Uber regresa a Barcelona tras una batalla judicial

Algunos de los que nos apuntamos a Uber hace años (la verdad es que no recordamos cuándo y en qué contexto) nos hemos despertado esta mañana con un email en el que la empresa de transporte privado anunciaba su regreso, esta vez parece que definitivo, a la ciudad de Barcelona después de tres años de ausencia por motivos judiciales.

En el correo refuerzan la idea de la demanda que existía para un servicio de este tipo en la ciudad, soltando algunas cifras esclarecedoras. Durante el Mobile World Congress de hace un par de semanas, Uber recibió cerca de 50.000 peticiones, y eso que aún no se encontraba operativa. Una cifra similar alcanzó en el pasado Primavera Sound. En total, medio millón de personas han intentaron pedir un Uber en Barcelona el verano pasado y hay más de 190.000 personas con la app instalada en sus móviles. Ahora, al fin, servirá para algo.

Si bien en su estreno operó con UberPop, un sistema que permitía al conductor recoger pasajeros en su ruta, ahora lo hará a través de uberX, el mismo con el que trabaja en Madrid. Para ello se hará valer de 120 licencias VTC (alquiler de vehículos con conductor), aunque la idea es ir creciendo paulativamente atendiendo a la alta demanda que existe en la ciudad para este tipo de servicios.

El precio del servicio se situará en los 0.16 euros por minutos y 1.42 euros por kilómetro. Existirá una tarifa mínima de 5.5 euros y una cuota de cancelación de idéntico importe. Uber también se reserva el derecho de incrementar las tarifas en momentos de alta demanda, algo que ya aplica la competencia directa, Cabify. La compañía asegura que con su servicio el usuario se ahorrará de media respecto al taxi “un 15 por ciento en los trayectos más habituales y de hasta un 20% en viajes al aeropuerto”.

Un sector, claro, que ya ha puesto el grito al cielo ante su regreso y en estos días previos ya ha caldeado el ambiente a través de las redes sociales dándole la “bienvenida al infierno”. En febrero, el consistorio aprobó un reglamento para regular el alquiler de vehículos con conductor, que ahora requiere de una autorización previa. El objetivo es que no se rompa la proporcionalidad entre VTC y taxis, que ahora mismo se sitúa en una licencia VTC por cada 30 taxis tradicionales, lo que sin duda ayudará al crecimiento de Uber en los próximos meses.

De momento, desde Uber prometen haber aprendido de sus errores pasados. “Somos conscientes de que no empezamos con buen pie en Barcelona. Y esta vez queremos hacer las cosas bien. Queremos colaborar con el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya y con el sector del taxi para, entre todos, construir una ciudad más sostenible y más habitable”.