Sarrià Sant Gervasi, el distrito del ciudadano reposado

DISTRITO DE SARRIÀ SANT GERVASI

Sarrià Sant Gervasi es el distrito 5 de los 10 en que, desde 1984, se divide Barcelona. Es uno de los más extensos, con 20 km2, con un km2 más sólo lo supera Sant Montjuïc. De los distritos barceloneses es el de menor densidad de población, con un poco más de 7200 hab/km2. En Sarrià Sant Gervasi da gusto vivir, además de hacerlo sin aglomeraciones y en buenas casas, en el distrito encontramos la mayor cantidad de zonas verdes, lo que garantiza la menor contaminación de la ciudad, y, si esto no fuera suficiente, también cuenta con la mayor cantidad de centros educativos y de centros sanitarios. Con todo esto, no es de extrañar que el gran Francisco González Ledesma, cuando en los años olímpicos dibujó el perfil de los distritos barceloneses, destacara que aquí estuviera “la mayor concentración de hombres caminando con las dos manos en los bolsillos”.

El distrito integra tres de los antiguos municipios independientes de la ciudad: sant Gervasi de Cassoles (independizado de Sarrià en 1714 y anexionado en 1897), Sarrià (que en 1921 las anexiones fue el último de los pueblos en ser anexionado a Barcelona), y Vallvidirera (que fue absorbida por Sarrià en 1890).

SARRIÀ

Sarrià conserva buena parte de su centro histórico. El Vell Sarrià, tiene su eje principal en la calle Major de Sarrià, que, como Pg. de Santa Eulàlia,  comienza en lo alto de la montaña y hasta la Ronda de Dalt. Major de sarrià empieza en la ronda y a la altura del Pg. Elisenda de Montcada, empieza su trazado más transitado. Allí, a un lado, se encuentra el mercat de Sarrià, amplio y elegante edificio, construido con hierro y ladrillo, en estilo modernista, por Arnau Calvet en 1910.

Al otro lado del paseo se levanta l’església de Sant Vicenç, el centro espiritual de Sarrià, el edificio actual, neoclásico, es del siglo XVIII y ocupa el mismo emplazamiento de una primitiva capilla medieval que ha celebrado su milenario.

Después de la iglesia, en la recoleta plaça del Consell de la Vila encontramos la sede del distrito, construido por Francesc Mariné en 1896. Delante luce una escultura de Josep Clarà, la Pomona.

A lo largo de este eje iremos encontrando rincones encantadores como el tranquilo passatge Mallofré o el carrer Canet, donde aún se conservan rincones viviendas obreras. A un lado y otro del carrer Major nos acogen también algunas plazas como la del Xiprer o la de Sant Vicenç de Sarrià.

Llegados al final del carrer Major de Sarrià, un pequeño paseo nos lleva a dos interesantes jardines que desde hace medio siglo son patrimonio ciudadano tras haber sido privados: la Vila Amelia, en lo que fue la finca del industrial Ignasi Girona, y Vila Cecília, sobre la que fue la finca de Eduardo Conde, propietario de los almacenes El Siglo. Estos jardines son ricos en vegetación y en esculturas, una de las más interesantes es la Ofelia ofegada que Francisco López Hernández realizó para los jardines de Vila Cecilia

A ambos lados del viejo camino que llevaba al Vell Sarrià, la actual Via Augusta, encontramos el barrio de les Tres Torres. Era una zona despoblada que acogió el cementerio y las vías del ferrocarril  hasta que fueron soterradas. El curioso nombre del barrio se debe a la primera urbanización de este sector donde tan solo se habían construido tres casas ya desaparecidas.

Es un barrio eminentemente residencial que cuenta con interesantes opciones a nivel monumental. Encontramos,  en la Avenida de la Bonanova, la Casa Mulay Hafid, residencia de un generoso sultán de Marruecos construida por Puig i Cadafalch, hoy consulado de Mexico, o la Biblioteca Josep Clarà, construida en el que fue taller y residencia del escultor. Pero si hay una joya en Le Tres Torres es el colegio de las Teresianas construido por Antoni Gaudí entre 1888 i 1894 en la calle Ganduxer. El aspecto macizo del edificio, como de fortaleza de piedra y ladrillo, entre mudéjar y gótico, convierte Les Tres Torres en una de las paradas de la ruta gaudiniana en la ciudad.

SANT GERVASI

Sant Gervasi lo componen los barrios de La Bonanova, el Galvany i el Putget i Farró.

La Bonanova coincide con el núcleo original del viejo sant Gervasi, un territorio eminentemente rural hasta que se transformó al ser elegido como lugar de residencia de la alta burguesía barcelonesa.

Uno de los paseos más interesantes que podemos hacer en el barrio nos lleva a lo largo de la Avinguda del Tibidabo con excelentes muestras de arquitectura residencial donde se suceden los más importantes arquitectos (Enric Sagnier, Joan Rubió i Bellver o Josep Puig i Cadafalch). Para ascender y descender a la parte más alta de esta señorial avenida tenemos la opción de usar el Tramvia Blau que transporta viajeros desde 1901 cuando el dr. Andreu lo consideró el sistema de transporte imprescindible para su proyecto de urbanización de la montaña. Durante años ha sido la única línea de tranvías con la que ha contado la ciudad.

A los pies de la avinguda el Tibidabo nos encontramos con los bien cuidados jardines de La Tamarita, pertenecientes a las familias Craywinckel, primero, y Mata, más tarde. El recinto fue diseñado por Nicolau Maria Rubio i Tudurí, ingeniero de jardines activo en la ciudad en los años 20 y 30.

Cerca, atravesando la avinguda de la Bonanova, antiguo camino que comunicaba el núcleo de Sant Gervasi con Sarrià, encontramos Can Altimira, el otro gran espacio verde del barrio que recuerda a quien fue su propietario el doctor Josep Altimira.

Sin duda la joya artística del barrio es la obra más desconocida de Antoni Gaudí, la Torre de Bellesguard construida sobre las ruinas de lo que fue la residencia del rey Martí l’Humà a principios del siglo XV por parte de Maria Sagués, viuda de un comerciante harinero. Gaudí concibió el edificio como un castillo medieval, cargado de simbología, y lo integró en un entorno naturalista como a él le gustaba. Destaca su torre coronada por una cruz de tres brazos.

El Galvany es la zona de Sant Gervasi más cercana a Barcelona. Su nombre proviene del promotor de la urbanización de la zona, Josep Castelló i Galvany. Destaca sobre todo el mercado, uno de los más bellos de la ciudad, una interesante construcción de estilo modernista que destaca por sus grandes dimensiones y la combinación del hierro, ladrillo, cerámica y cristal.

El Galvany cuenta con dos interesantes jardines, en la parte alta del barrio, el Parc de Monterols, y cerca de la Diagonal, uno los jardines más destacados de la ciudad, el Turó Park donde hace más de un siglo se levantó un divertido parque de atracciones, una parte fue transformado en residencias y el resto se reconvirtió en el actual jardín.

El Putget i Farró es un barrio marcados por un lado por las pronunciadas pendientes que descienden desde la cima que da nombre al barrio, actualmente convertido en parque, y por otro lado, por los terrenos más planos situados por debajo de la ronda general Mitre. Fue en su día una zona de veraneo de la alta burguesía barcelonesa que se construyó casas con jardín y que han ido desapareciendo para dar lugar a los más modernos edificios de vecinos.

VALLVIDRIERA

Vallvidriera, con sus núcelos del Tibidabo i Les Planes, es un rincón privilegiado, situado en medio del pulmón verde que representa Collcerola, destaca por sus caminos y pistas en medio del bosque en medio de una ciudad de asfalto.

Destaca en la cima el Tibidabo, a 512 m sobre el nivel del mar, accesible mediante el funicular. Alli nos encontramos con el parque de Atracciones, con atracciones llenas de encanto que han sido usadas por varias generaciones de ciudadanos y el templo del Sagrado Corazón, levantado para limpiar los pecados de la ciudad.