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Si abres google maps, vas al centro geográfico de Barcelona, y haces zoom, te encontrarás con la tienda Snow Dreams, uno de los sex shops más antiguos de la ciudad. Parece un milagro que una tienda así exista en una zona donde lo más común son los edificios modernistas, los turistas perdidos y los negocios de cupcakes; pero así es. Desde el año 96 la tienda lleva vendiendo látigos, consoladores, dvds pornos y todo tipo de parafernalia sexual a una clientela leal y diverso.
“Algo que he notado con el paso de los años es que cada vez son más las chicas que vienen a comprar”, me comenta la propietaria con orgullo justificado. “Cuando yo era joven, los pantalones eran pecado” resalta.
Que los tiempos han cambiado desde entonces es innegable, sin embargo, estos han sido años difíciles para los Sex shops, en gran parte, gracias a la pornografía gratis de internet. Pero si el Snow Dreams ha aguantado la crisis, no es pura casualidad. “Nosotras vemos al sexo como algo normal y natural” me cuentan, y se empeñan en presentarlo de esta forma. “En los escaparates, por ejemplo, siempre evitamos poner cosas ordinarias… Lo que ofrecemos es un espacio donde la gente se siente cómoda y donde, ante todo, haya discreción”.
Lo puedo comprobar por mi mismo durante los dos días que visito la tienda. Al contrario de lo que podríamos imaginar, de la tienda entra y sale un flujo constante de clientes de todo las edades y de ambos sexos, interesados en la sala de cine X, o en comprar algún juguete de sexo para sus parejas, quizá con la excusa del día de San Valentín. Los consoladoras siguen siendo lo que más se vende. “Los chicos suelen comprarlos grandes, pero no muy grandes” me cuentan con una sonrisa.
Pero el gran éxito de la tienda de Snow Dreams se encuentra detrás del mostrador. Una trastienda que, hace dos años se convirtió en una de las mazmorras de BDSM mejor amueblada de la ciudad.
“Nosotras desde siempre hemos estado especializadas en BDSM. Nadie tiene tantos artículos como nosotros, pero a la gente les faltaba el espacio para practicarlo“. Notando la creciente demanda entre el circulo de practicantes del sexo alternativo en la ciudad, decidieron abrirlo ellos, y ha resultado muy popular.
A primer vista la sala tiene más en común con la sala VIP de una discoteca que la habitación roja de dolor de Gray. Amplia y limpia, y decorada con sofás y velas, es bastante acogedora y se ve claramente la atracción para las parejas y grupos que lo alquilan. “Para salir de la monotonía del sexo en el mismo sitio todo el rato”. A parte de una enorme cama redonda “que pusimos para suavizarlo un poco”, desde el techo cuelga todo tipo de columpios, barras y arneses, claramente de alta gama.
Mirando el cruz de madera, las camillas de piel, y la jaula que ocupa toda una pared, te sientes igual que el primer día que vas al gimnasio: quieres probar todas las máquinas pero crees que te vas a hacer daño. Por suerte, la tienda también dispone de sus ‘personal trainers’. “A través de la página publicitamos a dos mistres, que lo alquilan con sus sumisos”. Me dicen, “Pero sobre todo se alquila a parejas que quieren vivir sus fantasías“.
Con el éxito de 50 sombras de grey, parece que el BDSM, uno de los últimos tabúes del sexo, ha llegado al mainstream. La esperanza es que esto dará una nueva vida a los sex shops, donde las parejas se pueden experimentar sin prejuicios. El Snow Dreams, por su parte, está mas que preparado.
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