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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
En tiempos oscuros es mejor bailar que llorar. Probablemente eso piensen Jungle By Night, un joven colectivo holandés con nueve miembros en sus filas que ofrecen en sus discos y directos una explosión instrumental a base de trompeta, saxo, trombón, guitarra, teclados, bajo y percusiones. Se aproximan al afrobeat en clave jazz y con la misión de hacer bailar hasta que salga el sol. Leyendas como Tony Allen y Seun Kuti ya les han dado el aval tras una serie de discos muy bien considerados a lo largo y ancho del mundo (de Indonesia a Francia, de Turquía a Japón, de Canadá a Estonia). El año pasado lanzaron vía Rush Hour ‘Livingstone’, donde explotan más que nunca sus obsesiones africanistas. Mañana arrancan en La [2] de Apolo una gira que también pasará por Valencia, Zaragoza, San Sebastián, Gijón y Lugo. Hablamos con ellos.
¿Cómo es la toma de decisiones en una banda con nueve miembros? ¿Sois organizados o caóticos?
Somos un caos perfectamente organizado. El que nunca habla es el que toma las decisiones. Es un proceso largo y sinuoso en el que solemos estar en desacuerdo y en el que se generan muchas discusiones. Pero hay canciones que las creamos en solo dos días. Nuestra gran ventaja es que nos conocemos todos bien y podemos decir sin tapujos lo que pensamos. ¡Nos lo pasamos en grande!
¿Cómo empieza y termina una canción de Jungle By Night?
Empezamos con un aperitivo Ricard, luego nos pasamos a un vino Reserva Tondonia, de ahí vamos al champán para entrar en calor. Lo rematamos con unos Jervas.
¿Cómo se compara “Livingstone” a vuestro anterior disco, “The Traveller”, y qué es lo que querías probar en este álbum?
Creemos que este álbum es más cohesivo que nuestros anteriores trabajos. Había una larga lista de cosas que queríamos hacer de una manera diferente en “Livingstone”. La prioridad era que fuese más cohesivo. Además, la grabación también fue muy diferente a cómo la hacíamos en el pasado. Esta vez, en lugar de ir a un estudio, nos creamos nuestro propio estudio en una vieja granja y nos encerramos ahí durante diez días. El sol brillaba, comimos buena comida y creamos “Livingstone”.
El álbum fue lanzado en Rush Hour, un sello muy conocido de techno underground. Amsterdam y Holanda se están convirtiendo rápidamente en la capital de la música electrónica. ¿Os interesa esa escena?
Claro, por supuesto. Tenemos un gusto musical muy amplio, siempre que se trate de buena música.
Además de esta escena electrónica tan rica, ¿creéis que estáis en un buen ambiente en Amsterdam y Holanda para prosperar como banda?
No demasiado. Por eso actuamos tanto fuera de nuestras fronteras.
¿Cómo os sentís después de que leyendas como Seun Kuti o Tony Allen alaben vuestro trabajo?
Estamos muy honrados. Que alguien como Tony Allen diga que somos el futuro del afrobeat es muy gratificante de escuchar porque no nos consideramos el típico grupo de afrobeat. Sin embargo, aunque esta música nos encanta, no creemos que nos deban reducir solo a eso. En todas estas giras hemos recibido nuevos inputs que incorporamos a nuestra música. Nos encantan los artistas tozudos que rehuyen de lo que está de moda en cada momento.
Como decíais, vuestra música no es solo afrobeat, y es que vuestras influencias están en todas partes. ¿Tenéis alguna línea roja que no queréis cruzar?
Sí, acatamos las sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Estáis a punto de cumplir diez años como banda. ¿Cuáles son las cosas más grandes que habéis conseguido? ¿Hay alguna celebración especial en mente?
Lo que más nos gusta es girar, nos encanta coger el bus y viajar a cualquier parte. Nos lo pasamos muy bien juntos y parece que cada año es mejor que el anterior. Sentimos que diez años después aún estamos fuertes, duros y llenos de vitalidad. Anunciaremos algo pronto con respecto a esa celebración.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.