RINCONES RECÓNDITOS 6

Siempre he dado vueltas a esa idea de que, cuando viajamos, nos fijamos mucho más en los detalles de esas ciudades ajenas y que, por el contrario, la nuestra forma parte de un escenario de fondo al que ya estamos acostumbrados. No entiendo bien el porqué de ese fallo en nuestro cerebro; habrá que tratar de remediarlo.
Al ver Barcelona de esa manera, estamos perdiéndonos una incansable cantidad de cultura por todas partes, anécdotas, leyendas y conocimiento local. Por eso intento muchas veces mirar sin conocer…

Escribo esto bajo una de las farolas que diseñó Pere Falqués en 1906, quien por aquel entonces era arquitecto municipal, porque me he encontrado con una de esas incontables particularidades, justo aquí encima mío. Estos “bancs-fanals” tan característicos del Paseo son un espacio perfecto para fotografiar, dibujar y un pequeño vacío donde meditar. Hasta aquí todo bien. ¿Pero los habéis mirado bien? ¿Los habéis estudiado a fondo?

Esta vez no voy a hablaros de un solo rincón sino de treinta y dos, que es el número de bancos-farola que hay. Resulta que posado sobre la corona de los Reyes de Aragón y el escudo de Barcelona de cada una de las farolas tenemos un murciélago.

Ahí queda desvelado esta vez el rincón. Pero estoy segura de que a pesar de que os lo haya revelado abiertamente, no dejaréis de sonreír cuando descubráis que esta anécdota, que parece sacada de una película de terror, es completamente verídica y que no estamos de viaje por Transilvania. Los murciélagos revolotean por el paseo, camuflados por los plataneros. Y la pregunta es, ¿por qué hay un murciélago encima de la corona?

Os invito a imaginar e inventar un buen motivo del porqué de este peculiar animal sobre las farolas. ¡Espero vuestros comentarios!