos familiares de Miguel. En el trasvase, algunos datos empezaron a descuadrar y se decidió encargar una auditoria. Y lo que no cuadraba empezó a coger forma. Alguien se estaba quedando con el dinero de Belén. Alguien con nombre y apellidos: su representante Toño Sanchís.

A partir de aquí, toda la semana Telecinco se ha volcado en la noticia y los datos de audiencia han sido espectaculares. Hacía tiempo que no se vivía un ‘Belenazo’ de tal magnitud. Probablemente tendríamos que remontarnos al momento que Belén anunció que se había desintoxicado de su adicción a las drogas. Precisamente ahí estuvo Toño para ayudarla. Toño estaba en todas partes: en su testamento, como tutor de su hija, como testigo en su boda, como acompañante en sus eventos, con poderes en sus cuentas,….Poder absoluto en todo lo referente a Belén. Está claro que él es el máximo culpable si finalmente se demuestra la estafa, pero no el único. Si yo salgo de mi casa y dejo la puerta abierta de par en par y me entran a robar, ¿tengo la culpa? Pues hombre, un poco idiota sí que habré sido. Y la compañía de seguros me dirá que ni en broma me cubre nada de lo que se hayan llevado los ladrones porque debería haber sido un poco más cuidadosa. Lo mismo que Belén. Una cosa es que confíes en alguien y la otra es que hagas el imbécil, con perdón. El dinero llama y a Toño debía llamarle a gritos: ¡eh tío! ¡Que ésta gana una pasta que ni necesita ni va a echar de menos! ¡Píllalo! Y Toño debió de pensar: es verdad, por un poco ni se va a enterar. Sobre todo porque Belén no es una mujer de grandes lujos. Con la gran cantidad de dinero que ha ganado y nunca la hemos visto gastando en grandes caprichos, ni en grandes marcas, ni en grandes hoteles,… Sí que es verdad que para eso es muy sencilla. Lo único que le costaba mucha pasta a Belén era la cocaína. Y por eso, supongo, en la época que ella era una adicta, no le parecía raro que el dinero se le fuera de las manos. Eso es lo que tienen las drogas, que te arruinan. Belén trabajaba sin parar y ganaba mucho dinero pero mucho de ese dinero se le iba en sus cositas malas. Ahora, ya más lucida y entera, seguro que pensó: si ahora no consumo, ¿dónde está el dinero que estoy ahorrando? Ahí Toño fue poco listo. Quizás demasiado avaricioso. O, a lo mejor, excesivamente necesitado. Porque para estafar a alguien tan cercano tiene que existir una fuerte necesidad. Yo me imagino cual es, pero no tengo ganas de meterme en ningún problema. Pensad vosotros, puede que acertéis.

Total, que durante esta semana nos han llenado la cabeza con un sinfín de informaciones: que si Belén casi no cobró ninguna de las galas de ¡Más que baile!, que Toño se llevaba el 30% de todo lo que ella cobraba (normalmente los representantes se llevan un 10 o un 20%), que si muchas de las publicidades que protagonizaba  Belén no las cobraba, que si tenía una provisión de fondos en una cuenta de 200.000 euros y Toño los había hecho suyos, que si había desaparecido dinero de la cuenta personal de Andrea Janeiro,…..¡Madre mía! Hasta me parece poco un millón de euros. La gente que conoce a Toño explica que está muy asustado, que no creía que esto se llegara a saber y que está preocupado no sólo por perder a Belén sino porque algunos de los delitos que ha cometido podrían conducirlo de patitas a la cárcel. Sí, cárcel.

En el punto máximo de todo este caos, el ‘Deluxe’ tenía montado un gran show para acabar de despellejar al representante. Éste, que ya estaba asustado de cómo iban las cosas, le entró el pánico y pensó: esto lo paro yo como sea. Y sí, lo paró. La noticia de su ingreso en el Hospital de Puerta del Hierro llegaba a pocos minutos de haber iniciado el programa. El ‘Deluxe’ se pasó la noche intentando averiguar detalles de su ingreso y, en ningún momento, se habló de intento de suicidio. Era suficiente que se intuyera que era eso para que el efecto no quedara difuminado. Al día siguiente se supo que Toño había tomado hasta 40 pastillas de Lorazepam, Enantyum, Ibuprofeno y Frenadol. No es para hacer mofa pero ¿Frenadol? Me decía una buena amiga, ‘sólo le ha faltado beberse el Dalsy de los niños’. Y es que la combinación es, cuanto menos, surrealista. En twitter, una seguidora me explicaba que ella intentó cortarse las venas con una tapa de un bote de paté y que, tanto ella como Toño, está claro que lo cómico de sus situaciones demuestra a la vez que el objetivo final no era el suicidio sino un intento de llamar la atención. Me decía esta seguidora: la mayoría de las veces, el que se quiere suicidar lo consigue. Y Toño no lo consiguió, pero sí que llamó la atención y mucho. De todo el ‘Deluxe’ me quedo con una frase de Bibiana Fernandez, siempre tan acertada. Decía: ‘jugar a llamar la atención es complicado, sobre todo porque a lo mejor te sale mal y la llamas demasiado’.

A partir de aquí, y yo que soy una mal pensada, surgen en mi cabeza infinidad de dudas sobre este caso. ¿El bombazo sale para qué Telecinco acabe el año con unas audiencias espectaculares? ¿Es todo una maniobra televisiva? ¿Qué hay de verdad y qué hay de ficción en este culebrón? ¿Estaba pactado el ingreso de Toño en el hospital? ¿Tomó Toño 40 pastillas u otras substancias? ¿Veremos a Toño sentado en un plató? ¿Serán las arcas de Hacienda las grandes beneficiarias de todo este lío? ¿Será Miguel quien lleve ahora la carrera de la Esteban? ¿Quién será su nuevo representante?

Para que todo sea creíble, cuando acabe esta historia Belén y Toño deben acabar fatal y sin hablarse nunca más en toda su vida. Si hay opción al perdón o a la reconciliación ¡Miau! El tiempo lo dirá. Ahora lo único que está claro es que tenemos Toñoleaks para días. Pues acostumbrémonos y disfrutemos del espectáculo. Estas serán unas Navidades moviditas.