Decálogo de Frank Underwood para sobrevivir en política
El despiadado congresista estadounidense Francis Joseph Underwood tiene diez valiosos consejos para los candidatos a la alcaldía de Barcelona.
Esta semana nos reunimos con Alberto Fernández Díaz, viejo lobo de la política municipal barcelonesa, candidato del PP a la alcaldía que ha jugado entre dos aguas: pactando con todos los alcaldes en aquello que le parecía conveniente para Barcelona, y negándose a agachar la cabeza frente a lo que entiende por abusos, de partidos ajenos o del suyo propio. Honestidad brutal en esta entrevista, que como todas las demás tuvo lugar en el Hotel Omm de Barcelona.
Juan Soto Ivars: ¿Cuáles son sus paseos favoritos por Barcelona?
Alberto Fernandez Diaz: Tengo una tendencia siempre al mar, en la ciudad busco conciliar mi vida política, de recorrer barrios, con el mar. Me gusta caminar por espacios abiertos.
¿Cuáles son los problemas más acuciantes de la ciudad?
Primero están los derivados de la crisis económica, el paro, la falta de refuerzo de asistencia social a aquellas personas a las que la crisis ha golpeado con crueldad. Hay mucha desigualdad entre barrios y en los últimos cuatro años se han acentuado. También me preocupa mucho la seguridad ciudadana.
¿No sirve de nada la campaña del civismo del alcalde Trías?
Buena parte del importe de las multas por incivismo no se cobran, así que en Barcelona ser incívico te sale casi gratis.
¿Qué falla, en su opinión?
Falta más pedagogía.
¿Pero pedagogía son carteles como los que hay colgados ahora de las farolas pidiendo que no vomitemos en los portales?
(Alberto se ríe) No, hombre. A ver, eso siempre, a vomitar a tu casa. Pedagogía significa que todos los barceloneses y también los que nos visitan nos concienciemos de respetar a la ciudad y a su gente. Y luego, mano dura en caso de que la pedagogía falle. Hemos encontrado el pasado verano episodios de lo que no tiene que ser. La equivocada gestión de Trías ha convertido el turismo, que es una oportunidad para Barcelona, en un problema.
¿Habría un turismo Champions y un turismo de tercera regional?
Hay un turismo de calidad y hay un turismo lowcost, un turismo de borrachera, como las fiestas convocadas por internet del Proyecto X, que son barra libre de alcohol y drogas, y que son una amenaza para la convivencia en la ciudad. No debemos renunciar a tener más turistas, pero sí tenemos que intentar tener mejores turistas. Nos interesa un turista cultural, familiar y de negocios que deja dinero en la restauración, en el comercio, en los taxis.
¿El turista joven es incívico con definición?
No, qué va, está ese turismo joven y viaja por Europa con poder adquisitivo muy relativo, pero que respeta los sitios que visita y tiene interés por conocer.
Javier Pereda: Pero también se ha favorecido desde del ayuntamiento un turismo de lujo, ¿qué opinas de ese turismo de Marina Port Vell y los yates de lujo cercando la Barceloneta?
El proyecto de Marina PortVell ha contado con mi apoyo porque reordenaba lo que estaba desordenado. Había una proliferación de barcos de envergadura importante sin ningún orden. El PortVell tenía gente allí viviendo en barcos como si estuvieran en Paseo de Gracia con una tienda de campaña sin ningún tipo de regulación. Se ha ordenado el puerto, creo que eso siempre es positivo. Hay que potenciar también la investigación marina en la ciudad de Barcelona.
¿No sobra nada?
Yo derribaría el cine Imax. Es un impacto visual que no podemos permitirnos en la Barcelona del Siglo XXI. Eso nos permitiría ganar nuevos usos sin afectar a la fachada marítima y a su impacto paisajístico. El PortVell tiene que ser la prolongación del Paseo de Gracia y la Rambla de Cataluña.
En cuanto a impacto sobre el paisaje marítimo, ¿no tiene ganas de derribar también el Hotel Vela?
Bueno, el hotel Vela tiró adelante con una concesión que está vigente por muchos años. Se minimizó el impacto inicial, que ya era de por sí importante. A mí no me desagrada.
¿Y en cuanto al Moll del Relotge?
Pues todo eso hay que redefinirlo. Redefinir la nave del secado de redes, aquellos pegotes como la cámara frigorífica, para combinar la vida laboral del puerto pesquero con unos ambientes paseables. Y luego también enfocar la parte profesional más a la preservación del medio ambiente, a la educación ambiental y las ciencias del mar.
¿No cree que si el puerto y toda la zona empieza a adecentarse podrían subir los alquileres de la gente que lleva viviendo allí desde que aquello era una cosa mucho más cutre pero mucho más barata?
Ahora es fácil hablar de esto, pero en diciembre de 2013 yo presenté una propuesta en que reclamaba la aprobación de un plan especial urbanístico que regulara las viviendas turísticas de Barcelona, que reclamaba también un plan de inspección de choque. Y era partidario, y lo sigo siendo, de un mecanismo de respuesta eficaz del Ayuntamiento ante las denuncias de los vecinos por las molestias. Que hubiera un protocolo con el colegio de abogados para que asesoren a los vecinos de los derechos que les asisten para impedir la proliferación de apartamentos turísticos en sus escaleras. Ante la pasividad del alcalde Trías, un mes antes de que estallara la Barceloneta, en verano de 2014, vuelvo a llevar el proyecto a la alcaldía. Pero no se ha hecho nada. Soy partidario de que, si hay que regular la vivienda turística en Barcelona, esta se haga en edificios enteros. Con conserjería y servicios integrados. Y rechazo que haya apartamentos individuales.
Entonces, por ejemplo, páginas como airbnb, ¿qué le parecen?
Ya sé que internet es poner puertas al campo. Pero es evidente que todos esos operadores, que pueden ser buenos, requieren un control. Lo que se publicite ahí tiene que tener la pertinente licencia municipal. Pero lamentablemente no siempre ha sido así. Se ofertan pisos sin la más mínima autorización, y ante una falta de inspección municipal que roza el escándalo. En un solo año, las viviendas turísticas aumentaron en el Eixample en un 100%. Imagina las irregulares. Y en la Barceloneta, a raíz del estallido social, en unas semanas se hicieron más inspecciones municipales que en los siete años anteriores. Esto demuestra que ha habido una dejadez municipal absoluta.
¿Ha paseado usted por el Forat de la Vergonya? Porque he leído bastantes declaraciones suyas contra el movimiento okupa, y creo que el caso del Forat de la Vergonya tiene algunas particularidades que permiten matizar. ¿Ese huerto vecinal, por ejemplo, es positivo?
Si alguien quiere poner un huerto debajo de tu casa tiene que seguir los trámites normales y presentar su iniciativa, y si le dan permiso, lo hace. Pero de hacerlo a la brava, no soy partidario. Lo que más me trasladan de la zona de Sant Pere y Santa Caterina es que están contentos por los ejes peatonales y de comercio que se han abierto, con mi apoyo, por cierto. A mí me preocupa en Ciutat Vella y en otros barrios el tema de seguridad ciudadana, y que algunos puntos se acaben convirtiendo en ghettos por un flujo migratorio desordenado.
¿Como por ejemplo el Raval?
Sí. Yo creo que hay que hacer unas políticas de inmigración sin complejos, muy exigentes en cuanto a cumplimiento de nuestras normas y el respeto a nuestras costumbres. Exigir que se cumpla la ley y no aceptar ningún tipo de discriminación. Si hay algunos colectivos que promueven discriminaciones, hay que frenarlos.
¿Le parece que la criminalidad está relacionada con la inmigración?
El crimen no tiene nacionalidad. Otra cosa es que cada vez hay más personas extranjeras que ingresan en la cárcel, y esto es un dato. La mitad de los ingresos en la Modelo son personas de nacionalidad extranjeras. Aparte de esto, también es cierto que hay actividades en la calle, como los lateros o el top manta, que hacen una competencia desleal al comercio legal, que paga sus impuestos, y que no debemos permitir.
¿Ha visto alguna vez un burka en Barcelona?
Sí, y lo he fotografiado. Y en mi vídeo de campaña sale una imagen que tomamos en Ciutat Vella con un burka. He visto un par. Es más, en Sant Jaume, en la concentración que hubo por el atentado de Túnez, vi a una mujer a la que sólo se le veían los ojos porque iba totalmente tapada.
¿Y estaba allí para mostrar su repulsa por el atentado islamista?
No lo sé, estaba grabando por el móvil, no pregunté pero me llamó la atención. Yo no juzgo, pero sí que creo que el burka es una esclavitud de la mujer y es intolerable.
¿Cree que Barcelona hay peligro yihadista?
Creo que no hay ningún país en Europa seguro. Sí que hay países más seguros que otros y ciudades más seguras que otras. El problema es la interpretación que algunos dan del islam.
Leí que usted se opuso a la construcción de la gran mezquita, pero ¿no le parece que ese peligro de las malas interpretaciones del Islam es más evidente en pequeños oratorios instalados en garajes?
En Barcelona hay varios así, oratorios sin licencia que provocan molestias a los vecinos, en vez de cerrarlos les han dado una subvención. El caso de la gran mezquita de Barcelona es distinto. Me opongo porque requiere una inversión multimillonaria que sólo puede provenir de colectivos arraigados en determinados países cuyos valores son contrarios y hostiles a nuestros valores de convivencia.
Y si uno de estos países compra el Espanyol, como han comprado el Málaga, ¿usted tira el carnet de socio a la basura?
Pues me gustaría saber qué política nos obligan a seguir. Si por ejemplo me obligan a aceptar determinadas condiciones para ser socio, rompería el carnet inmediatamente.
¿Está de acuerdo con medidas que recorten los derechos de los inmigrantes?
Estoy en contra de que un inmigrante, sólo por censarse, ya pueda optar a una vivienda protegida. Eso genera mucha desigualdad. Y también estoy contra las medidas que generan efecto llamada. Creo que un inmigrante debería estar aquí por lo menos diez años para poder acceder a una vivienda protegida. Demuestre usted voluntad de arraigo, pague impuestos, y entonces sí, todos los derechos.
Me llama la atención que, en este rato, no haya salido el tema del independentismo.
Porque no me lo has preguntado. Pero sí que ha salido cuando he hablado de Barcelona como una ciudad cosmopolita. Yo quiero que Barcelona sea cosmopolita y no arrastrar la marca de la estelada. Barcelona es capital mundial de la edición en castellano y una gran metrópoli del Mundo. Yo quiero esa Barcelona abierta, de acogida y de integración, y por eso yo no propongo bilingüismo sino trilingüismo. Tenemos que ser trilingües.
Habrá gente que, en este momento de la entrevista, piense que su visión del cosmopolitanismo es contradictoria con su visión de la inmigración.
No, porque cuando yo hablo de inmigración me refiero a aquellas personas que vienen de forma irregular y que no siempre se integran y que no respetan nuestro sistema de valores.
Pero ¿no forma parte eso del cosmopolitanismo?
Siempre y cuando se cumplan las reglas que nos exijamos a nosotros mismos. Todo el mundo es bienvenido con una premisa básica: que cumpla la ley. Por tanto, entre en este país por la puerta, no por la ventana. Y respete las normas. Y si usted quiere que seamos una ciudad de acogida, entienda que seamos también exigentes.
Javier: ¿Cómo piensa usted combatir los sentimientos nacionalistas tan arraigados que hay ahora mismo tras los últimos años?
La mejor receta es la propia Barcelona. Barcelona es la fórmula, es antídoto del independentismo. Seas español o independentista, si algo nos une a todos los barceloneses es nuestra ciudad. Si vas al extranjero, empiezas diciendo que eres de Barcelona, y a partir de aquí ya introducirás otros matices. Si algo une, es Barcelona. Y si algo separa, es la independencia.
¿Cómo juega usted su papel de oposición ahora y con Maragall?
Pues Maragall, pese a ser del partido contrario, tuvo mi apoyo para desbloquear el proyecto de Barcelona olímpica, por ejemplo. Y con Trías, pese a nuestra distancia ideológica, siempre he mostrado apoyo cuando una propuesta era positiva para Barcelona. Por supuesto que me niego a apoyar a Trías cuando quiere meter Barcelona en esta deriva independentista, pero yo hago una oposición constructiva. Para Barcelona sobran siglas de partidos y faltan esfuerzos comunes.
¿Cuáles son los modelos que rivalizarán en la alcaldía? ¿Qué Barcelonas tenemos para elegir los votantes?
Tres modelos. La Barcelona sensata que yo quiero lanzar, la Barcelona de la Estelada de Xavier Trías, y la Barcelona de la Izquierda Radical de Coláu.
¿Ciudadanos forma parte de la Barcelona Sensata? Porque usan las mismas palabras.
Ellos ya se han presentado tres veces. Y las otras dos, ya tenían representación en el Parlament y no tuvieron acceso al ayuntamiento. Mi adversario no es Ciudadanos, es la Estelada de Trías y el radicalismo de Coláu.
Entonces, ¿incluiría usted a Ciudadanos en la Barcelona Sensata?
Yo defiendo mi modelo. En estos nueve años he defendido el trilingüismo, esa Barcelona por encima de las siglas, esa visión cosmopolita, apoyada en los emprendedores… Y estoy en condiciones de alcanzar la alcaldía. Trías tiene 14 concejales, el PSC tiene 11 y yo tengo 9. Yo me veo ganando la alcaldía, la verdad.
Entrevista a Jaume Collboni, candidato socialista a la alcaldía de Barcelona, en el Hotel Omm.
Entrevista a Alfred Bosch, candidato a la alcaldía de Barcelona por ERC.
Entrevistamos a Carina Mejías, alcaldable del partido Ciudadanos para Barcelona.