Follando con estilo en Barcelona. Los mejores sitios para hacerlo en la ciudad condal

¡Por los clavos de Cristo! Resulta que en 2016 hemos descubierto que en Barcelona se folla en público. Dos adolescentes borrachos se han encargado de dejarlo claro en la estación de Liceu. No obstante, por mucho que los sectores más conservadores intenten hacerte creer que todo es culpa de Ada Colau, los barceloneses hemos chingado a la intemperie desde tiempos inmemoriales. Así pues, Paseodegracia ha decidido erigirse en servicio público y ofrecerte una guía con los mejores lugares de Barcelona para follar con estilo. Olvídate de bajar al metro y entregarte al fornicio rodeado de guiris, cámaras y ratas. En Barcelona lo hacemos bien. En Barcelona lo hacemos así.

El mamut del parque de la Ciutadella
¿Cachete con cachete a la sombra de un paquidermo del pleistoceno? Hell yeah! Cuando llega el crepúsculo, el parque de la Ciutadella ofrece sus arbustos a las parejas. La vegetación se agita con tembleques pulsátiles. En este lugar se ha hecho más petting que en toda la historia de las Telecogrescas. No obstante, hay un rincón del parque donde un coito puede convertirse en una experiencia astral regresiva al más puro estilo Viaje Alucinante al Fondo de la Mente. El mamut gigante del parque es el trofeo definitivo para los folladores públicos más transgresores. Puedes invocar a los viejos dioses de la prehistoria chingando agresivamente bajo la panza del bicho o puedes escalar con tu pareja hasta el lomo del proboscídeo para ejecutar un polvo salvaje desde las alturas, mirando a las estrellas, cabalgando sobre una bestia de 8 toneladas… El mamut, digo.

El teleférico de Montjuïc
¿Alguna vez has visto el teleférico haciendo extraños, allá en las alturas? Seguro que has pensado: “Qué raro, no sopla el viento, pero se mueve como el péndulo de Paloma Navarrete”. Pues la razón de este cimbreo paranormal es muy sencilla: ahí dentro hay personas follando. Dos como mínimo. Para copular en el teleférico tendrás que elegir un día y una hora con nula afluencia de guiris. No será fácil, pero cuando lo consigas penetrarás en un mar embravecido de sensaciones: vértigo, morbo, excitación, cerdeo… Todo bien mezcladito a 100 metros de altura. Por cierto, el teleférico no es amigo de percutores febriles: o le das suavecito o podríamos estar hablando la última eyaculación de tu vida.

Los lavabos del Corte Inglés
No me invento nada. Hay gente que se frota en los aseos del Corte Inglés. Gente que ha estudiado minuciosamente todos los váteres del edificio de Plaça Catalunya para determinar cuáles son los más solitarios, aislados y propicios para la procreación exprés. La peñita del cruising adora los cagaderos del Corte Inglés: se está calentito, nadie molesta y los pestillos tienen un revestimiento de hierro a prueba de abuelos duros de oído y otros espontáneos.

Los probadores de Urban Outiffters 
Si en Urban Outiffters te cobran 30 euros por un vinilo de Lana del Rey, tienes derecho a follar en sus probadores con las puertas abiertas. Y aún diría más: también deberían darte una  campanilla, por si necesitas que alguien te traiga champán, lubricantes y anillos vibradores durante la acción. 

El Observatori Fabra
¿Hay vida ahí fuera? Claro que la hay. Y otras cosas. Llegar al Observatori Fabra no es fácil, pero las penurias de la travesía merecen la pena. Follar en esta cima, con la fálica presencia de un telescopio que parece el penacho de Yog-Sothoth y la panorámica de Barcelona a modo de cubrecama, puede derivar en una epifanía galáctico-sexual que haría bailar una conga a Carl Sagan. Un transistor para hablar con Dios con wi-fi genital. Contacto directo con el cosmos a manguerazo limpio. Eso sí, ciñe tus fantasías al cobijo de la vegetación circundante. Si te vienes arriba y te cuelas en las instalaciones del observatorio para rematar la faena, los radares del SETI captarán tus gemidos perrunos, los confundirán con amenazas alienígenas y el mundo entrará en una fase de pánico y caos que durará semanas. Créeme, tu lujuria no vale el colapso de toda una civilización.

Limusina de alquiler
Quieres ser Kevin Costner, pero te sobra el De Jesús. Tu novia no es Sean Young, pero haremos ver que sí. Solo te falta una buena limusina para recrear la mítica escena de sexo sobre ruedas de No Hay Salida. Tampoco te emociones, recorrer Barcelona en limusina mientras le borras el cerito sexual a tu pareja ya no es una fantasía para pijos, no obstante, si quieres una versión low cost siempre puedes coger un rickshaw con tu pareja y decirle al esforzado conductor que se meta por calles solitarias, evite los baches y nunca, nunca, mire atrás.

La sede del PP i CIU en Barcelona
Ya que los miembros del PP y CIU están convencidos de que follar en el metro es una orden directa de Ada Colau, para contrarrestar la iniciativa del Ayuntamiento, ambos partidos deberían competir con la alcaldesa para ver quién acumula en su cuenta más coitos de sus votantes. Si Colau incita a la juventud a estucar los bancos del metro, vamos a enseñarle a la pescadera que nosotros no exhortamos a la plebe a follar en sitios raros, sino que la acogemos en nuestra casa, en la misma sede de nuestro partido. Le dejamos el sofá de la sala de reuniones, bajamos la luz, le ponemos música de Kenny G a un volumen suave, suave, suave, y que la naturaleza haga el resto. 

Palo Alto Market
Los hipsters son animales de costumbres. Cuando les arrancas de su zona de confort no se sueltan, pero cuando los metes en un Disneyland del coolness como Palo Alto Market, es muy posible que sientan una necesidad irrefrenable de esparcir simiente, fecundar y multiplicarse, llenando Barcelona de pequeños y traviesos hipstercitos. Este espacio tiene rincones suficientes para que influencers, curators e ilustradores se apareen y eternicen la especie. Prohibido colarse en los food trucks: no me quiero comer un pork bun con vello púbico.

Los lavabos de Apple Store
Los swaggers van fortísimos. Aunque no superen los 19 años, son como el Sargento de Hierro: ya han bebido más cervezas, han meado más sangre, han echado más polvos y han chafado más huevos que todos nosotros. Follan donde quieren y cuando quieren, de modo que veo normal, incluso pidadoso, que en el Apple Store de Passeig de Gràcia hayan entendido este cambio de paradigma y tengan unos preciosos lavabos para que los millennials puedan chupar del wi-fi gratuito y no se vayan a la parada de Liceu a chupar de lo otro.

Bonus track
La señora Rius… de moral distraída
Cuando llegas a esa edad en la que cuesta contener los esfínteres, Barcelona puede convertirse en una jungla hostil. Uno ya no está para esconderse en las columnas de La Boqueria en busca de un quítame allá esas pajas vía Sierra Leona. Cuando la próstata renquea, necesitas recogimiento, saber estar, valores, señorío. En la casa de Lydia Rius, leyenda viva del mueblé barcelonés, encontrarás todo eso y más. Sí, te costará un dinerillo, pero qué son unos míseros euros a cambio de la cortesía y modales exquisitos de la señora Rius y sus chicas. Los animales de bellota fornican en el metro; los señores van a casa de la señora Rius. Busca aquí el paraíso: www.srarius.com