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Mario Conde y Bertín Osborne: ya no quedan hombres

España, la muy puta, ha apuñalado a dos de nuestros iconos más castizos: el campechano y el triunfador.

Categoría: Cultura | 15 abril, 2016
Redacción: Óscar Broc

Ya no quedan hombres. Hombres españoles. Los dos exponentes más morcillones de la testosterona patria sin cortar –gónadas caballares con una pureza del 95%- han sido ajusticiados por un contubernio golpista de claro origen podemita cuyo objetivo, a largo plazo, es convertir España en una Sodoma trufada de timoratos que pagan religiosamente sus impuestos, tributan en su país y no meten mano en la caja: gente asquerosamente débil.

Mario Conde y Bertín Osborne no son precisamente gente débil, y ahí están las consecuencias: han ido a por ellos. Mano negra. Persecución. La fama y el éxito se pagan carísimos en España, quizás por eso algunos prefieren pagar en Panamá. Y mientras, los españoles nos quedamos sin referentes, errabundos y desamparados en un país que traiciona a sus prohombres y se va en espiral por el sumidero.

España, la muy puta, ha apuñalado a dos de nuestros iconos más castizos: el campechano y el triunfador. Así es cómo les compensa toda una vida dedicada a servir a la nación y defenderla de amenazas separatistas, feministas, piojos del activismo y otras abominaciones de esa cosa llamada modernidad. Qué son unos milloncejos blanqueados y una sociedad en Panamá al lado de tanto magnetismo iconográfico. Diablos, si hasta hace dos días, parecía que Bertín y Mario eran los colosos que sostenían los cojones del toro de Osborne bien altos. Las criadillas de España dependían de ellos… ¡¿Qué haremos ahora?!

bertingrande Mario Conde y Bertín Osborne: ya no quedan hombres

Hablando en serio: este país es un cachondeo. Si algo nos ha enseñado la caída de ambas deidades de la seborrea es que hay que desconfiar sistemáticamente de españoles ejemplares y defensores de la moral. Bertín Osborne se ha llenado los carrillos a paladas con proclamas patrióticas, se ha gustado en su papel de preservador de los valores esenciales del país. No obstante, ha tenido que admitir que tiene una cuenta offshore en Panamá que reactivó hace poco… ¡para pagar una deuda a Hacienda! Pues no. Según el ex presentador de Scavengers, el desliz panameño es totalmente legal y por tanto, moralmente, nadie puede reprocharle nada.

Cuanta más pasta tienes, menos quieres pagar, la codicia es algo muy humano. La tragedia aquí es la vomitona de cinismo. Bertín asegura en El Món a Rac 1 que a la gente tan rematadamente famosa como él, las cosas le salen más caras. De ahí que tenga que buscarse la vida. La surrealista excusa está a la altura de alguien que se cree por encima del bien y del mal, o directamente se la suda todo.

Hasta ahora, Bertín se parapetaba tras un adjetivo que en esta país te lo arregla todo: campechano. Al Rey le funcionó. Si eres campechano, España te perdona cualquier travesura. Veremos, cómo repercute la devalúa post Panamá de la campechanía de Bertín en las audiencias del programa está a punto de estrenar en Tele 5. Mientras, en Twitter @chinodelasuerte proponía que el gazpacho de Bertín llevara la denominación de origen panameña. El Gran Wyomnig, por su parte, aportaba una reflexión tronchante en El intermedio: “Bertín apuesta por los productos españoles, pero los impuestos, panameños”.

mariocondgran Mario Conde y Bertín Osborne: ya no quedan hombres

El caso de Mario Conde es otro rollo. Responde a la erótica de la gomina ochentera. Era nuestro Gordon Gekko, joder. Zarpazo gallego, dicción con vibrato, pelucos fabricados en Krypton, cuero cabelludo con una película de brillantina fosilizada de tres centímetros… Mario Conde desayunaba Boinas Verdes. Al menos hasta hace poco eso es lo que hacía en la mesa del Gato al Agua, un programa de Intereconomía en el que se dedicaba a trocear corruptos, rojos y separatistas, a pontificar cosa fina y a dar profundas lecciones de moral. En serio, Mario Conde es un dios del cinismo. Sus intervenciones televisivas eran el azote de prevaricadores, estafadores y otras alimañas de la corruptela patria; cada palabra que salía de su boca en Intereconomía era una lección de honorabilidad española. Y pensar que ahora todo esto se perderá, como billetes blanqueados en la lluvia.

El otro día, en El Gato al Agua mostraban la silla de Conde vacía. El soldado caído. Y aseguraban que respetarían su presunción de inocencia; exactamente lo mismo que han hecho con el caso Pujol o los Ere de Andalucía. Insisto, este país es un cachondeo. La caída, parece que definitiva, de Mario Conde es la caída del hombre español. El triunfador por la vía rápida, un seductor a un yate pegado; parecía que España le necesitaba más a él de lo que él necesitaba España. Diablos, 48 horas antes de que fuera detenido, ¡el ex banquero estaba de parranda en un restaurante marbellí! Por otra parte, hace unos días, Bertín intentaba limpiar su imagen asegurando en el programa Más Uno de Onda Cero que “ahora tienes una sociedad en Panamá y te miran mal, como a Mario Conde”. Bonita forma de acabar este cuento de cinismo al límite y falsos patriotas, ¿no creéis?

Categoría: Cultura | 15 abril, 2016
Redacción: Óscar Broc
Tags:  Bertín Osborne, Mario Conde,

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