5 motivos por los que Fleet Foxes son el cabeza de cartel definitivo para el Vida Festival

Al mediodía de ayer, saltaba la sorpresa de que Fleet Foxes estarían el año que viene encabezando una de las tres jornadas del Vida (que ahora ya sí se extiende definitivamente al jueves). En realidad, la idea era que el anuncio fuese un auténtico bombazo, pero unos días atrás en el programa de la Cadena Ser “Hora 25” se les escapó que la banda folk estaría el próximo julio en el Bilbao BBK Live, chafando de algún modo los planes del festival de Vilanova i la Geltrú, que el miércoles dejó las letras del nombre del grupo en el Arc del Triomf en una estrategia promocional idéntica a la que realizaron el año pasado horas antes del anuncio de Wilco. Por muchos motivos creemos que los de Robin Pecknold son el cabeza de cartel ideal, definitivo, perfecto para tan entrañable emplazamiento.

Musical y estéticamente, no hay grupo que encaje mejor con la filosofía Vida.

El más importante de los motivos es que por estética Fleet Foxes son los que mejor encajan en la Masia d’en Cabanyes. A los de Seattle hemos tenido el privilegio de verles en L’Auditori y, aunque esa es una de esas actuaciones que se quedan grabadas a fuego en tu cabeza, sí es cierto que al aire libre su propuesta gana enteros. La última vez que los vimos, en el Primavera Sound de 2011, estábamos de los nervios porque una hora después el Barça disputaba la segunda final de Wembley, así que su show en el festival de Vilanova se antoja ciertamente mágico, con el bosque iluminado a dos pasos, esas balas de paja que tanto encajan en un contexto folk y, por supuesto, la masía.

Musicalmente, además, no se nos ocurre mejor grupo para encabezar el Vida Festival, que en pocos años ya se ha creado una identidad muy marcada. Del mismo modo que resultaba lógico que Wilco, The War On Drugs, Andrew Bird o M. Ward presentasen en años anteriores su música ahí, lo es que Fleet Foxes lo hayan escogido para su vuelta a los escenarios seis años después.

Si su vuelta a España tenía que ser en un festival, que fuese en éste

Hay que empezar a mentalizarse que España tiene un gran circuito de festivales y un no tan grande circuito de salas. Evidentemente, preferiríamos verles en el Apolo, pero si tienen que venir a un evento de grandes dimensiones, que sea al Vida. En Vilanova i la Geltrú se está relativamente fresquito, cómodo y sin grandes aglomeraciones, además de lo que hablábamos en el anterior punto del contexto sobre estética y música. En rueda de prensa, la organización advirtió ayer que la mitad de los abonos ya han volado, por lo que para los que tengan pánico de que van a aprovechar para ampliar el recinto: tranquilos, no lo harán, ya han asegurado que se van a mantener las dimensiones. Coger una primera fila no va a ser ni mucho menos una empresa difícil.

Era el momento de que Vida diese un salto adelante a nivel internacional

El crecimiento de Vida Festival en sus pocas ediciones ha sido bastante acentuado. Ya el año pasado, con la incorporación a su cartel de Wilco, demostraron que están a la altura de un Low o un FIB y, casi, de un Primavera Sound o un Bilbao BBK Live. La repercusión internacional que tiene que hayan sido los primeros en anunciar los primeros shows de Fleet Foxes -y de Phoenix- en más de cinco años es tremenda. Nos imaginamos flipar con el recinto a los extranjeros que entren en la web del festival después de leer la noticia en medios anglosajones de referencia como Pitchfork o Consequence of Sound. Un empujón más que necesario, aunque esperemos que no a costa del gran clima de respeto por la música que se respira ahí.

Su debut, ya un clásico, está cerca de cumplir diez años

Tras el anuncio de su presencia en Vida, hemos ido directos a recuperar su álbum de debut homónimo de 2008 y es tan abrumadoramente bello como lo recordábamos. Está cerca de cumplir diez años y preserva la frescura del primer día. Es, ya, un clásico de nuestro tiempo, que en su momento fue número uno del año para Pitchfork, The Times, Mojo, Under The Radar o Billboard. Un profundo trabajo de Americana con trazos de folk de los Apalaches y guiños a clásicos del pop y del rock como Brian Wilson, CSNY y Grateful Dead, una obra de orfebrería con lujosas armonías barrocas y unos arreglos instrumentales sin parangón que nos descubrió una voz, la de Robin Pecknold, de otro mundo.

Presentarán, ¿en primicia?, sus nuevas canciones

Como veníamos diciendo, Fleet Foxes llevan un parón demasiado largo. Su último disco, “Helplessness Blues” (otra maravilla, por cierto), data de un ya lejano 2011, y sus últimos conciertos fueron a principios del año siguiente. Este tiempo Robin Pecknold se ha dedicado a los estudios universitarios y, uno de sus miembros más célebres, Josh Tillman, ha perseguido el sendero del éxito con su nuevo proyecto como solista, Father John Misty, con el que ya estuvo en Vida Festival en 2015. Desde hace unas semanas ya teníamos constancia de que los de Seattle habían reactivado la maquinaria. Minutos después del anuncio en la Cadena Ser, casualidad o no, actualizaban sus redes sociales y el vocalista confirmaba tanto el concierto de Bilbao como que su tercer disco estaba casi terminado. Por supuesto, aún no se ha podido escuchar nada de él, ni han dado muchas pistas de por dónde irán los tiros (aunque con un sonido tan asentado y característico, dudamos que se pasen al dubstep). Tampoco se sabe la fecha de su lanzamiento, pero la lógica dicta que será en el segundo trimestre de 2017. Por el momento, el primer bolo confirmado que tienen es el de Vilanova i la Geltrú. Evidentemente va a haber más, no se sabe si antes o después, así que de momento, esta fecha será la señalada para presentar en primicia sus nuevas canciones. Y nos morimos de ganas, por si no había quedado del todo claro.