El Eixample, un distrito señorial y cosmopolita

Paseo de Gracia es la gran vía del modernismo, la cultura, el lujo y el refinamiento barcelonés. Sus amplias aceras, sus bancos de trencadís y sus tiendas sofisticadas la han convertido en una avenida única en el mundo donde encontramos edificios considerados Patrimonio de la Humanidad. Conecta el casco antiguo de la ciudad con la Vila de Gràcia y es una de las arterias principales del distrito del Eixample, junto con la Rambla de Catalunya y el Paseo de Sant Joan. Además, será uno de los puntos más destacados de la primera Barcelona Shopping Festival el próximo 1 de julio.

Pero el Eixample es mucho más que todo esto. Desde sus inicios, este distrito barcelonés supuso la apertura de las murallas de la ciudad en el siglo XIX. Tras la aprobación del plan ideado por el ingeniero Ildefons Cerdà, se construyeron sus calles rectilíneas (todas iguales entre ellas), amplias y elegantes. Esto supuso la ampliación de una Barcelona amurallada, que ya no tenía capacidad de acoger más población, y la construcción de grandes vías que comunicarían la ciudad con otros municipios independientes, como Gràcia, Sarrià o Sants.

Desde la Gran Vía hasta la Avenida Diagonal, el Eixample contiene algunos de los edificios más emblemáticos de Barcelona como la Sagrada Familia y el Quadrant d’Or, formado por la Casa Batlló y la Casa Milà (de Antoni Gaudí), la Casa Amatller, la Casa Terrades y la Casa Macaya (de Josep Puig i Cadafalch), y la Casa Lleó Morera y la Casa Montaner i Simón (de Lluís Domènech i Montaner). Todos estos puntos de interés culturales han situado Barcelona en el mapa y convertido esta zona en una de las más visitadas por el turismo internacional.

El distrito del Eixample se divide en dos partes: el de la derecha, con gran interés turístico y comercial, y el de la izquierda, barrio tranquilo y residencial donde la vida transcurre como una agradable rutina. Pero lo más característico del distrito es que mantienen ambas partes son sus jardines escondidos en el interior de cada manzana, los colegios, las plazas y los bares, que aportan muchísima vida.

Su grandeza y diversidad han convertido el  Eixample en una zona donde pasear y vivir una Barcelona señorial y cosmopolita.