Visión anarquista de la Guerra Civil
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona presenta una exposición centrada en la gráfica anarquista del conflicto bélico.
Ildefons Cerdà
Ildefons Cerdà fue el padre del Eixample. Cuando, en 1854, Barcelona perdió sus murallas se pudo urbanizar lo que hasta entonces había sido una zona estratégica militar, un espacio sin edificar en la parte exterior de la muralla, vacío de construcciones para evitar que las tropas enemigas se pudieran parapetar en caso de un asedio sobre la ciudad. Mientras el Ayuntamiento, en 1859, convocaba un concurso que ganaría Antoni Rovira i Trias, desde el Ministerio de Fomento se impuso el proyecto de Cerdà en 1860. Nacería así la nueva Barcelona. Cerdà pensó que urbanizar esa nueva zona mediante una serie de módulos que se distribuían de forma regular a lo ancho y amplio del territorio.
Esa agrupación de casas, explica el maestro Permanyer, se denominó manzanas, un neologismo debido al propio Cerdà que deriva del término en latín mansio/mansionis que puede traducirse como habitación o casa. En catalán nunca hablamos de “mansanes” como sí que se hace en castellano. En catalán hablamos de “illes”. Es curioso que sea la misma palabra con la que se designa a la sabrosa fruta que tentó a Adán y Eva y que provocó su expulsión del Paraíso.
Las manzanas del Eixample no tiene nombre y prácticamente no se distinguen unas de otras, son prácticamente todas iguales o, mejor dicho, muy parecidas. De entre todas sorprende la llamada “manzana de la discordia” y es la que encierran las calles Concell de Cent, Rambla Catalunya, Aragó i Passeig de Gràcia. Se suele decir que el motivo de tal denominación es el hecho de que las fachadas que configuran la manzana –sobre todo las que asoman a Passeig de Gràcia- son tan distintas que dan como resultado la discordia. Siempre he pensado que era una explicación simple y que no me convencía. Así que la explicación de tal denominación la he encontrado en la mitología clásica, en el Juicio de Paris.
El Juicio de Paris según Rubens en el Museo del Prado
Según contaban los clásicos, cuando se produjo el casamiento de Peleo y Tetis, fueron invitados todos los dioses del Olimpo. Solo quedó sin invitación Eris, la diosa de la discordia, ya que su influencia negativa podía perjudicar la nueva pareja. Pero Eris se enteró de la celebración del acontecimiento y acudió a la fiesta. Cuando todos estaban felizmente en plena celebración, Eris lanzó una manzana de oro y la ofreció a la diosa más bella entre las presentes. Fue Zeus, padre de los dioses, el que buscó al juez que debería elegir a quien correspondería la deseada manzana y el honor le correspondió a un humano, a Paris, hijo del rey de Troya. Tres fueron las diosas aspirantes a la manzana destinada a la más bella: Hera, la esposa de Zeus, Atenea y Afrodita. Las tres quisieron influir en la decisión de Paris y, para buscar sus favores, no dudaron en recurrir al chantaje. Así, Hera ofreció a Paris el poder, convirtiéndolo en el más poderoso de la tierra, Atenea le ofreció la sabiduría, con lo que haría de Paris el más sabio de todos los hombres, y Afrodita, le ofreció el amor, de esta manera a parís no se le resistiría ninguna mujer. París no dudó un instante, eligió a Afrodita y se vio favorecido con el amor de Helena, la más bella de las mujeres de su tiempo. Helena abandonó por Paris a su esposo Menelao, rey de Esparta, que decidió emprender una batalla contra quien le había arrebatado a su esposa. Esparta invadió Troya y de esta manera comenzó la mítica batalla.
Ante la manzana que nos ocupa nosotros hemos de hacer como Paris. No tenemos que elegir entre ninguna diosa sino entre tres edificaciones que se sitúan entre las más bellas del modernismo.
La casa Lleó Morera (1902-1906) de Lluís Domènech i Muntaner:
La Casa Amatller (1898-1900) de Josep Puig i Cadafalch:
La Casa Batlló (1904-1906) d’Antoni Gaudí:
¿Cual es vuestra elección? Yo no lo tengo claro. Las tres obras son excelentes. Afortunadamente no soy Paris y no he de elegir la más bella. ¿Haréis lo mismo o tenéis una favorita?
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona presenta una exposición centrada en la gráfica anarquista del conflicto bélico.
Escondida en la ciudad encontramos los restos materiales de muros, calles, tumbas y acueductos de la hija de Roma.
Ahora que Barcelona sale a la calle para reivindicar sus derechos recordamos una gran victoria de la clase obrera.
Un repaso a los orígenes de la emblemática arteria, desde finales del siglo XIX a la Guerra Civil.