Visión anarquista de la Guerra Civil
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona presenta una exposición centrada en la gráfica anarquista del conflicto bélico.
La guerra civil se cobró demasiadas víctimas. Todas las historias son tristes y la de los perdedores además desconocidas y a veces falseadas. Un caso especialmente triste es el de los llamados “presidentes mártires”.
La historia del president de la Generalitat Lluís Companys es ampliamente conocida. Fue detenido en Francia por la policía militar alemana e inmediatamente entregado a las autoridades franquistas. Sin garantías procesales, fue juzgado y condenado a muerte. En el castell de Montjuïc murió un triste 15 de octubre de 1940. Esta historia eclipsa la del presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep Suñol i Garriga, cuatro años antes, en la sierra de Guadarrama.
Josep Suñol nació en Barcelona el 21 de julio de 1898. Su familia se dedicaba al comercio de productos coloniales, especialmente al refinado del azúcar, por lo que Suñol fue pronto conocido como “el del sucre”. Estudia en los Escolapios y entra en la Universidad. Estudia la carrera de Derecho y se licencia en 1920. Se dedica a los negocios familiares. La empresa familiar, La Azucarera del Jalón (con sede en Barcelona y fábrica en Épila), se había convertido en 1911 en la Compañía de Industrias Agrícolas.
Es un hombre aficionado al deporte una de sus pasiones, la otra fue la política. Inicia su militancia política se inició en las filas de Acció Catalana de la que nacería en 1931 en la Acció Catalana Republicana y desde donde pasa a Esquerra Republicana por la que será tres veces diputado a Cortes.
Se hace socio del FC Barcelona a raíz de los sucesos del 14 de junio de 1925. Ese día se juega en Les Corts un partido homenaje a l’Orfeó Català, el Barcelona se enfrenta al Júpiter. La banda musical de una escuadra inglesa, invitada al acto, toca el himno nacional y es recibido con una sonora pitada. Tres días después se clausura el campo que no vuelve a ver jugar al Barça hasta el mes de diciembre, seis meses después.
Casado con Glòria Soler, en 1927 nace su hijo Josep Suñol, el futuro coleccionista. También en 1927 empieza su relación con la prensa. Colabora en el diario La Nau, dedicándose en concreto a su edición deportiva La Nau dels Esports.
Suñol es directivo del Barça desde 1928 y presidente de la Federació Catalana de Futbol Associació (1929-1930).
En 1930 funda el semanario La Rambla que adoptará el lema de Esport i Ciutadania como manifestación de sus principios: el deporte, el catalanismo y el republicanismo. Con problemas de censura gubernamental (aparecerá como La Rambla de Catalunya para evitar el cierre), se convertirá en una de las publicaciones más populares de la ciudad cuando se proclama la República. Ubicada en la Rambla de Canaletas, el balcón que ocupaba la redacción se relaciona con los orígenes de las celebraciones culés en Canaletas. Cuando el Barça jugaba fuera, los periodistas de La Rambla escribían los resultados de los partidos en una pizarra que colgaban del balcón. Las personas congregadas en el quiosco de enfrente recibían las informaciones con sonoros gritos. Una placa ante la puerta recuerda al president màrtir.
En 1931 se presenta a las elecciones por Esquerra Republicana, será diputado en las Cortes Constituyentes de República (1931-1933) y conseguirá más votos que Companys i Macià.
Las urnas lo convierten de nuevo en diputado, por segunda vez, en 1933. También es el presidente del Real Automóvil Club de Catalunya (1933-1934). En esos años aparecen problemas de salud que le obligan a temporadas de descanso. Durante los hechos de octubre de 1934 se encuentra en Holanda con problemas de salud.
El 27 de julio de 1935 sustituye en la presidencia del FC Barcelona a Esteve Sala y se convierte en el presidente número 22 de la entidad. Su principal preocupación desde el cargo es enmendar la situación financiera del club. El equipo se refuerza con Balmanya y Areso del Betis y se contrata al entrenador irlandés Paddy O’Connell.
Repite, por tercera vez, como diputado a las Cortes en febrero de 1936.
La temporada 1935-1936 empieza bien para el Barça que gana el campeonato de Catalunya va empeorando. Queda quinto en la Liga (que fue para el Athletic de Bilbao) y pierde, el 24 de junio de 1936, la última copa del Presidente de la República que se juega (la 34) ante el Real Madrid (2-1) que tenía a Zamora en la portería.
La historia de Suñol hace un giro trágico en el mes de agosto. Se publica una nota en la prensa:
El 6 de agosto de 1936 asesinan a Josep Suñol. En su calidad de diputado planea la visita la Columna Maciá-Companys de voluntarios catalanes que se encontraban desplazados para la defensa de Madrid. Con un vehículo oficial y acompañado de otros dos compañeros y un conductor se dirige al frente. Lleva 50.000 ptas. para atenciones de guerra. Su vehículo es detenido por gente armada en el kilómetro 52 de la carretera de Madrid a La Coruña. En lugar de circular por tierra amiga, viajan por zona rebelde. Allí le llega la muerte. Su cuerpo aún está en la cuneta.
La noticia de su muerte impactó en retaguardia y, un mes después, se formaban milicias, en Madrid y Barcelona, para defender la República con el nombre del presidente.
La guerra se fue decantando hacia el lado franquista. Las cosas se torcieron en el bando republicano con luchas entre anarquistas y comunistas. Llegaban malos momentos para la memoria del president y para el club que había presidido. El club quedó en manos de un grupo de empleados, entre los cuales destacó las de Rosend Calvet, campeón de atletismo del club y Francesc Xavier Casals Vidal que sería presidente interino. Se organizó una gira por América de la que volvieron sólo ocho jugadores de los veinte expedicionarios. Con la victoria franquista el nuevo orden representa el olvido de Suñol. Hay que esperar la recuperación de la memoria para ver actos en honor al president mártir.
En 1996, al cumplirse los 60 años de su trágica muerte se publica un libro y se crea l’Associació d’Amics de Josep Sunyol. Tienen lugar entonces actos en el Ateneu Barcelonés en el que se propuso que el campo del Barça se llame Camp Nou Josep Sunyol. El campo entero no, pero al menos, el 2015 se hace público que la zona noble se llamará Llotja presidencial Suñol. Cada efemérides de su muerte ha contado con un acto. En 1997 se dedicó a Sunyol una calle en Les Corts. Entrañable es saber que en la sierra de Guadarrama un monolito recuerda al president mártir.
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