Acción Diplomática, una cierta emoción entre las tinieblas

Los apasionados de las diversas músicas oscuras vivimos en Barcelona tiempos francamente excitantes gracias al empuje de colectivos como Conjunto Vacío y Dead Moon y una red de grupos de reciente formación como Paralelo, SDH, Titan Arch y la banda que hoy nos ocupa, Acción Diplomática. Creada inicialmente hace dos años como proyecto solista de Víctor M. Hidalgo, una cara conocida de la escena vinculado también con Piñata, Futura y Ciudad Lineal, pronto se completó con la entrada de Àlex Sardà, miembro de la banda indie pop Heather.

Antes de que editen su esperadísimo álbum de debut, tras un par de lanzamientos en una onda synth, dark wave e industrial, actuarán en La Casa Gran, un mini festival que organiza las gentes de Famèlic y que sirve para tomar el pulso a la escena desde hace ya varias  temporadas. Será este sábado, cuando el dúo comparta escenario con excitantes grupos como los inclasificables Extrarradio, los también oscuros Nova Nord, el clasicismo de Marina Herlop y más. El lunes nos citamos con Víctor y Àlex en Casa Bonay para que nos hablen de los orígenes del proyecto, nos avancen qué cabe esperar de su muy diferente y ambicioso estreno en largo y más.

¿Por qué este nombre para la banda?

Víctor: Hay un interés en que cuando escuchas una banda entres en un mundo o un universo. Por eso me gusta pensar mucho en los nombres. En este caso surgió como si fuese un cuerpo de acción militar o burocrático de diplomacia. Vivimos en un mundo de pactos muy tácitos, en el que todo son conversaciones… Ya no hay enfrentamientos directos, todo pasa por debajo. Es algo de cuando en el proyecto sólo estaba yo.

¿Cuándo es eso más o menos?

Víctor: Alrededor de 2015. Álex se une a principios de 2016.

Álex: Grabé unas guitarras para un tema de su primer cassette y al cabo de un tiempo, con motivo de la fiesta de aniversario de Dead Moon Records, aunque al principio sólo iba a ser una colaboración en ese tema en concreto, acabamos adaptando el set para guitarra. Eso ha evolucionado hasta donde estamos ahora.

Víctor: Es más divertido tocar con alguien porque redistribuyes el nivel de presión. No tienes que dar tanto la cara, se comparte, aunque tengas que estar igualmente a tope.

Álex: Es interesante el feedback que generamos. Los temas parten de lo que Víctor crea en casa pero luego hacemos evolucionar y crecer las canciones juntos de forma orgánica.

Fuisteis compañeros en el ESCAC, así que no sé si antes de Acción Diplomática ya compartíais esta pasión por la música o incluso habíais trabajado juntos en ella.

Víctor: Llevamos tocando juntos muchos años en diferentes proyectos. Tuvimos uno más garage punk, Piñata, y durante poco tiempo compartimos un proyecto él y yo solos en el que yo tocaba la batería y él la guitarra. Se llamaba Destral. Pero sí, siempre hemos compartido gustos musicales, de hecho, nos conocimos en un concierto.

Álex: En ESCAC íbamos a cursos diferentes, pero a raíz de ir a conciertos y tener amigos comunes surgió el primer grupo que tuvimos. Destral servía para hacer experimentos que en algunos casos llevábamos a otros proyectos o como un divertimento bastante interesante. Fue un proceso muy bonito volver a trabajar juntos después de tanto tiempo.

Víctor: Sí, pero también fue natural porque tenemos gustos muy similares. Eso hace que la creación sea más llevadera.

¿Qué aporta cada uno al grupo? ¿Tenéis algún rol específico más allá de los instrumentos que pueda tocar cada uno?

Víctor: Igual yo soy más emocional y Álex más mental.

Álex: Creo que hago de pared, creo un feedback a partir de su trabajo previo, que se desarrolla hasta tener un punto de vista nuevo en muchos casos.

Víctor: ¿Cuál es tu rol en la banda? ¿Hombre objeto?

Álex: Posar. [risas]

Víctor: Quedar guapo en las fotos.

¿Está el grupo abierto a nuevos miembros o creéis que éste es su formato definitivo?

Víctor: Nada es definitivo, pero estamos bien con esta formación. De todos modos, en este disco hemos colaborado con muchos músicos amigos. Nos gusta que puedan aportar otras visiones a las canciones.

En el disco, por ejemplo, hemos colaborado con Marina Herlop, que también toca en La Casa Gran, y que aquí toca el piano en varios temas; también con Patrycja Proniewska, que es mi compañera de piso y la cantante de Belgrado; hemos colaborado con un artista de ambient de Copenhague que se llama GRØN; y con un amigo cercano, Guille de ·Y·. Ha sido un disco en el que nos hemos querido dejar llevar por lo que nos apetecía y lo que podía aportar cada colaboración.

Álex: Hemos sido también muy conscientes de nuestras limitaciones y creo que hemos sabido introducir lo que podía hacer mejorar las canciones. Muchas veces vimos que era el hecho de traer colaboraciones al disco. Así que aunque la formación está cerrada, en cuanto a colaboraciones, sobre todo en el directo, siempre estamos abiertos.

Víctor: Creo que es clave para que el proyecto no se corrompa con las mismas dinámicas. Colaborar con gente también supone un reto. No nos queremos cerrar a nada, ni a géneros ni a formaciones ni a líneas muy concretas.

Álex: No queremos que eso suene disperso, simplemente queremos aportar lo que queramos cuando queramos sin limitaciones.

Víctor adelantaba parte de la respuesta cuando hablaba del nombre del grupo. ¿Por qué es tan importante para vosotros la estética?

Víctor: Creo que vivimos en un mundo y una sociedad centrada en la imagen. Para nosotros, que somos cineastas y narradores, es algo natural pensar en ello.

Álex: Habiendo trabajado en cine, donde te encargas de todos los aspectos de una producción, ha hecho que no nos limitemos a la música. Todos los grupos que hemos tenido han estado ligados a una visión artística.

Víctor: Buscamos las cosas adyacentes a la música que le aportan un carácter concreto. También las letras, que es algo de lo que mucha gente no habla. La diferencia entre hacer un disco de pop y otro de pop de vanguardia al final depende de muy pocos elementos.

¿Qué referentes cinematográficos se pueden percibir mejor en vuestra música?

Víctor: La nueva ola francesa y la visión de la adolescencia de Louis Malle, especialmente en “Au Revoir Les Enfants”. Tiene un punto de fascinación y rebelión adolescente. Pero en este disco es difícil pensar en referentes cinematográficos al uso. Podría ser una película de finales de los 80 como “Wall Street” porque habla sobre la decadencia de las formas.

Álex: También las películas de Ulrich Seidl, que son retratos muy fríos pero cercanos y de temáticas sórdidas. Su cine puede ser comparable a nuestra música porque partiendo de un tema cubre todas sus capas.

Víctor: También cine americano de los 90 y 00 como Gregg Araki o Mike Mills. Todo muy adolescente, ¿no?

Álex: Sí, esa nostalgia del indie, cuando aún nos lo creíamos, antes de que fuese un producto. Ese cine que vimos de adolescentes, ahora sabemos verlo como un producto y la falsedad en sus diálogos y en su forma de ver las cosas.

Ya habéis hablado del disco en términos de influencias y colaboradores, así que en un aspecto más puramente musical. ¿Qué se puede seguir de él? ¿Seguirá la línea marcada en anteriores lanzamientos?

Víctor: Para nada. Hay un gran cambio porque queríamos hacer algo más ambicioso y que cada canción se explorase por sí misma. Si una canción nos pedía una aproximación hacia el R&B, techno, house o el hip hop se la hemos dado. Álex describe este álbum de una manera que me gusta mucho, dice que es como si fuese una mixtape que muestra todas nuestras influencias, las más firmes y las más vagas.

Álex: Es un disco que no se encierra a un solo género y al mismo tiempo suena a bloque y a disco. El trabajo que hemos hecho con Sergio de Svper tiene mucho que ver con eso. Hemos conseguido esto por la voz de Víctor, que es el hilo que lo unifica todo.

Entiendo que estas canciones se podrán escuchar en el directo del sábado.

Víctor: Va a ser la primera vez que las toquemos en directo. No serán todas, obviamente, porque tenemos media hora.

Álex: Es una primera toma de contacto con este nuevo enfoque. A ver cómo reacciona el público y si conseguimos sorprenderle.

Víctor: Van a flipar.

Álex: De entrada no tiene mucho que ver con lo anterior, pero está bien.

Víctor: Creo que es el mejor disco de 2017, lo pienso firmemente. A veces me siento arrogante, pero no se arriesga suficiente en la música en Barcelona. La gente está muy encorsetada en un género y se deja llevar por tendencias.

¿Lo ves así, Álex?

Víctor: Lo sabe pero no lo quiere decir.

Álex: Estoy muy contento con la exploración que hemos hecho.

Víctor: Nadie está haciendo esto en España.

Álex: O sí pero no de esta manera. Venimos de un género en el que se rompen pocas veces las normas. Hay un punto de riesgo en querer experimentar todo el rato como hemos hecho.

Como conocéis a todas las bandas de La Casa Gran, ¿podríais describir en una frase cada una de ellas?

Víctor: Marina Herlop es una de las personas haciendo música más especial de Barcelona.

Álex: Es muy hipnótica y respira mucha verdad. Sabe jugar muy bien la vanguardia de una forma que también sea pop.

Víctor: STA me flipa, tienen un gran dominio y llevan mucho tiempo sacando discos enormes. Nova Nord son colegas y tenemos ganas de ver su primer concierto.

Álex: Si tenemos que poner algo de Señalada es que es amor. Y ya está.

Víctor: L’Hereu Escampa y Dofí Malalt son gente que conocemos de la escena de Vic de cuando tocábamos en Hoteler. Son gente muy llana y simpática. Arnau Sala, que viene con nuevo proyecto, lleva haciendo música mucho tiempo y es una figura importante en la escena experimental de la ciudad.

Álex: Extrarradio me parecen una apuesta muy interesante que está sabiendo mezclar cosas muy distintas y con muy buen gusto. Es un proyecto que ha nacido en una habitación, donde se han puesto tocar e improvisar.

Fotografía: Marina de Luís