Días Nórdicos te trae la mejor música escandinava sin que pases frío

Hasta hace no mucho los que amamos la música escandinava mirábamos con envidia a Madrid, que tiene desde 2010 un festival dedicado a todos los talentos de nuestros vecinos del norte, Días Nórdicos. Afortunadamente, desde 2014 el evento ya tiene sede en Barcelona, además de en Latinoamérica (de Argentina a México). Pero más allá de la particularidad de los países de origen de las bandas participantes, lo que hace interesante esta propuesta es que los grupos que trae suelen ser prácticamente desconocidos en España. A Días Nórdicos se va a escuchar y descubrir, porque para ver por enésima vez a The Raveonettes, MØ, The Tallest Man On Earth o Kings Of Convenience ya existen otros espacios.

Y lo mejor aún está por venir, porque en Barcelona no nos conformamos con estos conciertos inaugurales y también queremos las proyecciones, exposiciones, talleres infantiles o ciclos de cine que tienen en Madrid. A partir del año que viene, además, Días Nórdicos completará un virtuoso círculo de intercambio cultural al presentar artistas y creadores iberoamericanos en países escandinavos. Pero centrémonos en las cuatro bandas que veremos el viernes en Sala Apolo.

The Hearing
En Finlandia hay muchísimas bandas de death metal y otros derivados del género más duro del rock, pero también se les contagia algo del pop electrónico de sus vecinos suecos. Es el caso, por ejemplo, de The Hearing, alias de Ringa Manner, cantautora y performer de Helsinki que tiene una voz parecida a la de Robyn (será quizá por el acento o la manipulación vocal), pero musicalmente se acerca más a las niñas mimadas de David Lynch, Au Revoir Simone. En directo es lo que se suele llamar one-(wo)man-band y, en este sentido, recoge influencias de contemporáneos como Tune-Yards u Owen Pallett. En otras palabras: ella se encarga de absolutamente todo, desde dar calor a partir de sus armonías vocales a que sus temas cojan cuerpo y movimiento a partir de ritmos exuberantes. Su segundo disco, “Adrian”, llegó a las tiendas el pasado abril.

Nils Bech
También en la órbita pop pero con un enfoque más vanguardista se sitúa Nils Bech. Al chico le encanta introducir las cuerdas en un lenguaje más popular, acaso por ese perfil clásico del que proviene. Al escuchar su música el primer nombre que se te viene a la cabeza es el de Arthur Russell, mentor para infinidad de cachorros del pop sofisticado actual. En su caso, con todo, no se acerca tanto al anteriormente citado Owen Pallett, como a priori cabría pensar, sino que se mueve hacia un synth-pop bastante bailable, no en vano las gentes de DFA Records, el sello de James Murphy de LCD Soundsystem, se han fijado con él y el 14 de octubre editarán su nuevo disco The Echo. Verle en directo es todo un privilegio sobre todo teniendo en cuenta que ha paseado su show hasta por la Bienal de Venecia.

Hey Elbow
Los que quieran un poco de guitarras y rock lo tendrán con el trío sueco Hey Elbow, que cogen su nombre de un ejercicio de calentamiento aeróbico que aprendieron mientras esperaban a ver a The Knife en concierto. No es difícil pensar en Deerhoof o Blonde Redhead al escuchar su música mutante. Cuentan los que les han visto que sobre el escenario reparten equitativamente los roles hasta tal punto que no hay un líder claro. Vienen del mundo del jazz, lo que da una idea de su espíritu valiente y aventurero: siempre hay lugar para la improvisación en sus conciertos. El año pasado presentaron su álbum de debut en el tour de Días Nórdicos por Latinoamérica.

Nelson Can
Hay a quien le pueda sorprender que un grupo de rock prescinda de guitarras, pero power duos de batería y bajo hay muchos y muy buenos (de No Age a Royal Blood). Nelson Can son tres chicas y llevan este dogma a la raíz, inspiradas por bandas como Siouxsie and the Banshees, The White Stripes o Yeah Yeah Yeahs. Si Siouxsie hubiese nacido en Nashville saldría algo parecido a Selina Gin, la cantante de este grupo danés. Su contundente directo dejó huella a su paso por Monkey Week y Low Festival, en 2014 y 2015, respectivamente, por lo que si te las perdiste entonces, esta vez no hay excusa alguna.