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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Nando Dixkontrol fue un pionero y uno de los máximos exponentes del arte de pinchar discos durante 30 años, con residencias en legendarios clubs como KGB, Florida 135 y, claro, Psicódromo. Se le asocia a la mákina, de la que fue una de las cabezas más visibles, pero su torrencial talento trasciende géneros. Un ávido coleccionista que atesora en sus estanterías un muestrario en vinilo impresionante. Pero, sobre todo, una persona como tú y como yo. En eso quiere incidir un documental de próximo lanzamiento, “Ciudadano Fernando Gallego: Baila o Muere”.
El filme empezó a gestarse en 2009 y ha ido mutando hasta el presente – cuando ya están en el montaje final – paralelamente al estado vital de Fernando Gallego, el hombre que hay detrás de Nando Dixkontrol. Será, pues, una historia vital, pero también un trepidante recorrido a la evolución de las músicas de baile desde mediados de los 80 hasta el presente que contará con testimonios de figuras clave como Ricard Robles (codirector de Sónar), Patrick Codenys (miembro de Front 242), Peter Hook (exbajista de New Order) o Raúl Orellana (residente de Studio 54).
Hoy, que Nando estará pinchando en Club Marabú junto a otro mito del oficio, DJ Zero, es un buen momento para recuperar la entrevista que mantuvimos con Álex Salgado, uno de los directores de la cinta, y un insomne Dixkontrol a finales de septiembre en un bar de Passeig de Sant Joan, cerca de su casa. Porque quien acudió a la cita fue él, no Fernando Gallego, con un discurso a ratos elocuente, a ratos atropellado, pero siempre brillante.
¿Por qué decidisteis emprender este proyecto en 2009 y por qué creéis que aún tiene vigencia siete años después?
Álex: Así se dio la situación, tenía esa inquietud en ese momento. No creo que esta diferencia temporal vaya a tener alguna incidencia en la importancia de la figura de Nando. Y no sólo en la noche barcelonesa, pero va más allá de ello.
Nando: Empezaron filmando cuando estaba con mi anterior pareja. Luego me abandona y es una oportunidad para mostrarme hundido en la miseria. Pero tiran un poco más porque luego me enamoro y dejo embarazada a mi mujer. No iban a perderse el nacimiento del niño. Ni mi retirada. Y finalmente acabo loco con la familia. Eso son estos cinco años. El documental avanza en tiempo real.
Álex: Hay una historia vital. Un periplo de vida que al margen de discotecas y demás, tiene todos los elementos para llegar al espectador. Tanto el que ha bailado en la pista las sesiones de Nando, como el que no. Tiene vocación universal.
Nando: Una historia vital que abarca los cinco años de la peor crisis mundial, que nos ha afectado a todos. Todo el mundo tiene algo que contar, es una historia curiosa que tiene lugar en Barcelona, una ciudad que perdió la oportunidad de ser la mejor del mundo. Podríamos ser la número uno, por encima de Nueva York o de París, pero estamos bajo el yugo estúpido de dos partidos políticos. Barcelona era jazz, era salsa, era folk y luego también había algo de club. En Cataluña no tuvimos Movida Madrileña, pero se la pueden meter en el culo. No nos interesa lo que hacían cuatro borrachos con guitarras.
Esta ciudad se merece ser independiente de todo, está en su mejor momento porque personas como nosotros hicimos posible que la gente entendiese el fenómeno de las personas que trabajamos de noche, entre los que se incluyen los pescadores, las prostitutas, los panaderos, los policías, los bomberos… La mitad del mundo funciona porque hay gente que trabaja de noche. Unos se encargan de cosas necesarias y otros de otras que no lo son tanto y no han estado tan valoradas como se merecen, las relacionadas con el ocio. ¿Por qué se pueden contratar los servicios de una prostituta 24 horas al día y no se puede bailar todo el día? ¿Porque el local incomoda? ¿Por el ruido? Insonoricemos, no abramos un local si no está en condiciones, no vayamos a zonas que molestemos a niños. Tengamos policía en la puerta por si pasa algo. Que haya parkings regulados. Que haya una zona de ocio que no sea el extrarradio para que la gente tenga un lugar digno donde disfrutar de su tiempo libre.
Siempre insistís en que esto es algo más que mákina. ¿Qué encontrasteis especial en Nando para plantearlo como una historia personal?
Álex: Lo de la mákina es un capítulo más. Como habrás visto en la respuesta anterior, el documental abarca todo lo que sucede en la vida cotidiana. Es la historia de alguien que trabaja cuando los demás salen a pasarlo bien, a evadirse del día a día. Nando siempre ha tenido claro que su trabajo es el de entretener, el de proveer felicidad a la gente a través de la música. El resto lo pone su capacidad oratoria y de recuerdo, porque lo recuerda todo: fechas, diálogos concretos… no es que se lo invente. Corroboras mediante entrevistas y todo concuerda. Al margen de lo que ha vivido en la música, es una persona con un discurso propio en mil otros sentidos.
¿En qué punto estáis ahora mismo? ¿Qué estáis haciendo ahora mismo?
Álex: Estamos en el montaje final de la pieza.
Nando: Estamos en ese punto en el que nos hemos dado cuenta de que tardaremos un año más. Las licencias de las canciones que sonarán tienen un proceso burocrático…
Sí, os quería preguntar. ¿Qué va a sonar?
Álex: 30 años de historia de la cultura de club no se pueden ilustrar con diez canciones representativas…
Nando: Ni con 100.
Álex: Tiene que haber las que aparezcan en el documental. Si Nando hace una mezcla tienen que aparecer esas dos canciones. Si hay un momento que se tiene que musicar, se ha de hacer con un tema que sea representativo.
Nando: Esto es diferente al típico documental con música sinfónica porque la electrónica está más protegida en cuanto a derechos de autor. Es jodido porque es gente que hacía la música por nada, que la sacaban ellos mismos y no se preocupan de las licencias. Al final tienes que despertar al dueño de un sello que no se acuerda dónde están los papeles… La gente no se preocupaba por vender, por hacerse famosa, no pretendían vivir de eso.
Álex: Nos hemos encontrado con casos de temas que se han editado en un sello desaparecido que otra discográfica absorbió después y a su vez desapareció…Hay temas fundamentales por los que queremos luchar hasta el final antes de renunciar a ellos.
Nando: Nos lo podríamos pasar por el forro de los huevos. Pero es una cuestión de honradez y de moral de cara a discos que todo el mundo hemos bailado y quizá no se han licenciado.
¿En qué soporte lo vais a sacar?
Álex: La idea es que entre en el circuito de festivales, pero no nos cerramos puertas a ningún formato ni soporte.
Y ya que salvo los clips no lo puedo ver al completo, ¿cómo va a ser el estilo, el tono…?
Álex: Tenemos más de 50 entrevistas a otras personas. Queremos que aparezcan todas aunque sea un segundo. Va a tener muchísimo ritmo. Será un vaivén de comentarios a partir de piezas muy pulidas y apoyadas con buen material de archivo. Cuando Nando interviene, eso sí, vamos a respetar más sus tiempos por su forma de hablar, sus silencios, su tesitura… Tendrá muchos estímulos visuales, queremos ser fieles a cómo es Nando, que se expresa tan rápido. Empieza muy ascendente, luego hay un punto de inflexión que da paso a una parte más intimista y pausada.
¿El material de archivo de dónde se saca?
Álex: Nando lo guarda todo.
Nando: El 16 de julio de 2014 mi servidor se fue a tomar por culo y perdí 20 años de material digital. Fue en ese momento que nos dimos cuenta de que el papel tiene muchísimo más valor. Todo lo que estamos utilizando ahora es analógico. Guardo todo y ordeno muy bien. Soy el paroxismo del orden. Hace 25 años diseñé un mueble que lo copió Ikea luego. Unos cajones en los que caben perfectamente los discos.
¿El Expedit es tuyo?
Nando: Vi que la estantería perfecta para guardar los discos tenía que ser cuadrada porque los vinilos tienen una medida muy rara.
Aparte del que ya teníais, ¿la gente os está ayudando con material?
Nando: Mi señora esposa ha montado una página en Facebook en el que piden fotos, autógrafos, cintas… todo lo que la gente guarde de mí. Cuando paseo por la calle, hay gente que me para y me dan las gracias y un abrazo. Es muy hermoso recibir el cariño de la gente, es lo que más echo en falta desde que dejé de trabajar.
Álex: Una de las cosas divertidas y fundamentales de un documental es buscar archivo inédito. Solo puedo decir que tirando de la cuerda hemos dado con algunos contactos que atesoran algunas joyas bastante acojonantes.
No sé si llega un momento en el que tenéis tanto material que no sabéis por dónde cortar.
Alex: Lo cierto es que se hace difícil. Cuantas más puertas abres, más posibilidades aparecen y eso es riqueza. De todos modos está llegando el momento de decir basta. Lo cierto es que estamos manejando cientos y cientos de horas de material. Una puta locura.
¿Cómo puede ser que aún haya esta percepción negativa de la mákina?
Nando: Por mi manera de ser conseguí que la prensa se interesase por mí. Veían a una persona con la que podían hablar. Veían que tenía cultura, que no hay nada detrás de la imagen. Es muy importante saber para poner música. Conseguí que la gente diese una oportunidad a gente que va disfrazada por la calle. Me visto así porque es mi manera de diferenciarme.
La escena de club ha estado constantemente atacada y vilipendiada. Pero las personas que ponen en marcha un club son ingenieros, diseñadores, promotores, limpiadores… Es gente profesional. Hay una leyenda negra que nos persigue que generan las personas que no dejan entrar en el club. La policía no está ahí, y queremos que lo esté. Quiero encontrarme un mosso en la puerta.
Álex: Hubo también una intención política. Las altas esferas empezaban a acojonarse un poco con este movimiento masivo, juvenil y de extrarradio, aunque en realidad fue un fenómeno super transversal del que participaron jóvenes de todos los extractos, pero lo que quedó es que era una historia de ‘pelaos’ poligoneros. Se perseguía a una gente que lo único que quería era bailar. Con drogas algunos, sí, pero ocurre en todos los estamentos de la sociedad. Era una música pacífica, infantil y rápida, sin ningún tipo de mensaje.
Parte del motivo de este documental surge porque coges los libros de historia de la electrónica y se habla mucho de la escena house de Chicago en los 80, que eran 2500 gays hispanos que salían de fiesta, el new beat, el Verano del Amor del 88 y 89… Nada de lo de aquí. No se habla de las discotecas que había en España entre 1984 y 1994 más o menos a la vez que estos fenómenos. Todo el mundo quería venir aquí de fiesta. Hay que reivindicarlo.
¿Qué se puede esperar de tu sesión en Club Marabú con DJ Zero y Roberto Piqueras?
Nando: Tengo preparada una sesión de italo disco contra pop. Selección muy rigurosa, mezclas al aire en tiempo real. Va a ser muy espectacular y divertido. Nadie tiene una firma como la mía porque hay que estar muy atento.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.