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To airbnb or not to airbnb?

Hablamos con la plataforma 'Don't be a tourist' sobre el turismo, el shareconomy y de donde quedan cuando van de viaje.

Categoría: Cultura | 28 septiembre, 2015
Redacción: Paul-Simon Geddis

Hace cinco años si le hubieras dicho a alguien que ibas a quedar en casa de un perfecto desconocido en tus vacaciones te hubieran mirado ojipláticos. Como han cambiado las cosas. En poco tiempo, Airbnb, la plataforma de alquiler temporal, con sede en Silicon Valley, se ha convertido en la empresa de referente de la llamada ‘sharing economy’ con un valor estimado de $20 billones de dólares y más de un millón y medio de propiedades registradas en la plataforma.

Sin embargo, con tanto poder viene la gran responsabilidad (además de muchos haters). Y no menos en Barcelona, donde los usuarios de la empresa han crecido a la par con el turismo. Para algunos, el éxito de airbnb se debe a que llena un nicho en el mercado, y da una importante ayuda a los inquilinos “milenios” azotados por la crisis. Para otros son una multinacional empeñada en facturar todo lo que pueda gracias a una laguna legal, sin preocupación ninguna por el impacto social.

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Con la noticia reciente de que la Generalitat ha aprobado una reforma sobre la ley de alquiler temporal, hemos querido contactar con varios grupos de la ciudad para ver su punto de vista. Primero toca los activistas vecinales ‘Don’t be a Tourist’, quienes, a través de su página de Facebook se dedican a denunciar los excesos del turismo con un ojo crítico y gracioso a la vez.

Hola, primero, enhorabuena por la página. Según vuestro punto de vista ¿Qué son los daños directos asociados con el auge de turismo, y Airbnb en concreto?
Es un problema de saturación y, en estos momentos, de exceso. El turismo masivo, sin control, destruye. Privatiza el espacio público y hace público espacios privados. Destruye el tejido orgánico de los barrios y los gentrifica. Convierte lo íntimo en espectáculo y lo delicado lo pisotea. Airbnb añade una capa de descontrol convirtiendo espacios de uso privado en espacios de uso público. Genera inseguridad ya que la mayoría de estos espacios no están preparados para un tráfico constante de gente. Genera problemas de convivencia con los vecinos ya que estos no lo son y no se puede dialogar con un vecino nuevo cada 3 días y llegar a un acuerdo. Y genera sobreocupación.
En barrios como el Raval, Ciutat Vella o la Barceloneta esta sobreocupación tiene consecuencias directas en el paisaje de servicios. Básicamente, no existen o se reconvierten para uso y disfrute del turista. Sólo hay tiendas de souvenirs, de conveniencia y bares y restaurantes. Poca gente va ya a la Boquería. Pocos Barceloneses pasean por la Rambla. Pocos se atreven a ir a la playa de la Barceloneta…

Como respuesta a esto en los últimos tiempos han salido muchos políticos que abogan por el ‘turismo sostenible’. ¿Esto existe?
El turismo sostenible existe cuando deja de ser turismo. El turista, por definición, se enfrenta a su destino en forma de “tour”. Llegar, ver, irse. No aprende, no asimila, no entiende. Sólo mira. No construye una relación con el lugar que visita. Esto no representa mayor problema cuando se trata de ciudades muertas, ruinas. Sí cuando se trata de ciudades con gente que vive y trabaja en ellas. Existen las “visitas sostenibles”

¿Cómo veis la reforma propuesta de la Generalitat a Airbnb? ¿Va más lejos de ser solo un intento de generar más impuestos?
La vemos como un gol por la escuadra: vende nuestro espacio privado para enriquecerse. Podría llegar a significar que cualquiera podría montar un bed&breakfast en su casa. Desarma a los vecinos frente a situaciones de conflicto. Además, ¿dónde quedan las normas de sanidad, de ruido, de calificación energética? ¿Y la presión en los barrios en los que actualmente ya triplican la oferta “legal” de alojamiento controlado? Francamente, suena a propuesta en respuesta a la presión de su propio lobby.

¿Limitar el uso de Airbnb a algo parecido a su idea inicial – gente particular que alquilen su propia casa – podría atraer a un tipo de turismo mejor y más responsable?
Te remito a la pregunta anterior, y añado: Airbnb podría ser una idea genial, pero no en Barcleona, no en Berlin, no en Amsterdam. Es voraz, descontrolado, se comporta de manera alegal y no da herramientas a los vecinos para defenderse.

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¿Creéis que basta con regularizar Airbnb y plataformas parecidas?¿O hay que frenarlo por completo?
Es tan simple como hacerles cumplir la ley, la cual no permite el alquiler en short-term sin licencia. Quien alquila habitaciones, está montando una pensión y hay normativas al respecto. Lo que debería hacerse no es sancionar sólo al ciudadano, sino también a la plataforma para que se haga responsable de su contenido. En cualquier otro negocio, ya se les habría caído el pelo.

Uno de los argumentos a favor de Airbnb es que da beneficios económicas directos del turismo a los residentes de la ciudad, en vez de concentrarlo todo en manos de hoteleros y empresarios. ¿Tenéis simpatía a este planteamiento?
Es falso. Tremendamente falso. ¿Enriquece a los que están involucrados? Probablemente. Al resto nos hace la vida más difícil. Dos puntos ya comentados: pone muy por encima de la capacidad el número de pernoctaciones en determinadas zonas de la ciudad. Hay una correlación muy precisa en ese sentido que hemos publicado en la página. Eso tiene impacto directo en el tipo de negocios que genera a su alrededor (para el turista) y el tipo de empleo directo e indirecto que genera (de baja calificación y de temporada). Los hoteleros están sujetos a unas normativas, unas leyes, tienen que pedir permisos y mantener unos mínimos. Están sujetos a inspecciones. El Ayuntamiento puede limitar su expansión y ubicación. Esto no pasa con Airbnb. Bajo la piel de cordero de la economía colaborativa, son en realidad una empresa absolutamente salvaje y depredadora: quiere más, en mejores lugares, mejores que los hoteles. Eso sí, sin admitir ninguna responsabilidad, las cuales delega en el usuario y el propietario.
El Lobby hotelero también ha hecho mucho daño. Se necesitan políticas que tengan en cuenta los ciudadanos. ¡La industria del turismo también puede ser depredadora! Pero podemos votar para que no lo sea cada 4 años. Algo es algo

Ok y por último… ¿Cuándo vais de viaje, dónde os quedáis?
Pues depende. Vamos a hoteles, hostales, casas de amigos, intercambio de casas… Y, por supuesto, hemos usado Airbnb, principalmente en zonas rurales, pero también en ciudades. Y nos arrepentimos y no volveremos a hacerlo (casi) nunca más. Y menos en nuestras ciudades hermanas de Amsterdam, Berlin o París. Ahora empezamos a entender porque los parisinos tienen tan mala leche…

Categoría: Cultura | 28 septiembre, 2015
Redacción: Paul-Simon Geddis
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