R t V f F I
El sueño de la ciudad_Andres Vidal

Entrevistamos a Andrés Vidal

El Passeig de Gràcia es uno de los escenarios de la novela “El sueño de la ciudad”. Su autor, Andrés Vidal, nos desvela los entresijos de esta absorbente historia.

Categoría: Cultura | 17 abril, 2012
Redacción: Alfredo

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En el año 2010 Andrés Vidal irrumpió en el panorama literario español con su eficaz estilo despertando desde el primer momento intensas emociones con sus historias. Acaba de publicar “El sueño de la ciudad – El somni de la ciutat”, una absorbente novela que se desarrolla en la Barcelona de principios del siglo XX, en tiempos de Antoni Gaudí y los inicios de La Sagrada Familia.

PdG: ¿Podríamos decir que el Passeig de Gràcia tiene un papel en su nueva novela “El sueño de la ciudad”?
A.V.: La ciudad de Barcelona en su conjunto fue creciendo como personaje a lo largo de la novela. Después de La Sagrada Familia, creo que el centro de la ciudad y, en especial, el Passeig de Gràcia, adquieren una dimensión de escenario facilitador que conmueve a los personajes. El “viaje en el tiempo” que titula su página web se hace realidad en la novela puesto que, aunque el Passeig de Gràcia ya funcionaba desde antes, es en los años que abarca la novela cuando adquiere su auténtica naturaleza, la actual.

PdG: Llama la atención la estructura de la novela en siete partes, cada una de ellas dedicada a un pecado capital y a su virtud opuesta. ¿Por qué esta estructura?
A.V.: Algo que define la Barcelona de la época es la dualidad. Por ejemplo, el templo de la Sagrada Familia es un templo expiatorio, lo que significa que se financia por donativos que sirven para expiar pecados. Fue iniciativa de la burguesía de la época, una burguesía ?al menos, algunos de sus integrantes? capaz de presionar a sus trabajadores y luego lavar su conciencia financiando una obra magna como la basílica. La novela, pues, se arma alrededor de esa dualidad. Son dos personajes de dos familias opuestas, una burguesa y otra trabajadora, y veremos a lo largo de sus páginas cómo ni unos ni otros son maravillosos y perfectos; todos tienen sus momentos de cometer pecados y otros en los que brilla la virtud. Así se construyó la Barcelona moderna, una ciudad que crecía envuelta en conflictos donde se combinaba lo altruista y lo hermoso con la ambición desmedida o la explotación. Y, en medio de todo ello, el templo de la Sagrada Familia y la figura de Gaudí. ¿Se puede imaginar algo más conservador que la construcción de una catedral en pleno siglo XX y que, a la vez, sea el edificio más vanguardista de la ciudad? Ésa es la Sagrada Familia y ésa era la Barcelona de entonces.

PdG: ¿Por ese motivo el protagonista se llama Dimas, como el buen ladrón?
A.V.:
Exacto. Fíjese qué dualidad: “buen” y “ladrón”. No podría haber algo más contradictorio, ¿verdad? Pero la realidad nos indica que esas contradicciones se dan en las personas, y que éstas pueden luchar para que predomine uno u otro lado. Dimas Navarro comete errores ?no diré cuáles, eso ha de descubrirlo el lector? pero vivirá un proceso que le reconducirá al verdadero fondo de su personalidad, un proceso en el que tendrá un papel fundamental la otra protagonista de la novela, Laura Jufresa, así como su propia familia y el entorno que le rodea. No vivimos solos, vivimos juntos y eso es algo que Dimas aprende a lo largo de las páginas de “El sueño de la ciudad”.

PdG: ¿Es cierto eso que se dice de que el escritor “habla” con sus personajes para poder escribir su historia?¿Usted habla con Dimas, Laura, Ferran, Juan…?
A.V.: Por supuesto. Es fundamental tener una buena relación con tus personajes. Para mí todos ellos se convierten en auténticas voces, con su personalidad y su manera de hacer. Así que cuando estoy escribiendo y llego a un momento crucial de la historia, no tengo más remedio que imaginar a Ferran sentado frente a mí, con su impecable traje a rayas y su pelo retirado de la cara, con ese puro que no para de echar humo, mirándome por encima del hombro. Y entonces le pregunto: ¿Seguirías por aquí o por allí?

PdG: ¿Y le responde?
A.V.: ¡Claro que me responde! Me habla con esa voz autoritaria y me ordena hacia dónde ir, para acabar preguntándome, ¿de acuerdo?

PdG: Como hace con Dimas…
A.V.: Exactamente, como hace con Dimas.

PdG: ¿Cómo de importante es el proceso de documentación para escribir una novela como El sueño de la ciudad?
A.V.: La documentación es fundamental, pero hay que tener cuidado en no caer en los excesos. Yo prefiero integrar los datos en la trama de la historia, aportando pinceladas más explícitas que expliquen detalles cuando considere que son necesarios. No se puede caer en el academicismo puesto que lo importante es la trama y sus personajes. Es una novela, no un libro de historia, y la tentación de volcar todo lo documentado considero que es algo a evitar, de lo contrario se convertiría en un texto farragoso, aburrido, algo que me he prohibido en mis novelas. ¿Aburrimiento? ¡Nunca!

PdG: ¿A qué público se dirige “El sueño de la ciudad”?
A.V.: El Sueño de la Ciudad es una novela para todos los públicos. Creo que tiene muchos de los ingredientes que la pueden hacer apasionante, puesto que a la construcción de la Sagrada Familia y a una trama familiar se le añade algo de intriga policíaca, una cierta predilección por los bajos fondos de una Barcelona muy contestataria y un recorrido amplio por diferentes escenarios de la ciudad, que lo mismo puede servir a los nostálgicos para recordar lugares que ya han desaparecido, como para conocer una idea de ciudad más sucia, más encerrada en sí misma, que se esfumó con los juegos olímpicos y las sucesivas transformaciones. De hecho, el Passeig de Gràcia de hoy es quizás lo único que se mantiene con el mismo espíritu de aquella época.

PdG: Al contrario que en su novela anterior “La herencia de la tierra, El sueño de la ciudad” ha sido publicada a la vez en castellano y en catalán. ¿Cómo ha vivido esta doble publicación?
A.V.: Con una satisfacción enorme. No pudo ser con “La herencia” ?ojalá lo sea algún día? así que ahora estoy realmente contento. Agradezco enormemente a la editorial el esfuerzo que está realizando porque demuestra una confianza a prueba de bombas en la novela, y más en estos tiempos de crisis. Ojalá guste y convenza a la parte más importante del proceso editorial, al lector.

PdG: ¿Quién se esconde detrás de “Andrés Vidal”?
A.V.: No es importante quién se esconde detrás del nombre, sino lo que ofrece. La voluntad siempre ha sido centrar el interés en la obra final, más que en la autoría o en la pretendida celebridad del autor.

Me interesa de manera particular que mis novelas se defiendan por sí solas. Creo firmemente que si se escriben relatos pensando en el lector, éste los hará suyos. Y es algo que he intentado tanto con “La herencia de la tierra” como con “El sueño de la ciudad”, novelas con buenas historias bien contadas, con personajes atractivos y un trasfondo que nos sirva no sólo para entender una época pasada, sino para comprender mejor la que estamos viviendo.

PdG: ¿Hasta qué punto los valores “tradicionales” por los que Andrés Vidal apuesta en sus relatos pretenden tener influencia en la situación actual, en las reflexiones de sus lectores?
A.V.: Los valores son tradicionales dependiendo de la época. A veces esos mismos valores pueden resultar transgresores y otras veces pueden ser recalcitrantes y reaccionarios. Me gustaría pensar que las novelas adquieren una vida propia, más allá de la lectura que aporten al público. Siempre he pensado que esa manera de ver las obras como ejemplos a seguir adquiere su reverso en los personajes maliciosos que en ellas se encuentran. Espero que la visión del mundo que aporto, la revisión de una parte de nuestra historia, nos enseñe a no ir repitiendo periódicamente los mismos errores. Nada más.

PdG: En todo proceso de creación se viven experiencias inolvidables, ¿compartiría alguna con sus lectores?
A.V.: Durante el proceso de creación de “El sueño de la ciudad” recibí un correo del gran actor Jordi Dauder. Es un correo que guardo como oro en paño porque en él me manifestó sus felicitaciones por “La herencia de la tierra” y su deseo de que se hiciera una serie en la que se le reservaba el papel de Rosendo Roca de mayor. Me hizo una ilusión tremenda. Que alguien de la categoría de Jordi Dauder te diga algo así te da ánimos para seguir adelante sea como sea. Por desgracia, pocos meses después, falleció. Me encantó ese gesto generoso y desinteresado de Dauder ante alguien a quien no conocía de nada. Es de verdad una de las satisfacciones más grandes, que gente de todo tipo te escriba para agradecerte y felicitarte por la novela.

PdG: En “La herencia de la tierra” se decía que era un homenaje a los rostros olvidados de la historia. ¿A quién dedicaría “El sueño de la ciudad”?
A.V.: Me quedo con la frase de Gaudí que coloco al principio del libro: “Los grandes templos nunca han sido obra de un solo arquitecto”. Sustituya “templo” por “ciudad”, “país”, “empresa”, “proyecto”… Creo que ése podría ser el mensaje de la novela: que todos somos necesarios para construir y avanzar, que nada que merezca la pena se consigue yendo cada uno por su lado, que hemos de mirar por los que nos rodean para hacer cosas importantes juntos. Alargar la mirada, ir siempre más allá de lo inmediato para contemplar el futuro con serenidad.

 

Categoría: Cultura | 17 abril, 2012
Redacción: Alfredo
Tags:  andrés vidal, El sueño de la ciudad, entrevistas, història, La herencia de la tierra, libros, novela, promociones,

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