Sónar, Laus, sudor y lágrimas

Llegamos al mes de julio superando con éxito los clásicos del verano, y soñando con el día en que refresque la temperatura y nos permita disfrutar de la vida sin sudar como el sol lagarto. Y es que las demenciales temperaturas y la brutal humedad que estamos sufriendo parecen directamente vinculadas con el fervor lúdico, turístico y cultural en los que se ha sumergido la capital catalana estos días.

De un lado, el festival de música avanzada y nuevas tecnologías, Sónar, rebautizado como Music, creativity & technology, que sigue siendo uno de los principales reclamos turísticos estivales y que se adapta a los tiempos no sólo en nombre, sino en cuerpo y espíritu.  La expectación que genera en turistas, locales, medios y profesionales es proporcional a la calidad y riesgo de su programación de la que ya hemos ido dando buena cuenta desde estas mismas páginas.

Podríamos hacer un repaso de las que se han lucido este año, como Juana Molina, The Black Madonna o la impredecible Björk, o de algunos de los directos más solventes. Soulwax, De la Soul, Thundercat, Sohn, Clark, Vitalic, o de las excepcionales sesiones de Masters at work, o Prins Thomas, en la que incluso sonó “los niños del parque”….

Pero lo que seguro que se llevó la parroquia en su memoria es la pegajosa sensación de no recordar la última vez que sudaron tanto. Comentario que delicadamente le fui haciendo a cuantos colegas y amigos me encontré por allí, hasta que Marc Obiols aka Madraaasso, me  sugirió la idea de que no había sudado tanto en su vida, y tuve que darle la razón.

Coincidimos en el mini set de Fran Leaners, que bien se hubiera podido programar para el SonarCar. Sí señores, oír vinilo por la noche en el sonar se ha convertido en tarea difícil. El surco, el diamante y los saltos involuntarios se echan de menos en ese angosto escenario. Porque qué sentido tienen las 6 horas de set si se sucumbe a la tecnología y al sync digital

Igual coincidiendo con el lanzamiento del esperado documental de Fernando Gallego aka Nando Dixkontrol, se podría hacer un tete a tete con el maestro Lenaers. No estaría mal rendir un homenaje a los pioneros de la electrónica en nuestro país, ya que probablemente fueron ellos los que involuntariamente estaban sellando los cimientos de lo que hoy conocemos como cultura electrónica. Nunca han tenido un protagonismo en el cartel, y con buen criterio creo, pero siempre hay un momento adecuado para cada cosa, y quien sabe, quizás el 25 aniversario del festival lo sea, Ojo lo de cambiar el naming de sonar car a sonar parking, tampoco, que nos conocemos.

Pero no nos pondremos especialmente románticos, volvamos al presente. Barcelona, al margen de otras muchas virtudes y de otros grandes festivales como el Primavera Sound o el Cruïlla (que este año ha crecido como nunca y en el que ha fallado la logística del espacio) sigue siendo reconocida como la capital del diseño.

Como cada año los ADG-LAUS han dado buena cuenta de lo mejor de la industria en todos sus ámbitos. En esta edición el premio que nos ha hecho saltar las lágrimas es el que se ha concedido a los amigos de Bendita Gloria por el catálogo para Anna Bonny. Un proyecto 100% local de los que se ha de hablar y mucho. Cuanto más en boga está la defensa de los derechos de las mujeres, la lucha contra los abusos, y otras campañas en busca de la igualdad de géneros, una chica de Barcelona en silencio y desde la intimidad de quien ha sufrido el cáncer en sus propias carnes, ha lanzado un producto que aborda de una modo innovador, elegante y eficaz ese problema endémico que sufren muchas en silencio. Después de entrevistarla para la revista, todavía estamos más enamorados de su iniciativa, no os la perdáis.

Y si hablamos de lágrimas, y no de felicidad, no podemos dejar pasar el lamento del que más se habla estos días. La dichosa problemática con el exceso de especulación turística que sufre el centro de la ciudad. Para hablar de ello hemos creído oportuno dar voz al que quizás es el perfil más influyente de nuestro querido Paseo de Gracia, Luis Sans. Presidente y propietario de la exclusiva tienda de moda Santa Eulàlia. Sus opiniones sobre este y otros temas no dejarán indiferentes a muchos , y estemos o no de acuerdo con el 100% de sus palabras, el turismo es a la vez problema y la solución para nuestra maltrecha economía. Lo fué, lo es y lo seguirá siendo.

A nosotros nos emociona contemplar como el verano ha empezado fuerte, con una oferta cultural más que digna.  Coincidiendo con el tirón de los festivales,  Barcelona demuestra poco a poco que puede situarse también como destino cultural y artístico que eleve la calidad de esas visitas, o al menos eso nos gusta pensar.

El Museo del Diseño dependiente del ayuntamiento,  con la fantástica “David Bowie is”, la muestra de su coetáneo Brian Eno,  Soundforms en el Centre d’Art Santa Mónica de la Generalitat, o la inmersión virtual de Björk en el cccb de la diputación y ayuntamiento, son algunos ejemplos de lo que somos capaces de proyectar como ciudad más allá de nuestro apreciado Gaudí, la playa, la paella o la borrachera continuada de las despedidas de soltero basura que todavía se siguen viendo.

Esperemos que el calor no siga en aumento, por de pronto os proponemos algo fácil para combatirlo, escoge un buen cóctel, una buena compañía y disfruta al pensar lo afortunados que somos de vivir en Barcelona.