Sergi Guix: “Joan Brossa sigue siendo muy vigente, fue un inspirador y un insuflador de energía”

Creador en su sentido más amplio, poeta, jugando con conceptos, palabras y las letras, de polifacético artista plástico, de reivindicador de las artes parateatrales, amante de mimos, magos, payasos y saltimbanquis, de cinéfilo empedernido… Joan Brossa fue un tipo único. Como una manera brillante de cerrar el centenario de su nacimiento, Dart se suma a los fastos con la proyección de este documental de Zeba Produccions que ahonda en su influencia en la literatura y la creación artística en la cultura catalana y española del siglo XX, especialmente a través de su acción desde la revista Dau al set. Hablamos con Sergi Guix, codirector, junto con Eduard Miguel, del documental “Brossa, la insurrecció poètica”, que se podrá ver el sábado a las 16h en Cinemes Girona.

¿Cuándo ves la ‘A’ de Brossa, qué sientes?

Siento que estoy delante de la puerta de entrada a un universo donde las palabras cobran vida. Un universo, en apariencia caótico, pero salpicado de un rigor poético llevado al extremo.

¿Qué significó Joan Brossa para la vanguardia catalana del siglo XX?

Yo creo que Brossa lideró a un grupo de gente que reivindicó la vanguardia de principios de siglo, en la inmediata postguerra. De hecho me gusta pensar en Joan Brossa como un costurero que tejió los hilos que enlazan la vieja vanguardia de preguerra con el arte contemporáneo.

Para Joan Brossa, el conocer a Joan Miró i JV Foix supone un cambio de paradigma. Allí deja de ser un joven sin demasiado rumbo a tener una idea fija: quiere ser poeta. Y en esa Barcelona gris y derrotada de los años 40 y 50 empieza a descubrir otros jóvenes que lo acompañarán en esa aventura: Antoni Tàpies, Arnau Puig, Modest Cuixart, Joan Ponç… Y con la única pretensión de dar a conocer su trabajo, crean algo excepcional, la revista Dau al Set.

De Brossa parece que ya se ha dicho todo, se ha analizado su obra desde todos los puntos de vista posibles. El documental llega ahora en pleno Any Brossa. ¿Qué ofrece La insurrecció Poética que no hayamos visto o leído antes?

Yo creo que poner en orden a la vida y la obra del personaje, al menos ésa era nuestra inquietud principal. Puede parecer una formalidad pero con Brossa era un reto, ya que su poesía, su teatro o su cine pueden resultar complejos y ordenándolos a lo largo de su biografía, conseguimos que el espectador pueda comprender de una manera más clara el porqué de ciertas obras.

¿Cómo se enfoca un documental de solo una hora sobre una figura tan inclasificable e inabarcable como la de Brossa?

Bueno, continuando con lo anterior, lo más importante es ser consciente que no puedes abarcarlo todo porqué estás condenado al fracaso. Tienes que ser lo suficientemente preciso —escueto, si lo prefieres— para que el espectador desee explorar, a posteriori, los diversos territorios donde cultivó el poeta.

Brossa dijo cosas como: “Me he dado cuenta que el cine te enseña a mirar y, en este sentido, me ha hecho ganar tiempo. Hay cosas que sin haber visto cine no las habría hecho. Puedes entender el cine como un pasatiempos o como un hecho cultural”. Como cineasta, ¿qué te enseñó?

Que la mirada cinematográfica no es solo una; que otro cine es posible, que diría aquél… Yo creo que en el campo cinematográfico, Brossa tiene la gran suerte de encontrarse con otro personaje capital, que es Pere Portabella. De hecho, es una suerte compartida porqué el resultado de No compteu amb els dits, Umbracle, Vampir cuadecuc o Nocturn 29 así lo demuestra.

Detrás del documental están la Corporació de Mitjans, la Fundación Joan Brossa, el ICEC, deudores como cabosanroque  y en las presentaciones se ha volcado todo el mundo, desde la Filmoteca a históricos de la ciudad como Lluís Permanyer o Albert Serra. ¿El apoyo al documental ha ido más allá de lo que esperabais? 

La verdad es que nos lo esperábamos, primero porqué contábamos con el apoyo de la Fundació Brossa y sabíamos que el trabajo que hacen a diario es espectacular. Su ayuda nos ha facilitado mucho las cosas y ha hecho que el contacto con amigos y admiradores de Brossa fuese más sencillo. Por otra parte Televisió de Catalunya siempre se mostró favorable al proyecto y eso es algo que es de agradecer.

También te lo pregunto porque ya se ha hablado de que quizá Cataluña no estuvo a la altura de un visionario tan grande como Brossa, que nos dio más de lo que recibió. ¿Por fin se le está haciendo justicia? 

Bueno, es aquello de Nadie es profeta en su tierra, ¿no? Desgraciadamente, no creo que Brossa sea un caso único pero sí que, como dices, parece que finalmente se le está haciendo justicia. El nuevo edificio que el Ayuntamiento ha cedido a la Fundació (Carrer de la Seca, 2) es una maravilla y no tengo ninguna duda que se convertirá en un espacio cultural de referencia en la ciudad.

Tras su muerte se creó la Fundación Joan Brossa, que sirvió para mantener viva la llama de su espíritu. Gracias a su trabajo aparecen filmes como el vuestro. ¿Es necesario Brossa 100 años después de su nacimiento?

Yo creo que Brossa continúa siendo muy vigente hoy en día. Es un artista que te puede gustar más o menos pero es un inspirador. Ya en su momento, mucha de la gente que lo conoció afirmaba lo mismo, que era un  personaje capaz de sacar lo mejor de cada uno.

Un ejemplo: Carles Santos era un prometedor pianista cuando conoció a Brossa. El primer día que tocó delante de él, Brossa se lo quedó mirando y le dijo algo como “Muy bien, sabes tocar, pero, y aparte de eso, que más sabes hacer?”. Y ya ves lo que hizo Santos… No sé, supongo que aparte de poeta, Brossa era una especie de gran insuflador de energía.