Visión anarquista de la Guerra Civil
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona presenta una exposición centrada en la gráfica anarquista del conflicto bélico.
Al pasear por Passeig de Gràcia, como por otras calles del Eixample, nos podemos fijar en las fachadas de los distintos edificios y apreciar donde estaba situada la zona más destacada de la viviendas, donde habitaban los vecinos más importantes y cual ha sido el ámbito más potenciado de la vivienda. Al respecto podemos ver que, con el tiempo, este centro de la casa ha pasado de la parte baja del edificio a la más alta. Para entender el porqué de este movimiento hacia arriba hay que tener en cuenta dos aspectos: en primer lugar, las primeras casas construidas en Passeig de Gràcia y el Eixample fueron promovidas por sus propietarios como vivienda principal, así destinaban el primer piso a residencia y los superiores a alquiler. De esta manera, el piso que situado sobre la planta baja se embellece en la fachada con galerías, balcones y mayor profusión de decoración.
Este piso, generalmente único, tiene un acceso diferenciado mediante una escalera mayor y más decorada y además recibe el nombre específico de piso principal, al que le siguen el resto de pisos ordenados numéricamente: el primero, el segundo, el tercero… que a menudo se dividen como mínimo en dos pisos por planta. El propietario viva con todas las comodidades y, además, amortiza la inversión mediante el alquiler de las partes superiores del edificio. En Passeig de Gracia encontramos un buen número de magníficas fachadas de pisos principales que son bien visibles a pie de calle.
En segundo lugar, con el paso del tiempo, ya no son los ricos burgueses los que encargan sus residencias sino que son las empresas inmobiliarias las que construyen un conjunto de viviendas de alquiler en un edificio sin que sea tan apreciable esta jerarquización del espacio. Así en la fachada no se destacará de manera especial un piso por encima de otro, no hay una entrada monumental para el propietario y otra para el resto de vecinos sino una escalera que asciende piso por piso. Aquí aparece una novedad que marcará un cambio y situará el mejor lugar de la casa en las alturas: el invento del ascensor. Aunque desde antiguo ha habido distintos sistemas elevadores destinados a subir cargas, principalmente con poleas, el ascensor mecánico es uno de los grandes inventos del siglo XIX. Los primeros ascensores aparecen en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX, primero usan el vapor, más tarde son hidráulicos y ya en el pleno siglo XX serán eléctricos. Como consecuencia de la aparición del ascensor, los edificios crecerán en altura y, sobre todo, se empezarán a valorar los pisos superiores más que los inferiores que son los más ruidos y menos discretos. Así se valorará más el ático que cualquier otro piso. Coronando los edificios, se situará una vivienda única que presenta espléndidas terrazas. Vistos desde las aceras en Passeig de Gracia destacan algunos áticos al otro lado de la calle, unos lugares privilegiados que pasan desapercibidos a simple vista.
El Arxiu Fotogràfic de Barcelona presenta una exposición centrada en la gráfica anarquista del conflicto bélico.
Escondida en la ciudad encontramos los restos materiales de muros, calles, tumbas y acueductos de la hija de Roma.
Ahora que Barcelona sale a la calle para reivindicar sus derechos recordamos una gran victoria de la clase obrera.
Un repaso a los orígenes de la emblemática arteria, desde finales del siglo XIX a la Guerra Civil.