Up and Coming: Marie Tooth

Hacer una entrevista a una o dos personas es normal. Pero hacerla a dos personas que habitan en la misma piel no pasa todos los días. Marie Tooth, también conocida como Patricia Aibar es una dibujante y artista de Barcelona que en los últimos dos años ha conseguido un gran afición entre coleccionistas y galerías de arte por sus dibujos en tinta y acuarela. Sus cuadros, que a menudo retratan desnudos o partes del cuerpo, parten del fotorealismo (una escuela cuyo máximo representante en España es Juan Francisco Casas, declarado fan de su obra), pero están llenas de pequeñas imperfecciones de estilo. El efecto es algo provocador e inquietante, como si el sujeto fuera reflejado en un espejo de feria. Como tenía mucha curiosidad por conocer la chica al otro lado del espejo, quedamos en el Brewdog Bar Barcelona el día después de su cumpleaños para hablar de arte, el cuerpo y Britney Spears.

Hola Patricia, empecemos por la técnica. Dibujas a partir de fotos ¿Verdad?
Sí, siempre con una foto de referencia. Al ser autodidacta, y no haber estudiado una técnica, es la forma que he desarrollado para pintar. Pero también es cierto que siempre lo he hecho así. Recuerdo que siendo niña ya fotografiaba paisajes y todo tipo de cosas para poder pintarlas luego con acuarelas.

Antes de dedicarte a la pintura ¿Había otra cosa que quisieras hacer?
Como todo el mundo he tenido mis trabajos para ir sobreviviendo, pero lo que siempre he querido hacer, y lo que siempre he hecho es dibujar… Sin pretensiones. Es cierto que este año se ha proyectado de una forma más profesional y se ha abierto un mundo de posibilidades respecto a galerías y público. En este paso me han ayudado amigos artistas que me han sabido aconsejar y guiar. Creo que esto ha sido básico.

¿En qué por ejemplo?
En saber focalizar el esfuerzo o lo que tienes de idea. A raíz de la primera exposición me llegó una oferta de trabajo del gigante textil español para diseñar estampados y otra del monstruo de las comunicaciones para diseñar carcasas de móviles… Las rechacé por instinto, porqué aunque fuera tentador, no quería bajarme los pantalones tan pronto. Como siempre digo “No dibujo piñas ni palmeras”.  Mi obra es completamente visceral y autobiográfica. Dibujar algo que no siento no sería honesto por mi parte.

Otra cosa que es interesante es que tu éxito empezó por Instagram. ¿Me puedes contar sobre esto?
Ni mis amigos más íntimos sabían que dibujaba, era algo que hacía para mí a modo, casi, de diario personal. Con los años he ido adquiriendo más confianza y empecé a subir tímidamente dibujos a mi cuenta de Instagram. Fue cuando la gente empezó a interesarse por la obra y a contactar conmigo para proyectos y exposiciones.  Claro que mi cuenta de Instagram no estaba preparada para esto y estaba llena de fotos de mi perra Gertrudis y mil tonterías más con mi amigos. Ahora me corto mucho más a la hora de subir gilipolleces.

Esto es una pregunta un poco rara, pero ¿Qué crees que le gusta a la gente de tu obra?
Al principio me sorprendía que pudieran gusta. No era la típica cosa bonita como flores o pajaritos. Eran personajes que habían sufrido. Heridos y defectos físicos. Ahora pienso que lo que atrae de mi obra es la honestidad. Abogo por el defecto, las vidas y las personas imperfectas. Todo eso que no mostramos a diario. Todo lo que nos hace reales. Haciendo una reflexión, es posible que mi obra haya caído en gracia porque vivimos un momento en el que tenemos el filtro ideal para parecer perfectos en cada momento.

También es como enseñar lo que no sale en la publicidad, cuestionar esta imagen tan perfecta que nos muestra.
Sabes, a mí me encanta el caso de Britney Spears cuando se volvió loca. Estamos ante la estrella más punk de todos los tiempos. Es muy fácil ser punk cuando eres Sid Vicious y todo el mundo espera que hagas lo que estás predestinado a hacer, pero Britney era la novia de América. Se salió completamente del camino. Se rapó la cabeza, tatuó 666 en la nuca y salió a paraguazo limpio con los periodistas. Ese momento de realidad humana e imperfección me parece fascinante.
Artistas como Nan Goldin o Raymond Carver consiguen trabajar con esa honestidad y generosidad. Intento que mis obras tengan de estas dos cosas.

Se puede decir que tus dibujos son provocativos, pero a mi me parece que más que nada son románticos. ¿Estás de acuerdo con esta lectura?
Sí, totalmente. Supongo que siempre he tenido una historia de amor con mi propio cuerpo por la neuropatía que padezco. [Patricia está diagnosticado con el síndrome de Charcot Marie-Tooth]. De hecho una de las maneras en que he podido vivir con ella es convertirla en otra persona. Por eso, cuando firmo los dibujos lo hago con el seudónimo Marie Tooth. Ella es la responsable de todo [ríe]…
No le tengo miedo a nada, excepto al amor. Por eso estoy trabajando en mi próxima exposición individual que se llama Limerencia. Y es cuando el amor se convierte en enfermedad. Cuando escapa de control. Si lo piensas bien, el amor no deja de ser una enfermedad de transmisión sexual. [ríe]

¿Encuentras a la gente miedosa en general? ¿Crees que no se atreven?
Bueno, arriesgar arriesgan, pero en tonterías. En colores de pelo, en cruzar una calle con la música a tope y sin mirar. Pero quizás a lo que no se atreven es a preguntarse qué es lo que realmente quieren. Supongo que para muchos es más fácil vivir en una rutina.
Yo cada año me propongo hacer 3 cosas que no haya hecho nunca.

¿Este año cuáles eran?
Este año han salido varias cosas solas, desde la  primera exposición individual, ha compartir galería con dos de mis grandes ídolos, Juan Francisco Casas y Eugenio Merino como pasará el 10 de septiembre en la galería Fernando Pradilla en Madrid.

¿Y la tercera?
No lo voy a decir [ríe]