Picasso. Retratos
El Museo Picasso trae en colaboración de la National Portrait Gallery más de 80 piezas que nos acercan de forma exhaustiva a la pasión de Picasso por el retrato
Pablo Picasso mostró un interés fundamental en la figura humana, y el retrato siempre ocupó un lugar importante en su obra. Apenas trabajó por encargo, y prácticamente todos sus retratos y caricaturas representaron a gente de su círculo íntimo.
Libre de presión externa, interpretó a sus modelos de acuerdo con su visión y percepción de ellos, eligiendo el estilo y el medio que consideró más expresivo o apropiado en cada ocasión. La caricatura fue una de sus actividades preferidas, y muchos de sus retratos pictóricos de madurez incluyeron las simplificaciones y distorsiones propias del género. Las libertades que Picasso se tomó con las apariencias naturales y su subversión del decoro fueron, sin embargo, de la mano de un constante y profundo compromiso con las tradiciones del retrato occidental.
En colaboración con la National Portrait Gallery de Londres, en el Museo Picasso se reúnen 81 piezas que nos acercan de forma exhaustiva a la pasión de Picasso por el retrato. La figura humana, y en concreto el retrato, esenciales en la obra del artista, desde la época de formación hasta el final de su vida. La perspicacia para captar las peculiaridades y los rasgos de carácter de los personajes que representaba ?ya fuesen los miembros del entorno familiar, los amigos o las mujeres con las que se relacionó?, y la habilidad para reproducir expresiones faciales, posturas y gestos, se manifestaron precozmente en las caricaturas que dibujaba de niño.