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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Cada uno hacemos frente a este presente distópico de distinta manera. Hay los que buscan el contrapunto en el pop tropical y los que creen que es más acorde para reforzar el mood tirar de música oscura, siniestra y retorcida. Y, ahora mismo, hay pocos grupos que sepan manejar mejor registros como el post-punk, el krautrock y la darkwave que The KVB.
El grupo británico -berlinés de adopción- The KVB resultan ser Nick Wood y su pareja, la teclista Kat Day, que hace unos años se sumó al proyecto al mando de su apartado visual y que últimamente también está prestando su voz en algunos de los temas. Geoff Barrow confió en ellos antes que nadie, y desde entonces el sello de culto Invada Records ha dado salido a su material. También han colaborado con otros gigantes como Anton Newcombe de The Brian Jonestown Massacre y Joe Dilworth de Stereolab.
El suyo es un caudal productivo abrumador, hace unas semanas lanzaban su último disco, ‘Only Now Forever’, y seguramente ya estén liados pensando en su continuación.
La de The KVB es música para noches oscuras y días lluviosos, vamos, lo que estamos teniendo este otoño de mierda en Barcelona. Un ejercicio de electrónica fría y pop sombrío que invoca a los viejos fantasmas del género: de Colder a Tangerine Dream, de Kraftwerk a David Lynch, de Pet Shop Boys a Bauhaus.
El proyecto llega finalmente a su consolidación con el disco, que están presentando estos días en su gira europea más extensa, que les verá tocar sus canciones en más de 15 países. España cuenta con dos paradas, este viernes en Sidecar Barcelona, y un día después en el Moby Dick madrileño.
El francés Hørd actuará de telonero con una propuesta musical acorde también a los tonos sombríos que dibujarán The KVB: darkwave y synthwave en clave electrónica, que ya ha tenido cabida en sellos como Sacred Court o Giallo Disco Records.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.