Trazando el imaginario geográfico de Beirut antes de su show en Vida Festival

A Zach Condon, alias de Beirut, nos lo imaginamos como un trovador, como un alma errante que no puede tener el culo quieto más de cinco minutos y necesita visitar más y más lugares constantemente. Como aquel líder de un circo ambulante con acordeón en mano y una legión de monos enanos siguiendo su firme paso. Él mismo se encarga de alimentar este mito a la hora de escoger el título de sus canciones, pues muchas de ellas responden al nombre de ciudades, pueblos o sitios reales o ficticios. La cosa tiene su guasa porque su propio nombre artístico lo adopta de la capital del Líbano. Por eso, y porque su actuación en Vida Festival la tenemos ya a tocar, hemos decidido recopilar los diez temas dedicados a lugares que más nos gustan.

1. Nantes

Una clara demostración de la francofilia que parece tener Zach Condon. Es además, una de las canciones más bonitas que ha escrito. Situada en el oeste francés y bañada por las aguas del Loira, Nantes es una de las ciudades más importantes de la Bretaña gala.

2. Santa Fe

Una de las canciones que se incluirán en su nuevo disco, “The Rip Tide”, y que viene tocando en directo en los últimos años. Adictiva hasta decir basta, responde a la ciudad donde nació, en el estado de Nuevo México, pese a que ahora otra Santa Fe esté más de actualidad, por ser el escenario de la última debacle de la Selección argentina de fútbol.

3. Bratislava

Quizá no es su mejor canción, pero nos encanta ese toque castizo y folclórico con tantos vientos. ¿Por qué no la llamó Cuenca o Córdoba? “Bratislava” es, además, uno de los pocos temas dedicados a esa Europa del Este que tanto ama, así que merece estar en la lista.

4. East Harlem

Primer adelanto de “The Rip Tide” que ya nos hemos encargado de escuchar hasta la saciedad desde el mismo día que lo mostraron al mundo. No sabemos muy bien qué es lo que tanto le fascinará de uno de los barrios más peligrosos de Nueva York.

5. Venice

Una de las ciudades más “mainstream” que tienen dedicatoria por parte de Zach Condon. La canción nos gusta, además, porque deja un poco de lado su tradicional folk para introducir sutiles elementos de electrónica.

6. Postcards From Italy

Nos quedamos en Italia, pero esta vez en ningún lugar concreto. En la letra de la canción no hay pistas sobre el sitio desde el cual Zach Condon mandó esas postales. Pero qué más dará si estamos ante uno de los mejores temas de su debut, “Gulag Orkestar”.

7. Cherbourg

Seamos sinceros, la ciudad sólo nos suena por la batalla de la Segunda Guerra Mundial entre los Nazis y Estados Unidos. La canción se incluye en “The Flying Club Cub”, ese disco que escribió después de empaparse chanson francesa y Jacques Brel en concreto. Todo encaja.

8. Rhineland (Heartland)

La Renania, como su propio nombre indica, es una zona al oeste de Alemania por donde fluye el río Rin. Parece ser que a Zach Condon le gustan mucho las ciudades por las que atraviesan ríos, y en esta área hay varias: Colonia, Bonn y Dortmund, entre otras.

9. Mimizan

¿Verdad que nunca diríais que esta canción extraída del soberbio recopilatorio benéfico “Dark Was The Night” responde al nombre de una ciudad? Pues sí, y otra vez, es francesa. Nos hace gracia porque se dice que Mimizan fue una base vikinga años atrás.

10. Prenzlauer Berg

Un barrio al noreste de Berlín. Escogemos esta canción porque es el ejemplo perfecto de folk balcánico que ha hecho famoso a Beirut. Y también porque nos lo imaginamos en el metro de la capital alemana tocando la canción con las cámaras de Vincent Moon grabándolo todo.

11. Gibraltar

En esta canción Zach Condon hace un canto a las libertades y grita más fuerte que nadie: ‘¡Gibraltar español!’. Bueno, no, es otro de esos temas de corte nostálgico en el que la ciudad solo aparece en el título, pero sí se puede oír la brisa mediterránea y el ruido de las olas chocar contra la arena de la playa.

12. Corfu

Dedicado a una isla griega, Corfu es una canción atípica en el repertorio de Beirut al ser eminentemente instrumental. No hay, además, las clásicas melodías de vientos y, en su lugar, la guitarra electrónica y el piano se reparten las tareas de una producción algo más disonante de lo que suele acostumbrar Condon.