Viviendo una nominación al Goya a mejor canción con Mr.K!

Marc Peña, alias Mr.K!, lleva más de una década entregado en cuerpo y alma al oficio del DJ. Amante de los sonidos más festivos y desacomplejados, apasionado de los mash-ups y convertido ya en una figura reconocida de la escena de clubs barcelonesa (le puedes ver habitualmente en Razzmatazz, Nitsa o tu festival favorito), el 14 de diciembre recibió la sorpresa a manos de Natalia de Molina y Javier Cámara de su nominación al Goya a la mejor canción por su trabajo en “Kiki, El Amor Se Hace” de Paco León, en un festivo y refrescante tema en el que hasta el propio director interviene en los coros.

Nos citamos con él el pasado martes en el Hotel Omm para hablar sobre la noche en que descubrió su vocación de DJ, la diva pop que desearía remezclar, la mañana en la que se enteró de su nominación y de qué podría ocurrir en la afterparty de los Goya (sábado 4 de febrero) si gana.

No te voy a pedir que me expliques lo de “Siete Vidas”, pero sí que me pongas en contexto. ¿Cómo empezaste a pinchar?

Con 17 años hacía el truco del sello en la mano para entrar en Razzmatazz porque era menor de edad. La primera vez que entré estaban mágicamente 2manydjs. Yo no sabía ni quién eran, ni qué eran los mashups o los bootlegs. El concepto DJ se me escapaba. Me alucinaron y quise investigar sobre todo esto. Pasado un tiempo, cuando trabajaba en un bar un pelín más abajo del Moog que ya no existe. Era la calle Guardia, donde vivo yo, en ese edificio estaba el Indiebar. Ahí hacía de camarero y de relaciones públicas con 18 años, hasta que un día el DJ se puso enfermo y me dijeron que me pusiese a pinchar aunque no supiese.

Ya no le das tanto a los mashups, ¿verdad?

Saqué un último recopilatorio hace poco con 12 años de mashups. Pero hace 5 años empecé a producir y me interesé más por la producción propia que por el robo literal de material de otros. Tenía ganas de empezar hacer algo que fuera mío, ya sea singles o remixes. Me pilló, además, en esa transición en la que el DJ convencional dejó de existir para convertirse en un DJ productor que necesita producir para encontrar bolos. Voy haciendo algún mashup, pero prefiero hacer temas de mi cosecha.

Y como DJ, ¿cómo diríais que ha evolucionado tu estilo?

Sobre todo en técnica y saber estudiar al público. Ese es el trabajo más importante de un DJ porque no sólo hay que pinchar, eso sería egocéntrico, hay que observar muy bien lo que ocurre en la pista. Eso se aprende con los años.

¿Has sabido adoptar otros géneros que antes, quizá, ni siquiera contemplabas?

Siempre he sido como una montaña rusa, lo que me ha apetecido, lo he puesto. Tuve hasta una fiesta mensual, Coco Bongo, que era de cumbia y moombahton. Debo ser muy ecléctico, y como me llaman para pinchar en sitios muy diferentes, puedo hacer algo indie, algo más pop… me adapto mucho. Sí es verdad que últimamente estoy tratando de centrarme en un rollo con el que me sienta más cómodo.

Sé que es difícil hablar de uno mismo, ¿pero cuál es tu rollo? ¿Cómo lo describirías?

Música electrónica. Mucha zapatilla. Me gusta la caña, el deep house, el nu-disco, el electro y el bass. Me muevo siempre por esos caminos.

Vi que remezclaste recientemente a Melanie Martinez. ¿Qué diva te faltaría por remezclar? Deberían ser aspiraciones realistas.

¿Debo ser realista?

Hagamos una cosa, dame un sueño húmedo y algo más realista.

Es que no puedo algo realista. Siempre he querido hacer algo con Kylie Minogue, de las divas, es por la que siento más cariño. Es igual de mamarracha que todas las demás, pero me da la sensación de que no lo es tanto. Será porque trabajó con Stuart Price y, con él, hizo temazos muy épicos que marcaron mi adolescencia. “Slow” es el hit máximo.

Pasando al tema de los Goya. ¿Cómo surgió el encargo?

Hay lagunas, pero creo que el Sónar tiene mucho que ver. Creo que me vieron pinchar en la sesión para abrir el concierto de Robyn & Röyksopp. El productor, que estaba con Agustín [Cascales, el director de “Shangay”], llamó a la organización para preguntar por mí y cuando llamaron a mi agencia de management empezó a surgir todo. En ningún momento Paco [León] se puso en contacto conmigo. Pasado el tiempo, pero antes de firmar nada, ya sí quedamos con él para que nos contará, literalmente, la película, que nos la contó de principio a fin. También nos dijo las canciones que quería que hiciésemos. Muchas han pasado por mil versiones hasta convertirse en lo que se puede escuchar en la película.

¿Hubo mucho feedback durante el proceso?

Para el tema “Kiki”, sí. La idea inicial de Paco era hacer una versión cantada por La Terremoto de Alcorcón de “Let’s Have A Kiki” de Scissor Sisters. El problema es que fue muy difícil contactar con ellos porque están prácticamente desaparecidos. Como banda está disuelta. Los derechos de autor están repartidos entre todos y cada uno anda por separado. Intentamos hablar con ellos, pero lo que pedían para los derechos era un poco desmesurado, desde mi punto de vista. Al final le dije a Paco que lo mejor que podíamos hacer es empezar una canción desde cero, algo que estuviese muy relacionado con la película. Fue un proceso larguísimo y agotador hasta que Paco nos dio el OK final y nos dijo que le encantaba.

¿Surgió de manera natural que él apareciese en los coros?

Al principio no me esperaba que fuese a participar, pero estuvo muy metido en todo el proceso. Hasta vino a Barcelona a hacer retoques a las canciones.

El día de las nominaciones. ¿Lo querías ver por lo que pudiera pasar o para nada querías verlo?

Había una preselección, así que había 46 canciones candidatas a la nominación. Y no es algo de la Academia del Cine, es que hay que cumplir una serie de requisitos. Estaban Amaia Montero, Bunbury…

Ha habido unos descartes fuertes, hasta Christina Rosenvinge.

Por ejemplo! Por eso, pensaba que era imposible. Pero como todo el mundo te repite que vas a ganar al final te lo acabas creyendo un poco. Al final coges la calculadora para ver cuántas posibilidades hay. Entonces, el 14 de diciembre me desperté como si fuese el día de Reyes. Desde bien pronto dándole al F5 al streaming de la web oficial, esperando a que Natalia de Molina y Javier Cámara saliesen a hacer la lectura de los nominados. Al final pasó.

¿Y qué hiciste?

No me lo podía creer. Salté de la silla y mi novio y compañero de piso querían abrazarme, pero yo no quería, necesitaba asimilarlo. Es como que te digan que has ganado la lotería. Fue una sensación parecido a la que tuvo cuando Sónar me llamó para pinchar. Me empezó a llamar todo el mundo. Mi madre se me puso a llorar, que es de esperar, claro. Ella, además, no lo pudo ver, porque no sabe cómo van estas cosas de internet. Todo el día estaba en shock total porque te haces millones de preguntas: “¿Qué vas a hacer? ¿Tienes que ir a Madrid? ¿Qué te vas a poner? ¿Y si ganas?…”

Comparas esto con la llamada de Sónar. En este poco más de un mes que ha pasado, ¿se ha traducido todo esto en algo concreto como recibir más ofertas para pinchar?

Parece que cuando te pasa a algo así todo lo que viene después es a causa de ello, pero no tiene que ser así necesariamente. Tampoco ha habido una locura de llamadas. Por ejemplo, aún no me han llamado de Madrid u otras ciudades de España. Está todo más calmado porque no será lo mismo una nominación que ganar.

¿Qué crees que puede pasar, entonces, si ganas?

No hay que esperar nada, el hecho de estar nominado es como una llamada de atención que hay que aprovechar. Si lo gano va a ser lo mismo: hay que seguir trabajando y aprovechar la visibilidad que esto te da para abrirte paso y sacar más música, hablar con festivales… Las cosas no son tan fáciles cuando no eres muy conocido.

Y si ganas, ¿no le pedirás a Cascales que te deje pinchar en la afterparty?

Ya le he dicho que estaría bien que me dejase poner unos temas y me dijo que ese día tengo que disfrutar. Y tiene razón.

Ya, pero a mí, por ejemplo, cuando me dio la vena de pinchar, me aburría si hacía otra cosa.

Es verdad, yo cuando voy a un club me aburro. En un club me lo paso bien pinchando. Ese día pueden pasar tantas cosas que prefiero estar con mi gente y disfrutar de estar ahí, de Madrid, de la gala y de la escapada en general.

Ya estuviste en un evento previo. ¿Alguna anécdota que se pueda contar?

Sí, en la cena de los nominados. ¡Conocí a Marisa Paredes, y eso fue épico! Estuve cerca de mucha gente muy conocida, que ves siempre en televisión. Llegó a ser un poco abrumador estar rodeado de tantos actores, directores o cantantes. Yo no había visto algo como el photocall en mi vida, fue muy loco.

Una vez pase esto, ¿cuáles son tus planes?

Voy a sacar un remix para Bearoid de “Enemy” y mi single nuevo, que si todo va bien, él cantará. Ya tocaba trabajar en serio con él después de tanta remezcla y mashup. Ahora toca trabajar con él. También quiero poder tocar en festivales, que es lo que todos los DJs esperamos con ansia. ¡Ojalá Sónar!