El retorno de Subirachs

Josep Maria Subirachs (1927-2014) fue un prolífico escultor, enumerar su obra es tarea compleja por su enorme cantidad. Su trabajo más conocido es, sin duda, la Fachada de la Pasión de la Sagrada Familia en la que estuvo trabajando entre 1987 y 2009. Su hija Judit, historiadora del arte, tiene catalogadas más de 10.000 escultura, entre las que están en espacios públicos o en colecciones particulares. Tal magnitud de trabajo se debe, además de la pasión con la que vivía su trabajo, a que fue muy apreciado y cotizado por instituciones, entidades y particulares.

Subirachs nació el 11 de marzo del año 1927, en el seno de una modesta familia del Poblenou, en el carrer de Pere IV, número 195, y 90 años después ha vuelto al barrio.

Muy cerca de su casa natal y de su escuela, la cooperativa Pau i Justícia, sede actual de la Sala Beckett, se exponen, desde el 26 de mayo de 2017, un centenar de las más de 500 obras que legó a la familia. El Espai Subirachs se encuentra en un local de unos 300 metros cuadrados situado de el pequeño carrer Batista en el número 6.

Durante los últimos años de su vida, el artista se propuso que su obra estuviera expuesta en un espacio permanente, al alcance de público general, y así se dedicó a poner en orden las piezas que a lo largo de los años había realizado y guardado. Las primeras noticias de lo que había de ser el Espai Subirachs se vincularon a una entidad bancaria, interesada en financiar el proyecto que tendría su sede en el céntrico carrer de la Princesa, muy cerca de la calle Montcada y el Born. La crisis aparcó el proyecto cuando ya estaba en fase de concepción. Sin darse por vencidos, intentó retomar el proyecto con la participación de alguna de las administraciones públicas pero no se veía el final del laberinto. Así, finalmente la familia tomó la decisión de llevar a cabo el proyecto sin apoyo institucional y encontró una buena acogida en el barrio de origen del artista. Se cumplía así el deseo del artista al que se le redescubre en su lugar de origen.

El espacio comienza con la relación del artista con el Poblenou y con uno de sus símbolos, la Torre de les Aigües, presente en alguna de sus obras. Esta parte fue expuesta, en la misma torre, unos meses antes de la inauguración del Espai Subirachs.

La biografía del artista explica esta relación del barrio natal y la familia, impulsora del proyecto.

La exposición se organiza de forma cronológica empezando por su aprendizaje con los escultores Enric Monjo y Enric Casanovas cuya influencia se aprecia en las primeras obras que se incluirían en  lo que podríamos llamar un postnoucentisme.

La figuración deja la estilización y en su obra se acentúa el carácter dramático de las imágenes, las figuras se tensan, se acentúan los angulos y el estilo del maestro se empieza a manifestar. Es el periodo que se ha denominado expresionista.

Un nuevo paso en la manera de trabajar del artista le aleja de la figuración y dominan las formas geométricas, las líneas cóncavas y convexas, el diálogo entre materiales y formas. Subirachs juega y se radicaliza. Es la abstracción. Tras experimentar en este ámbito vuelve, de nuevo a la figuración. Es la neofiguración.

Uno de los aspectos que más sorprenden del Espai Subirachs es la obra gráfica, dibujos y pinturas de gran intensidad, con composiciones que juegan a crear paisajes y arquitecturas, una de sus pasiones artísticas, y un excitante erotismo que no se aprecia en su obra más conocida.

Con esta trayectoria el trabajo de Subirachs culmina en su plenitud con las metáforas, con composiciones que, sin dejar de experimentar con las formas y materiales propias del escultor, acentúan el carácter intelectual, la reflexión propia de un artista que llega a su plenitud y madurez vital y artísica.

Y también está el pequeño Subirachs, el que no trabaja en grandes dimensiones sino en piezas diminutas, el Subirachs que diseña medallas y que convierte al homenajeado en un doble homenajeado al recibir, además del honor, una obra de arte.

La visita de la mano de Judit Subirachs es totalmente recomendable ya que nos abre los ojos a los objetos artísticos que se muestran a lo largo del espacio. Con sus explicaciones vamos conociendo al artista y su trabajo, sus influencias, sus experimentaciones, sus pasiones… es algo más que una visita es un acto de amor de una historiadora con un artista que además es la de una hija con su padre. Todo queda claro y el artista gana en las distancias cortas. Impagable el dialogo que se establece con la obra y su mejor conocedora, el alma del Espai, que nos dice que no es el momento no de reivindicar a Subirachs, sino de redescubrirlo.

Para saber más la web nos permite introducirnos en este ambiente, para contactar y establecer una visita está el mail a espaisubirachs@gmail.com.

No dejéis pasar los días y haceos un regalo para la sensibilidad y el espíritu pasando por Poblenou.