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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No solo los libros se pueden leer. A veces podemos leer un sentimiento de incredulidad en un leve fruncimiento de ceño; a veces leemos una tormenta lejana en unas nubes algo más grises que las de su alrededor. Las ciudades también se pueden leer y tienen mucho por decir.
Tan solo es cuestión de hablar el mismo idioma. Por mucho que nos gustaría, las ciudades no hablan ni español ni inglés ni ningún otro idioma humano. Primero se debe aprender algunas palabras; luego con el tiempo todo resulta más fácil. He aquí tres palabras esenciales:
“Entra”. Unas puertas abiertas son la mejor forma de invitar a entrar, pero no la única. Unas grandes ventanas de cristal nos dejan ver qué está ocurriendo dentro, podemos entrar sin miedo a lo desconocido. El Reichstag, el parlamento alemán, fue reformado por completo en cristal para que los ciudadanos pudieran entrar y ver con total claridad qué hacían los representantes que habían votado.
“Juega”. Cuando pasamos por un parque o por una tienda, ¿hay un camino fijo y establecido que se debe seguir? ¿Hay varios? ¿Ninguno? La típica alfombra roja de Hollywood es un claro ejemplo de lo fijo: gente importante en un lado, el resto en otro. Los hoteles también las usan. Luego encontramos los parques infantiles con sus columpios, toboganes y balancines. No hay ningún orden preestablecido para jugar, ahí reina la libertad y la creatividad.
“Quédate”. Lo primero que nos viene a la mente son bancos y asientos de todo tipo. Su mera presencia nos invita a pasar un tiempo en un espacio. Pero los museos también lo consiguen, y no siempre tienen muchos asientos. ¿Cómo lo hacen? Captando nuestra mirada y nuestro interés. Es fácil pasar horas en la Plaza Sant Felip Neri observando las profundas marcas de la Guerra Civil. Las luces de Navidad que decoran las calles tienen el mismo efecto.
Y esas eran las tres palabras. Pero hay un montón más por descubrir. La próxima vez que estéis comprando o descansando por Paseo de Gracia, leed los edificios. ¿Qué tiendas tienen sus puertas abiertas y cuáles las cierran creando un ambiente exclusivo? ¿La Casa Batlló nos dice lo mismo que La Pedrera? ¿Por qué hemos elegido quedarnos y pasar la tarde en una cafetería y no en otra? Barcelona nos habla desde hace muchos años, ya es hora de ir escuchando y descubrir más de lo que esperábamos de nuestra querida ciudad.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.