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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Internet, te amo. Pero estás lleno de mierda. Aunque funcionas muy bien para leer biografías ficcionales de superhéroes menores del universo Marvel, por lo general eres un repositorio para promesas incumplidas, proyectos inacabados y buenas intenciones. Por eso la noticia esta semana es que el inglés Sam Cookney ha cumplido con su palabra y se ha mudado a Barcelona, me hace tanta ilusión.
Puede que el nombre de Cookney te suene de hace algunos meses cuando un post en su blog se hizo viral. En ello, el inglés, que trabaja en el sector financiero, mostraba que le sería más barato vivir en Barcelona y volar cuatro días a la semana a Londres que pagar un piso parecido en la capital.
En el blog inicial, calculaba los costes de alquilar y viajar a currar a Londres, unos 1,979 euros. Esto incluye el alquiler de un piso en la zona 2 (1,505 euros) el ‘council tax’ (75 euros) y un abono de metro (116 euros por mes).
Por el mismo dinero calculaba que podría pagar un piso de 3 habitaciones en Les Corts (680 euros), y unos costes de viaje (incluyendo tren diario al aeropuerto de El Prat ) de unos 57 euros por día. Vuelos incluidos.
Multiplicó esto por cuatro, y le salía a unos 1,597euros, quedándole 387 euros para “gastar en botellas de rioja”.
En papel sonaba muy bien, incluso para los que odian madrugar. ¿Pero en la práctica? “Funciona mejor de lo qué esperaba” dijo en declaraciones al London Evening Standard tras mudarme con ‘dos bolsas y una caja de libros’ a mediados de Julio. “Duermo en el avión… y estoy en mi escritorio a las 09.30. Incluso me da tiempo a desayunar de camino”, zanjó.
¿Y el dinero que le sobraba? A juzgar por su Twitter, lo está aprovechando a saco:
I have a new favourite cava. And octopus. I won’t publish the bill… pic.twitter.com/mK0Burold2
— Sam Cookney (@Sam_Cookney) July 29, 2015
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.