Joana Candell: “Desde la tienda vio a un miliciano salir de la placa del suelo, empezaba la guerra en Barcelona”

En 1925 abrió la tienda Arc Iris, de calcetines y medias, en Gran de Gràcia, hoy, 90 años y 3 generaciones después, hablamos con Joana Candell, hija y nieta de los fundadores, y su marido Josep Capdevila. Propietarios de un negocio que podemos llamar “de toda la vida” han ampliado la tienda que fundó su abuelo de calcetines y medias, con moda de hombre, regalos para el hogar y moda infantil.

¿Porqué decidieron tus abuelos abrir la tienda?
Mi abuelo tenía una sociedad con su hermano, y tenían un almacén de género de punto, y cuando dejó el negocio que tenía con su hermano, quiso abrir su tienda en Gracia, ya venía del comercio textil.

El nombre se ha traducido del castellano al catalán varias veces…
Inicialmente en 1925 la tienda se llamó Arc Iris, como la revista de la época, pero después de la guerra obligaron a cambiar el nombre y pasaron a llamarla Arco Iris. Durante muchos años se llamó Arco Iris, y en el momento en que pudimos volver a cambiar el nombre, quitamos la O porqué Arc de Sant Martí no era.

¿Porqué se trasladaron de tienda?
La tienda se fundó el año 1925 en el 155 de la Calle Salmerón, Gran de Gràcia esquina con Bretón de los Herreros, donde hoy está Telefónica, y este fue el motivo del cambio de local. Cuando hacía dos años de la apertura, telefónica se quiso instalar allí, i les obligaron a irse. Como ya habían hecho clientes en la zona, decidieron buscar el lugar más cercano, y es donde todavía nos encontramos hoy.

¿Cómo ha cambiado la zona?
Gran de Gracia siempre ha sido una calle importante dentro del barrio, lo que pasa es que durante unos años se marchitó, estaba apagado, había muchos bancos y pocas tiendas, y en cambio, ahora estamos en unos años que parece haber resucitado. Hay muchas tiendas nuevas, pero claro, muchas son cadenas que puedes encontrar en cualquier lugar y las que están desapareciendo son las tiendas de toda la vida.

¿Cómo os diferenciáis de las grandes multinacionales?
Con nuestros clientes. Son clientes desde hace muchos años, del barrio y nos conocemos. El trato es mucho más familiar, y podemos dar un servicio personalizado, también los artículos son de mucha calidad, y la relación precio calidad está muy estudiada. El género que puedes encontrar en la tienda es diferente al que venden las multinacionales. Aquí puedes ir vestido diferente a los demás.

¿Ha cambiado la visión de la tienda con cada generación? ¿Qué innovaciones has incorporado que tus padres y abuelos no hicieron?
Los abuelos inicialmente vendían medias y calcetines, a la que se incorporó mi padre, él era camisero y hacía camisas a medida, él dio el empujón para que se ampliara el negocio e incorporaran también camisas y otros complementos para hombre. También es verdad, que cuando estuvieron mis padres todo era más limitado, siempre camisas blancas, de cuellos fuertes, y nosotros hemos cogido un ritmo con un tipo de ropa más casual y sport, dentro del mundo de la ciudad.

¿Hay una 4ª generación que se ocupará del negocio?
Mis hijas tienen su carreras y trabajos, pero es una cosa que siempre han vivido, de pequeñas a la que podían ir a la tienda lo hacían, y ahora también, cuando pueden bajan a echar una mano.

¿Decidiste trabajar en el negocio familiar porqué te gustaba o más por tradición?
Realmente porque me gustaba, hice mis estudios porque mis padres querían que tuviera una carrera, pero lo que me gustaba era esto, pero como tuve la suerte que a  mi marido también le gustaba el negocio, dejó lo suyo para estar en la tienda, siempre lo hicimos porque nos gustaba y nos apetecía. Yo estoy muy a gusto en la tienda, nunca me he planteado dejarla o cambiarme de tienda, me sabría mal dejarla y más si me obligaran, si es voluntariamente sería otra cosa, pero realmente no me lo planteo.

¿Has vivido algún momento crítico con la tienda?
Yo por surte he vivido unas épocas buenísimas, porque no he vivido ni la guerra ni la postguerra. Igual ahora es la época más crítica, pero a parte de esto, no nos podemos quejar.

¿Alguna anécdota que haya pasado en la tienda?
Una cosa que casi siempre me ha quedado en la memoria es lo que contaba mi madre, y es que un día cuando estaba en la tienda, estaba detrás del escaparate preparándolos, cuando vio que la placa del suelo de la plaza se levantaba, y de allí salía un miliciano con una escopeta, y dijo, “ahora empieza la guerra en Barcelona”, y efectivamente. Empezó el trueque, se cambiaba ropa por comida y así fue como mantuvieron la tienda, a base de cambios.

¿Y una vivencia en tu tienda?
Muchas y muy buenas, yo siempre he estado muy bien, y cuando mis hijas eran pequeñas y corrían por aquí y decían que se querían quedar, para mí eso es lo más importante.

¿Cómo son vuestros clientes, y cómo han cambiado?
Son clientes de toda la vida. Abuelos, padres e hijos. Aquí vienen personas muy mayores que nos dicen: “yo todavía recuerdo a tus abuelo” y yo casi ni me acuerdo de ellos, y es curiosos, que antes venía una señora que nos contaba que su marido trabajaba en la tienda con mi abuelo, y que se quedaba a dormir en la tienda, y te explican estas historias y parece que no pueda ser verdad otra cosa son los horarios, mi padre siempre luchó para poder cerrar la tienda los domingos, porque el horario comercial es el peor, y nunca entendió porque si todos cierran los domingos, porque los comercios no pueden, y los pequeños negocios no lo soportan.

¿Qué recuperarías de la Barcelona de hace 30 años?¿De la actualidad, qué te llevarías al pasado?
Las fechas. Semana Santa, San José, era días de mucho Trabajo, y ahora se ha perdido. Antes se hacía ropa especial para estas festividades. En Semana Santa era cuando la gente estrenaba la ropa e primavera, el día de la palma los niños estrenaban los calcetines blancos. Antes se vestía más y se gastaba mucho más en vestir. Si volviéramos a lo de antes, la gente vestiría mucho mejor, y habría más trabajo y producción. La confección ahora es una birria, y ves que está mal hecho, pero la gente joven está acostumbrada, y ya es algo normal. Y sí que se echa de menos. Creo que lo de antes era mejor que lo de ahora.

¿Cuál es el secreto para llegar a los 90 años?
Luchas, luchar y luchar, e invertir muchas hora.