EN ROPA INTERIOR

Mientras medio mundo pierde la cabeza viendo desfilar a los ángeles de Victoria’s Secret, nosotros nos tenemos que conformar con modelos como Anna Barrachina cuyo único mérito es ser, supuestamente, la hija de Álvaro Muñoz Escassi. ¡Ah! Y con Elsa Pataky, debutando como cantante. Eso sí que es noticia. 

Des de Nueva York nos llegan las imágenes del desfile de Victoria’s Secret con modelos de la talla de Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Lily Aldridge, Sara Sampaio, Kendall Jener, Gigi Hadid o Candice Swanepoel, por citar algunas. Hasta 47 de las mejores modelos del mundo ya han grabado el desfile más espectacular de lencería que se podrá ver el 8 de diciembre en un estreno planetario que siempre despierta el máximo interés. Modelos con físicos espectaculares, con medidas de vértigo, con rostros casi irreales y, sobre todo, con una profesionalidad sobre la pasarela que nadie pone en duda. No hablaré hoy de la dieta que siguen días antes del desfile porque no toca (lo de matarse de hambre las dos semanas previas a la cita y alimentarse solamente de algodón mojado, de papel de wáter e incluso de barro ya lo comentaremos en otra ocasión). La idea es visualizar un desfile que se ha convertido en referencia tanto por el espectáculo como por el nivel de las modelos.

Y en este punto nos encontramos cuando aparecen en todas las televisiones las imágenes de Anna Barrachina desfilando en ropa interior para Women’ Secret. Delito. ¡Qué la detengan! ¡Es un atentado a la profesión! Barrachina llevaba un tiempo intentando ser modelo. Un tiempo en el que era anónima. No le llegaba ninguna oportunidad, y mira que la niña es maja (risas). Un día Anna descubrió que su biopadre era Álvaro Muñoz Escassi ¡Milagro! Las ofertas laborales empezaron a llegar. Su caché subía (hasta 15.000 euros pedía su reprepadre por acudir a un photocall) y, por fin, llegó la gran oportunidad: Anna debutaba la semana pasada luciendo diseños de Women’ Secret sobre una pasarela. Eso es entrar por la puerta grande, con Malena Costa, Joana Sanz o Desirée Cordero como compañeras.

En este país somos así y si alguna de las modelos que desfilaba para Women’ Secret despertaba cierto interés, esa era la supuesta hija de Escassi. Todos atentos. Empieza el desfile. Y el horror se hizo realidad. No pudo hacerlo peor, con menos gracia, con menos seguridad, con menos estrella, con menos elegancia, con menos sensualidad,…. Todo fue menos en su caso. Incluso el peinado era para echarse a llorar, parecía que su pelo estaba enganchado de tanto sudar. Venga Anna, ya está, ya lo has hecho, ya te has sentido una estrella. Ahora vete para tu casa y descansa un rato porque te has quedado a gusto.

De todas maneras la culpa no es sólo suya. Es de este país de cutres donde nos entusiasma más el morbo que la calidad, el friquismo que la preparación y donde nos va más un cotilleo que a un tonto un caramelo, no podíamos esperar mucho más. Y los titulares así lo reflejaron. Al día siguiente la mayoría de los artículos que hablaban sobre el tema comentaban el debut de Anna Barrachina y poco o nada se dijo de las otras modelos. Quizás la única que también despuntó fue Joana Sanz, y eso que sólo hizo que reír durante las entrevistas con los periodistas como si se hubiera tomado 4 chupitos de tequila para estar más relajada.

En medio de este despropósito la marca tiene una última sorpresa preparada: ¡Elsa Pataky canta! A cuadros nos quedamos viendo el videoclip que Women’ Secret ha grabado con Elsa como cantante y que se emite a modo de anuncio en la tele. En el video-anuncio escuchamos su vocecita y la vemos bailar. Canta mal, sí, pero su físico es envidiable. Vale que no es muy alta (1,61 cm pone Wikipedia aunque yo aseguraría que no pasa de 1,53), pero es la mujer mejor operada de todo el planeta. Elsa se lo ha hecho todo. Incluso esa peca en el labio no es suya. A Cindy Crawford y Marilyn Monroe les quedaba tan bien que Elsa dijo ¡la quiero! Y eso es fácil. Una pequeña pigmentación y listos. Más complicados han sido el resto de retoques:

Rinoplastia: fue su primera operación y se gastó de 5.000 euros.

Liposucción de mejillas y aumento de pómulos: esta fue su segunda operación y, según los expertos, primero se sometió a una liposucción de mejillas para después hacerse un aumento de pómulos. Otros 5.000 euros volvió a desembolsar.

Aumento de pecho: cuando la conocimos en el año 1997 en ‘Al salir de clase’, la actriz casi no tenía pecho. Subir dos tallas le costó 8.000 euros.

Lipoescultura en culo y piernas: se operó mientras estaba con Adrien Brody y pagó esta vez unos 7.000 euros.

Liposucción en vientre, glúteos y piernas: una vez reducido el volumen, Elsa necesitó definir sus líneas y borrar cualquier resto de celulitis. Esta liposucción le costó unos 3000 euros.

Que nadie se piense que ‘sólo’ con esto se puede estar estupenda. Elsa se ha sometido a infinidad de retoques que no requieren quirófano y que han modificado el aspecto de sus labios, de sus ojos, de su cuello, de su piel,…. Y semanalmente no faltan los masajes, las radiofrecuencias, las horas de gimnasio y una infinidad de zumos verdes para depurar el organismo. Ahora sí, con todo esto se puede conseguir estar buenísima y casarte con Thor. Porque esa ha sido su elección. No ha mejorado su nivel interpretativo, no ha mejorado su dotes artísticas, pero si ha mejorado su cuerpo y de eso vive. Está estupenda, retocadísima pero estupenda. Aunque lo niegue, porque en una entrevista con Ana Rosa Quintana hace un par de años aseguró que ella no se había sometido a ninguna operación. Supongo que se refería en el último mes, porque si no es que nos toma a todos por idiotas. Y no lo somos Elsita.