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Los 6 mejores discos de 2018

Del pop electrónico de Robyn al trap de Cardi B pasando por la obra maestra del tótem indie Low.

Categoría: Cultura | 17 diciembre, 2018
Redacción

covers 18 Los 6 mejores discos de 2018

Contra la inabarcable saturación de listas del año, concreción. En lugar de tener que navegar por listados de decenas y decenas de discos para encontrar tu nueva droga de elección, aquí te recomendamos seis álbumes (por cada lado del hexágono de las baldosas de Paseo de Gracia, claro). Cada uno representante perfecto de ámbitos como la electrónica, el indie, el pop, el trap, el rap y el experimental. Seis de los largos que hemos tenido en más alta rotación este curso 2018. ¡Dale al play!

 

Robyn – Honey

A Robyn la hemos echado mucho de menos, y eso que en los ocho años que separan sus últimos dos discos a la diva sueca le ha dado tiempo de colaborar activamente en proyectos de tan alto perfil como su alianza con sus amigos escandinavos Röyksopp. Este ‘Honey’ es un trabajo fruto de un enorme tumulto emocional, en el que ha tenido que ordenar pensamientos como la muerte de su amigo y colaborador cercano Christian Falk y la separación de su pareja. Ahora vuelve más fuerte que nunca, reivindicando sus raíces house-pop con un disco que es todo empoderamiento y vitalidad y del que se extraen gemas tan colosas como el tema titular, que había adquirido ya un estatus de leyenda antes de ser publicado a raíz de su aparición en un capítulo de ‘Girls’.

Tirzah – Devotion

En el pop (electrónico o no) hay una obsesión por la perfección. Sin embargo, Tirzah (la unión de la vocalista Tirzah Mastin y la productora prodigio Mica Levi) huyen de ella. Es más, hacen belleza de la imperfección, del error. En su álbum de debut crean un tejido de pop experimental que también bebe del R&B para crear la banda sonora de noches húmedas y en vilo, con una particular deconstrucción de las historias amorosas que huye de los tópicos. Es una música fascinante que se retuerce los sonidos y a menudo autosabotea sus posibilidades. Si en el pasado te obsesionaste con The xx o James Blake, esto va a ser tu nueva droga. Pero esto no es pop minimalista, sino pop destruido.

Cardi B – Invasion Of Privacy

Hasta hace menos de un año Cardi B era, digámoslo claro, un one hit wonder al que se le recordaba más por su pasado como stripper que por su potencial como estrella trap. Y su álbum de debut es, hablémoslo claro, una peineta a las expectactivas, a los haters y a todos los que hasta ahora han dudado de ella y la han infravalorado. Si hasta hay recados a su por entonces pareja, Offset. Pero es también un disco que la confirma como una de las artistas más versátiles de la actualidad. En ‘Invasion of Privacy’, Cardi coquetea con sus raíces latinas, explora nuevas vías de expresión R&B y también encuentra un par o tres de relevos al omnipresente ‘Bodak Yellow’. La veremos en Primavera Sound, y nosotros ya estamos haciendo cola en el Fòrum.

Low – Double Negative

Claro que hay casos como los de Leonard Cohen, Neil Young o David Bowie que desmienten que tus héroes favoritos, con la llegada de la madurez, se acomodan y dejan de volarte la cabeza con su música, pero no por ello nos sorprende menos una obra maestra otoñal como la de Low. Tampoco es que los últimos discos del trío de Duluth fuesen malos, ni mucho menos, pero ‘Double Negative’ los muestra en un estado de forma envidiable, a un nivel que ni los jóvenes retoños del indie pueden rivalizar. Un álbum que los aleja de su zona de confort, que pone en jaque sus ideas y saca lo mejor de ellos mismos bajo la atenta producción de B.J. Burton, que los convierte en improbables héroes de la experimentación electrónica. Bravo.

Pusha T – Daytona

A Kanye West se le tenía (y se le sigue teniendo) ganas. Por eso, no son muchos los que son capaces de valorar los cinco discos que produjo en semanas consecutivas entre mayo y junio como lo que son, trabajos notables y un experimento interesante en tiempos de dictadura del streaming. Así que contra esos álbumes kilométricos con 15 o 20 temas (hola, Drake), Pusha T, precisamente, su gran némesis, ha dado con un disco de absoluta concreción. Siete temas a tumba abierta, a quemarropa, sin tomar prisioneros, con rima inspirada, un flow de otro mundo y un replay value sencillamente inigualable. 20 minutos que suenan a vuelta de honor a cargo de uno de los rappers más en forma del momento. Aquí somos de Pusha, diablos.

Leon Vynehall – Nothing Is Still

En 2018, cada vez han sido más los productores de electrónica de baile que han huido de la pista en busca de una música post-club, ajena a los registros dance. Quizá el que mejor se ha desenvuelto y el que más al extremo ha llevado esta idea es el héroe house neoyorquino Leon Vynehall. En este disco los beats desaparecen, solo pueden caber en tu imaginación. Una maravilla downtempo jazz que bebe del viaje transatlántico que sus abuelos emprendieron en los años 60 en busca de una mejor vida para crear una música impresionista a base de cuerdas, piano y saxo. Es como una Gran Novela Americana (una idea que refuerza el hecho de que el productor ha acompañado el lanzamiento de cortos y un relato coescrito por él mismo) en clave electrónica y nos ha flipado más que los trabajos de Objekt, Skee Mask, DJ Koze y otros favoritos de la crítica.

Categoría: Cultura | 17 diciembre, 2018
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