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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Acabáis de conocer a alguien. Charláis un rato y os dice que le gusta leer. Inmediatamente os viene a la cabeza la típica imagen de alguien sentado en el metro leyendo “Los Pilares de la Tierra” —nunca en versión de bolsillo, siempre en gran formato— o tumbado en la cama girando páginas hasta dormirse. Luego le preguntáis por su autor favorito, pero os dice que no tiene, que le va más leer en Internet. ¿Y ahora qué? ¿Os quedáis con una cara de sorpresa? ¿O quizá sonreís y le decís que vosotros también?
Lo cierto es que no debería sorprendernos tanto. Hay quien piensa que la revolución de la lectura pone punto final con el paso a los libros electrónicos, bien guardaditos y ligeros en nuestros Kindle o iPads, pero yo creo que se puede ir más allá. Internet nos pone al alcance de dedos y ojos una cantidad ingente de textos para leer: blogs personales, revistas en línea (¡como la que estáis leyendo ahora mismo!), sitios web especializados en informática, en moda, en coches o cualquier otra temática que se os ocurra por más nimia que sea. Y todo eso sin contar los periódicos y revistas que han dado el salto a Internet.
Seguro que leéis algo de todo lo anterior, ¿verdad? Tampoco me extrañaría que me dijerais que pasáis más tiempo leyendo contenido en Internet que leyendo una novela. Aun así, la mayoría de lo que leemos por Internet no se considera LEER en mayúsculas. En realidad, no supone ningún cambio radical, simplemente estamos ante un cambio en nuestros esquemas típicos: ahora hay novelas escritas en Twitter (más de una), las reflexiones que cada noche no te dejan dormir ahora aparecen en entradas de blog e incluso los libros de recetas que toda cocina debe tener ahora se complementan con un vídeo YouTube grabado por el mismo creador del plato. Entre tanto lío de texto nuevo, quizá lo más interesante de todo son los autores: mucha gente que antes sólo leía ahora se anima a escribir, pero será mejor que dejemos este tema para otro día y otro artículo.
En definitiva, ya no leemos lo mismo que antes, se empiezan a introducir nuevos géneros y nuevos soportes. Pero por mucho que cambie todo lo que lo rodea, el acto de leer sigue aquí entre nosotros en la era digital. Sigamos LEYENDO.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.