Susanna Corchia: “La gente se gasta 3.000€ en un viaje cuando hay arte que cuesta menos”

Barcelona Gallery Weekend alcanza la semana que viene, del 10 al 13 de octubre, su quinta edición con la voluntad de convertirse en el espacio de referencia para el arte emergente y consolidado de la ciudad. Para ello, y contando con la participación de hasta 27 galerías de Barcelona y cercanías, el festival presentará decenas de exposiciones, intervenciones artísticas en espacios públicos y otras actividades.

Hay nuevos espacios como Alalimón y Dilalica, un homenaje a Gaudí desde Casa Vicens, las habituales rutas para fomentar el coleccionismo entre el público joven, la presencia de artistas como Josep Maynou, Jordi Mitjà, Alex Katz, Mercedes Mangrané y mucho más. Hablamos con su directora, Susanna Corchia.

¿Dónde y cuándo surge una iniciativa como BGW que aglutine las principales galerías de arte de la ciudad?

La idea nació hace seis años como parte de Art Barcelona y las galerías asociadas. Nació de varias exigencias comunes y compartidas de los galeristas, que partían de la reflexión que en Barcelona faltaba una feria de referencia como Arco. A la vez, el planteamiento fue que se tenía que buscar un modelo diferente al ferial, que hiciera más hincapie a las galerías y sus espacios. Mientras que una feria acostumbra a concentrar todo en un único lugar, aquí queríamos dar más relevancia al espacio galerístico. Creemos que es una manera original y diferente de experimentar la ciudad, de crear recorridos y vivir los espacios a pie de calle de otra manera.

Hablando del espacio público, una de las novedades de esta edición es hacer salir a la calle Composiciones, un programa que reivindica el arte en el espacio público. Para vosotros entiendo que era fundamental hacer a los barceloneses, espectadores casuales o no, parte del festival. 

Claro, era una tarea pendiente pero activa. Aparte de nuestra labor de difusión en el extranjero del trabajo de las galerías, una parte importante de nuestro trabajo es dirigirnos a la ciudadanía, que esta sepa que existen las galerías, que están todo el año, que su entrada es gratuita y que hacen un trabajo de difusión cultural muy relevante y poco valorado. Cada vez hay que insistir más, hay que hacer ver a la gente que es un buen plan de fin de semana o de después de salir del trabajo. Estas galerías nos dan acceso a proyectos artísticos originales y muy diferentes a lo que puedes ver en un museo.

Esta es vuestra quinta edición, una cifra siempre redonda que sirve para hacer balance y marcarse nuevos objetivos. ¿Qué esperáis de ella?

 El evento ya está consolidado, está en la mente de los apasionados del arte, del mundo de la cultural internacional y local. Este es uno de los objetivos que teníamos y que damos por cumplido, pero evidentemente no nos relajamos. Siempre queremos ofrecer contenido de calidad e innovador. Entre los objetivos por alcanzar queda pendiente involucrar aún más la ciudad, queremos despertar conciencia en la ciudadanía, que la gente participe más activamente.

En tu caso, has comisionado la exposición de Casa Vicens. ¿Cómo ha sido la selección?

Es una casa muy delicada, un lugar inspirador. A la vez es un lugar que se tiene que respetar, así que la selección no ha sido fácil. Se trataba de establecer un diálogo con el arte contemporáneo sin que fuera invasivo, sin que quitara protagonismo a la casa, que ya tiene mucho. Es un difícil equilibrio. Me he guiado muy sensorialmente, pues las piezas escogidas trabajan materiales que están presentes en la casa. Veía mucha correspondencia entre las obras y las estancias de Casa Vicens.

Ya contáis con 27 galerías. ¿Ni son todos los que están ni están todos los que son? 

Nos movemos cada año por un número similar, entre 25 y 28. Evidentemente, no están todas y siempre van entrando nuevas y habiendo bajas por temas de calendario. La agenda cultural internacional es muy intensa y hay galerías que participan en muchas ferias, así que entendemos que no se puede estar en todo. Me encantaría que el año que viene repitieran todas las de este año y vinieran algunas más nuevas. Es un número bueno porque te permite ver casi todas en cuatro días y a buen ritmo. No se vuelve algo inalcanzable, pero te ofrece mucho contenido del que disfrutar.

¿Qué últimas tendencias no deberíamos perdernos?

Hay galerías de toda la vida como ADN que inauguran espacios nuevos. Hay galerías nuevas como Dilalica, que abrió hace muy pocos meses y tiene la particularidad de ser la única que tiene arte electrónico en su programación durante el Barcelona Gallery Weekend. Espai Tactel.Toormix es una galería de Valencia que ha abierto en colaboración con Toormix en Barcelona. Es interesante ver cómo están surgiendo nuevos proyectos en la ciudad, cómo se está dinamizando la escena. También hay galerías consagradas con artistas de primer orden. Puedes ir del arte de vanguardia de los grandes nombres a artistas jóvenes y mucho más experimentales y menos conocidos.

¿Cómo funciona el programa de adquisiciones y acercamiento al coleccionismo? 

Contactamos con empresas privadas y fundaciones que tienen colecciones corporativas. Nuestra invitación es que se comprometan a adquirir al menos una de las obras que se exponen en BGW. Queremos que se alimente el mercado local, que haya un apoyo de las empresas hacia el coleccionismo de aquí. Hay que reivindicar nuestra escena versus ir a comprar fuera. Es una manera de alimentar el tejido de los artistas y galerías de Barcelona. Como organizadores no entramos en esta negociación, simplemente pedimos este compromiso. Este año participan varias entidades como Fundación Vila Casas o Utopicus, una red de coworkings de Madrid y Barcelona en cuyos espacios tienen obras de arte. Convivir con el arte es un concepto muy bonito y lo que queremos apoyar. También está el hotel Sir Victor, entre otros, uno de los principales patrocinadores de este año, que también adquiere obras.

También veo que uno de los objetivos es acercar el arte al público joven. ¿Cómo se consigue con un sector que normalmente tiene menos experiencia y dinero?

Más que un programa para jóvenes, es un programa para acercar al público a las adquisiciones de arte. El año pasado decidimos empezar estas actividades porque nos dimos cuenta que hay mucho prejuicio respecto al mercado del arte y sus supuestos precios altos. La gente se piensa que se trata de un bien inalcanzable. Por un lado, está el disfrute gratuito del arte cuando vas a las galerías, pero también queremos invitar a pensar al público que pueden comprar obras que no tienen los precios de subastas que se ven en la tele. Si se pueden gastar 3.000 euros en un viaje, hay obras de arte que valen bastante menos. No es tanto una falta de recursos, sino una falta de información y sensibilización. A veces nos gastamos mucho más en una pieza de diseño de un sofá o una mesa, o una televisión ultraplana que en una obra. El año pasado hicimos varias visitas a galerías y propusimos charlas con coleccionistas. Este año le hemos dado la vuelta y queremos que la gente conozca el lado más consolidado y corporativo del coleccionismo.

¿De qué manera dais continuidad el resto del año a lo que hacéis durante el fin de semana?

Desde la asociación Art Barcelona se hacen muchas actividades como las visitas guiadas Gallery Walks. Son rutas muy conviviales que acaban con un vermut. Tienen bastante éxito y se van a intensificar este año. Es nuestra manera de decir que las galerías funcionan todo el año. La asociación también organiza Art Nou, un festival de arte emergente.