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BOYZ N THE HOOD. LOS CHICOS DEL BARRIO

¿Qué tienen en común Juanjo Sáez, Moderna de Pueblo, Mario Torrecillas y Artur Laperla aparte de los cómics?

Categoría: Cultura | 22 julio, 2014
Redacción: Pepo Pérez

Juanjo Sáez, Moderna de Pueblo, Mario Torrecillas y Artur Laperla tienen varias cosas en común. Todos ellos han publicado cómics en fechas recientes, y todos son un poco (o un mucho) de barrio o de pueblo, a cuyas raíces no renuncian. Juanjo Sáez (Barcelona, 1972) es el autor de novelas gráficas como Viviendo del cuento (2004), El arte. conversaciones imaginarias con mi madre (2006) y Yo. Otro libro egocéntrico (2010), pero también el cerebro artístico detrás de la célebre serie televisiva Arròs covat (2009-2012). A finales del año pasado publicaba su última novela gráfica, Crisis (de ansiedad) (2013), un personalísimo repaso en viñetas a la crisis económica que ha arrasado nuestro mundo tal como lo habíamos conocido.

Por su parte, Moderna de Pueblo (Raquel Córcoles; Reus, 1986) se dio a conocer en internet con sus cómics humorísticos sobre las costumbres de la juventud urbana contemporánea —un tema que comparte con uno de sus modelos, Juanjo Sáez— antes de publicar sus tres libros hasta el momento: Soy de pueblo (2011, junto a Marta Rabadán), Los capullos no regalan flores (2013) y Cooltureta. El cómic La novela gráfica (2014, junto a Carlos Carrero).

En cuanto a Mario Torrecillas (Esplugues de Llobregat, 1971) tiene en su haber varios guiones de cine y novelas gráficas como El hijo (2009, junto al dibujante Tyto Alba) y Santo Cristo (2009, junto a Tyto Alba y Pablo Hernández). Hace pocos meses ha publicado junto a Artur Laperla Dream Team (2014), un cómic de 400 páginas ambientado en un barrio marginal que gira en torno a los sueños y mentiras de un niño de familia desestructurada que juega al fútbol demasiado bien. Artur Laperla (Barcelona, 1975) es un dibujante con una ya larga trayectoria que incluye obras como Oropel (1996) y Cool Tokio (1997), ambas junto a Marcos Morán y Marcos Prior, así como varios álbumes para el mercado francés. Acaba de recopilarse su cómic Rosario y los inagotables (2014, junto a Marcos Prior) y continúa realizando para la revista Rockdelux su tira de humor absurdo Soy ídolo tuyo, junto a Marcos Morán.

A primeros del pasado junio reunimos a tres de ellos en torno al chat de una conocida red social, con Artur incorporándose después a la conversación. En el aire flotan aún los resultados de las Elecciones al Parlamento Europeo.

 

Cada uno de vosotros, por supuesto con diverso enfoque y temas, ha hecho cómics sobre la vida en la ciudad contemporánea. Sobre la vida en la ciudad, en el centro o en el extrarradio. Me gustaría preguntaros por vuestro interés en ese tema.

Raquel Córcoles: A mí siempre me tuvo fascinada la idea de vivir en una gran ciudad, y el hecho de contrastar mis ilusas expectativas con la realidad que me encontré al mudarme desde el pueblo es lo que me sirvió como punto de vista. Como punto de partida para hacer algo más o menos autobiográfico.

Juanjo Sáez: Yo la verdad es que sigo viviendo en el extrarradio.

Mario Torrecillas: Bueno, en mi caso porque gran parte de mi vida la he pasado en el extrarradio y en cierta manera es lo que he tenido mas a mano. Ahora me preocupa mucho que esta pasando con esos barrios obreros y hay mucha gente jodida y ahora quería revisitarlo.

Artur Laperla: Me interesa la ciudad como decorado, desde un punto de vista estético, pero no tengo un especial interés en retratar sus formas de vida, aunque a veces dibuje guiones como el de Mario que sí que van de eso.

Juanjo: El centro para mí siempre ha sido de visita y me gusta la sensación de volver que cada lejos de todo eso. No me gusta que venga la gente a casa.

 

Prefieres tenerla como “refugio”.

Mario: Yo hace tres años que no vivo en el barrio pero tengo mi vínculo familiar allá, y también mi hija Emma.

Raquel: Pero cuando llegué estuve viviendo en el extrarradio (Villaverde Bajo), aún no sabía qué era Malasaña…

 

Veo en vosotros un rasgo común: como gente de barrio, o de pueblo, tenéis una cierta visión “externa” de la vida en la gran ciudad.

Raquel: Son dos mundos totalmente diferentes.

 

Mario y Juanjo son de ciudad, pero de barrio popular, y eso es importante porque proporciona una visión diferente. De hecho, creo que tú, Juanjo, te planteaste alguna vez mudarte más cerca del centro pero al final te has quedado en su barrio de toda la vida.

Juanjo: En Viviendo del cuento hablo de todo eso, creo recordar. Mario y yo hablamos siempre del barrio, de hecho estamos preparando una serie sobre el barrio también.

 

A ti, Juanjo, te veo un poco el precursor en la novela gráfica española de este tipo de costumbrismo urbano moderno, especialmente con Viviendo del cuento.

Raquel: Antes de venir a la ciudad solo había leído Zipi y Zape. Cuando llegué a Madrid mi compañera de piso tenía todos los libros de Juanjo y me descubrió otro mundo. Así que si no hubiera venido a la ciudad nunca me hubiera planteado empezar en esto del cómic.

Mario: El barrio siempre es fuente de inspiración porque los recuerdos más fuerte que te han marcado  suelen ser a esa edad en la que estabas todo el día haciendo el mico en los parques.

 

En Dream team esto es muy evidente. No hay una visión tópica del barrio pobre, muy alejada por ejemplo de Barrio, el film de Fernando León de Aranoa. Es una visión muy “interna”, muy vivida.

Artur: en Dream team, a parte de la obligada documentación sobre Valencia, tiré de cómo recordaba yo Esplugues cuando vivía allí de joven. Descampados, bloques dormitorio, casa del pueblo antiguo en estado ruinoso, naves industriales. Todo eso está en Dream Team valencianizado. Y también es verdad que, aparte de lo vivido, hay cierta fascinación puramente estética por los postes de electricidad, las cajas de luz y los porteros automáticos.

Juanjo: Precisamente Mario y yo somos bastante contrarios a ese rollo “triste” de los barrios, lo de “pobres pobres”.

 

Veis el barrio más bien como experiencia de aprendizaje y maduración.

Mario: Lo que pasa es que hace cuatro años fui padre y ahora me interesaba ver el barrio desde una perspectiva mas digamos paterno-filial. No es algo generacional desde mi punto de vista, sino más bien de reflexión en torno a esa edad de familias digamos un poco desestructuradas.

Juanjo: Creo que ser de barrio también te da cierta distancia como para entender desde fuera lo que se supone que es la vida del centro y de la modernidad, muy entre comillas todo. Creo que lo que hace interesante las cosas es la visión desde fuera. Es lo mismo que hace Raquel siendo de pueblo.

 

En esto último que dices, Juanjo, entra esa visión satírica que tenéis tú y Raquel.

Juanjo: Siempre me he considerado un intruso.? Creo que para “crear” es fundamental la distancia.

 

Una visión distanciada, algo desimplicada… para verlo “de lejos” y entenderlo mejor.

Juanjo: Sí. Desde fuera todo es muy absurdo.

Raquel: Sí, yo también siento que lo vivo desde fuera. Desde alguien que no pertenece a ese estilo de vida.

 

Es lo que mostráis en algunos de vuestros cómics, Raquel, Juanjo. Una visión satírica de esa vida urbana moderna.

Juanjo: sí, más o menos. Yo ahora estoy un poco en otra movida porque me canso de todo. Pero intento mantener esa visión de las cosas.

Raquel: Cuando no te parece normal un comportamiento eres capaz de ver las incongruencias de forma más clara.

 

A ver, ponedme ejemplos concretos.

Raquel: Si lo has visto desde siempre te parece algo más normal.

Mario: A mí lo que me gusta del barrio —y en cierta manera me disgusta un poco de la ciudad— es que resulta que estoy trabajando con una chica ahora que no sabía que vivía en mi edificio desde hace seis meses. Por un lado puede ser interesante, pero la calidez de los barrios es de otra manera.

 

En el barrio la gente se conoce más, ¿no? En eso se parece a un pueblo.

Mario: Sí, macho. Eso es.

Artur: Yo desde que tengo perro conozco a mucha más gente de mi barrio. Supongo que antes era más antisocial.

 Juanjo: A mí el barrio me gusta más por estar lejos de todo un poco. Tampoco hago vida de barrio, de hecho a veces me molesta que me conozcan.

Raquel: Por ejemplo, algunos dicen que vienen a la ciudad porque se sienten más libres y nadie les conoce ni les controla, pero luego tienen que dejar constancia a todo el mundo de lo que hacen (a través de las redes, contándolo…) y su éxito llega cuando todos los que viven en el centro de la ciudad les conocen. Por tanto, para llegar a ser igual de conocidos en el centro que en su barrio o pueblo.

Juanjo: Muy aguda, Raquel.

 

¿Dónde vivís ahora cada uno? Juanjo, tú vives en el barrio donde te criaste, en La Sagrera, en Barcelona.

Juanjo: sí, sigo en mi barrio. La Sagrera es un barrio popular del extrarradio. No es marginal aunque en su día lo fue. Ahora hay dominicanos, pero sobre todo abuelos. Es muy tranquilo.

Raquel: Vivo en Madrid, en Tirso de Molina, que está en el centro pero hay mucha mezcla de gente, no predominan para nada los modernos.

Artur: Ahora mismo vivo en el Farró, que es un barrio pequeño de Barcelona entre dos vías horrorosas y ruidosas, Balmes y General Mitre; y dos plazas feas, Lesseps y Plaza Molina, pero el barrio está muy bien y hay gente muy maja.

Raquel: Vivo en una calle en la que solo hay negocios de tiendas chinas al por mayor y chinos. Es como el Chinatown de Madrid. Supongo que es algo que a los de pueblo nos gusta, ese aire cosmopolita que sientes al convivir con gente de muchas procedencias distintas. En mi pueblo en cambio todo el mundo es “hijo de” o “de la familia de X”.

 

Y en la ciudad eres, eso mismo, un ciudadano. Más en una gran ciudad, donde hay mucha más gente que vino de fuera a vivir.           

Juanjo: A mí la verdad lo que más me interesa del barrio es la pertenencia a una clase social.

Raquel: Claro, ves cuánta gente ha venido como tú a buscarse la vida.

Juanjo: ser de barrio, hijos de trabajadores. Eso es lo que me interesa, creo que la gente de barrio tiene otros valores más humanos. Llamarme clasista, lo soy. En el barrio hay menos tontería. Con ser buena persona para tus padres ya valía… no tenías que ser ingeniero. Me gusta la ética de los barrios.

Raquel: Mis mejores amigas son todas de Vallecas y también he aprendido ese sentimiento de “barrio”. Cuando no hay para gin tonics decimos “¡Pues calimocho, que somos de barrio!”

Mario: A mí me parece que no hace falta viajar para ver como cambia tu entorno, incluso tu barrio… hace un tiempo vi un edificio gris que siempre estaba vacío y de repente había colas de gente y pregunté. Ese edificio ahora parece otro, antes era de la asistencia social sin que lo supiera, y ahora hay unas colas que te mueres de gente con problemas muy serios.

 

Esto sale en Dream Team, el tema de la asistencia social. Me ha parecido que eso estaba más inspirado en el presente que en tus recuerdos de infancia. 

Mario: Sí, es algo que en los barrios se ha convertido hoy en algo indispensable. Incluso desde una óptica en la que la gente ahora genera bancos de alimentos por solidaridad, que es lo que hace el personaje de Marina en Dream Team.

 

Volviendo a esa ética de barrio que comentabas, Juanjo, ¿cómo es?

Juanjo: Lo que se aprende en los barrios, lo que cuestan las cosas, los problemas, el valor de la familia, la necesidad de los demás. Ayudarse. Esas cosas que ahora suenan hippies.

 

¿Pero en el “centro”, digamos, la gente joven tiende a formar también su propia ”familia” adoptiva, a base de amigos, una familia de iguales?

Juanjo: Bueno igual sí, pero todo eso yo lo entendí en el barrio. Valores de la clase obrera. Ahora es cierto que al no tener familia me he hecho la mía. Y no son todos de barrio, claro.

           

Lo de la familia está muy presente en Dream Team también, si bien en ese caso como familia desestructurada, no Mario?

Mario: sí, en la ciudad es más de otra manera.

Juanjo: Es muy gracioso Mario, porque habla de la ciudad como algo ajeno al barrio, como se hacía antes. Y el barrio es la ciudad también.

 

En mi barrio decíamos literalmente “voy a Málaga”, pero esto quería decir ir al centro, porque ¡vivíamos en Málaga!

Juanjo: A eso me refería. Cuando te refieres al barrio es barrios humildes. Antes se decía de barriada.

Raquel: En el centro también hay mucha gente que sobrevive. No relaciono el centro de Madrid con la gente que va bien de pasta y que no tiene valores. Creo que es gente que se independiza para vivir ahí porque es lo que ha querido desde siempre. Y convive gente con posibilidades muy diferentes. Puedes compartir piso con un estudiante del IED al que sus padres le pasan 1.500 euros al mes, con una estudiante en prácticas que sobrevive con 400 euros al mes y con alguien en paro que se acaba de mudar para buscar trabajo en la ciudad porque en su pueblo no hay. Las clases se reflejan en las habitaciones, el que se queda con la grande paga más…

Artur: Una vez me atracó un chaval de Esplugues al que todos conocíamos y al día siguiente una especie de jefecillo local nos reunió a los dos y a él le dijo: Pídele perdón y si quieres robar vete a Barcelona. Pero el tío me había robado a mí y no me devolvió las doscientas pesetas. Se disculpó diciendo que estaba borracho. Años más tarde cuando vivía en Poble Sec oí lo mismo en el bar de debajo de casa: “si quieres robar, vete a Barcelona”. Y Poble Sec es Barcelona.

 

Raquel, Juanjo, ¿cuáles son los comportamientos “extraños” que más gracia os hacen para vuestro humor costumbrista urbano?           

Juanjo: Yo ahora estoy muy desconectado de todo, yo que sé… Raquel digamos que ha recogido el testigo de todo esto. Ya estoy mayor…

Raquel: En realidad yo me entero de todo a través de internet, ahora da igual dónde vivas…

 

Pero internet no te da el grado de detalle que yo veo en tus cómics, Raquel, creo que hay mucha vivencia de calle ahí.

Raquel: Yo flipé un tiempo cuando me mudé a Malasaña y ahora escribo de los modernos un poco de renta a partir de los amigos que conservo y de seguirlos en las redes. Sí que es verdad que en barrios como Tirso y Anton Martín abundan los coolturetas, y por eso me he pasado de bando. La filmoteca les atrae…

 

¿Qué importancia tiene para vuestro trabajo las redes sociales e internet en general?

Juanjo: En el mío muy poco. Ahora mi trabajo sobre todo gira en torno a mi familia, es de lo único que hablo prácticamente.

Artur: No utilizo redes sociales. Sólo tengo Tumblr y blog para promoción del trabajo.

 

Pero, Juanjo,  tú cultivas un poco tu “imagen de marca” en Facebook, ¿no? Lo usas un poco de manera “artística”. Y tienes muchos seguidores.

Juanjo: hago promo en interne, eso es todo. Y petardeo, que me divierte mucho, pero eso es ocio.

 

Raquel, creo que en tu caso internet es fundamental.

Raquel: En el mío muchísimo, es el 50% de mi trabajo es gestionar y actualizar las redes. E intentar no liarla…

 

El Facebook de Moderna de Pueblo tiene casi 200.000 seguidores.

Raquel: Las redes sociales son como la ¡Hola! del indie, seguimos a gente como Juanjo para saber sobre sus vidas…

Juanjo: Oye, chicos yo creo que sigo con esto mañana que tengo a mi chica esperando. Yo no pienso hablar más de mi vida personal, o voy a intentar de que no se hable… me he labrado una fama terrible… no hay manera de rehacer la vida así.

Raquel: Creo que todos cometemos errores en las redes, pero vas amoldándote a raíz de los errores. Yo también me arrepiento de haber subido cosas y luego las borro.

 

Bueno, llegó el tema de la política, me gustaría hablar de esto.

Raquel: Zzzzz

Juanjo: yo soy de Podemos, lo dejamos ahí. A Mario y a mí nos dio un folleto en un barrio de Valencia un señor y nos dijo “Votar a este”. Que lo cuente Mario…

Raquel: Ser de Podemos ahora es indie, pero esperamos que llegue a ser mainstream.

(Risas)

Juanjo: no es tan indie… Tercera fuerza en Madrid ya es para tomárselo en serio. Puede que sean la auténtica próxima izquierda, y más teniendo en cuenta como han reaccionado el resto de partidos. Hasta Rajoy ha dicho “me interesa un PSOE fuerte”. La clase política se apoya. No sé… no creo que sea algo alternativo a la política o a los partidos. Han entrado muy fuerte. Yo tengo ganas de que salga alguien nuevo aunque sea con coleta.

 

A ver cómo ve Raquel el estilismo de Pablo Iglesias…

Raquel: a mí me parece bien, estoy harta de que todo el mundo tenga que ser cool.

Juanjo: A mí ese chico me mola.

Raquel: Cae bien y da confianza. Y sabe hablar que ya es mucho.

 

Demasiados políticos no saben hablar, ¿verdad? Ni siquiera eso.

Juanjo: Y me mola más desde que vi cómo intentaban humillarlo en las tertulias esas con el puto Marhuenda.

 

¿Cómo habéis visto las Elecciones Europeas? ¿Las reacciones a los resultados?

Raquel: Con emoción e ilusión, ¿no? Por primera vez no me aburre hablar de política.

Artur: En España aunque no vota ni el 50% de la gente, por lo menos los que han votado han sido más creativos y parece que se rompen ciertas rutinas. Flipante lo de la ultraderecha en Francia y el partido neonazi alemán.

 

Raquel, me gustaría preguntarte tus colaboraciones. Has hecho un cómic en solitario, y dos en colaboración.

Raquel: El primero lo hice con Marta [Rabadán] porque por tiempo no podía hacerlo sola, y la verdad es que fue una etapa muy estresante pero sin duda la más divertida. Además, Marta me aportó muchos conocimientos sobre los modernillos… Para el segundo ya tuve más tiempo y me decidí a hacerlo sin ayuda. Fue un reto personal firmarlo yo sola, aunque ya llevaba mucho tiempo haciendo sola las viñetas de El Jueves, la Cuore y Grazia… Y ahora estoy con Carlos [Carrero], que al vivir conmigo irremediablemente se quedaba hasta las tantas a ayudarme a cerrar los guiones de las viñetas de Moderna, hasta que decidimos empezar a currar juntos de verdad con el libro del Cooltureta. Y ahora seguiremos con GQ y tenemos en mente hacer otro libros juntos… La verdad es que me gusta más currar con alguien, siempre que tenga una forma de ver las cosas que comparta y que me aporte cosas que sé que yo no tengo.

 

Veo una obra muy compacta. Siempre parece hecha por una sola persona, aunque en algunos casos no haya sido así.

Raquel: Sí, es que nosotros lo pactamos todo. Si a uno no le convence se queda fuera. Hacemos verdaderos debates para decidir si algo lo ponemos o no.

 

Los capullos no regalan flores, hecha por ti en solitario, sí que la vi más íntima. Bajo la superficie de humor y “trivialidad” había mucha intimidad, por supuesto transformada en ficción.

Raquel: Soy más sentimental yo… Sí, lo escribí totalmente de corazón, aunque suene cursi.

 

Pero el fondo emocional me pareció muy real. Veo el trasfondo emocional y es auténtico bajo toda la superficie aparentemente trivial.

Raquel: Sí, la intimidad está más presente en los Capullos, porque la historia me permitía contarla totalmente a raíz de vivencias personales. Las historias están ficcionadas, pero los sentimientos que siente la Moderna y describo son 100% reales.

 

Aparte de eso, el nivel gráfico me parece muy importante en tu obra y lo digo porque siempre estás dándole vueltas a los recursos de puesta en página, de diseño y dibujo. No sé si es porque no vienes de la cultura del cómic, pero veo una preocupación formal que a veces no veo en autores con mayor cultura comiquera. Muchos cómics parecen “cine dibujado”. No es tu caso precisamente.

Raquel: Pues sí, como me veo una novata eterna en el mundo del cómic siempre busco nuevas maneras de sacarle partido a las narraciones o a las viñetas. Para no repetirme, para evolucionar…

 

Con todos esos rótulos y diagramas, o textos que de repente se agrandan con tipografías enormes, etc.

Raquel: vengo del mundo de la publicidad, y ahí juegan muchísimo con las tipografías. Como mi capacidad de dibujo es muy limitada he buscado siempre muchos recursos para vestirlo. También cojo ideas de cómics manga como Sailor Moon u otros como Scott Pilgrim, o de pósters de películas, estéticas antiguas…

 

Mario, me gustaría preguntarte por el tema de la relación padre-hijo en Dream Team.

Mario: ajá. Sí, hace 4 años fui padre y mi hija vino a salvarme. Quería hacer una historia de un chico que quiere salvar a su padre un poco como reminiscencia a mi paternidad, en general soy una persona muy mentirosa. Y siempre he pensado en que sería guay la historia de un chico que quiere salvar a su padre con una mentir. Y eso es un poco lo que hace. Es también dar la vuelta a la idea de que a veces para llegar a una verdad primero hay que pasar por la mentira. Es un poco el mundo al revés.

 

Creo que el estilo de Artur en Dream Team es muy deliberadamente cartoon, en el dibujo y el color, con esos tonos brillantes, y creo que tiene que ver con ese tono que queríais transmitir, con esa visión de la vida en el extrarradio “desde dentro”, y no tópica. 

Mario: sí, a mí me parece muy bonito la idea de hacer un barrio luminoso y colorido porque como dice Artur, no siempre llueve cuando tu padre es alcohólico. Mi manera de trabajar con él, en realidad, fue muy curiosa: lo tenía engañado porque yo sabía que el cómic iba a ser muy gordo y no le decía nunca lo que ocurría por delante. Para él hubiera sido muy traumático pasarle un guión de 400 páginas. Luego yo nunca hago acotaciones, porque nadie mejor que el dibujante para ver el tipo de planos.

De alguna manera cuando un dibujante interviene en el guión es también guionista por derecho… Yo no tengo ni idea de cómics, soy un patata y dejo que los dibujantes hagan su trabajo. A Artur lo quiero mucho y cuando empezamos solo era un conocido. El cómic igual no es bueno pero creo que él como amigo sí lo es.

Artur: Mario me dio a total libertad estética y narrativa, siempre y cuando explicase lo que él quería contar. Para mí eso ha sido lo mejor, poder planificar y dibujar a mi aire. Estoy muy contento de que el protagonista lleve una camisa de flores y del número de viñetas por página, que es igual que en Superpatata, una serie infantil que dibujo para la editorial Bang y con la que estoy muy cómodo. También me ha gustado el hecho de no trabajar [con Mario] con un guión cerrado, así había más emoción. Y es verdad que después de tantas páginas nos llevamos muy bien. La verdad es que ha sido una suerte que nos entendiéramos porque, si no, hacer un libro así habría sido un drama.

Mario: Es que Dream Team es una historia coral. Los personajes abrían puertas y había que meterse en ellas, con todo lo bueno y lo malo.

 

¿Qué te decía Artur cuando veía que había dibujado ya 200 páginas y que aún seguía la cosa, Mario?

Mario: Le dije, “Artur, va a tener 400 páginas”, porque básicamente cuando tenía doscientas no había llegado ni a las fallas y la mentira de la historia aún seguía en el aire, todavía tenía que ser descubierta. Luego hay una escena muy larga que es cuando el padre se entera y lo ve al día siguiente, y le decía, “Artur tira páginas, tira, tira, haz muchas en silencio una tras otra”, y él empezó a dibujar muchas.

 

¿Y qué dijo cuando se enteró finalmente de que sólo estaba a la mitad de la obra?

Mario: me dijo, “qué le vamos hacer, pues habrá que seguir hasta el final”.

Artur: Y después lloré tres horas.

 

O sea, un libro sobre una mentira construido sobre otra mentira.

Mario: sí, ja, ja, ja. Es algo así, el proceso y el tema fue toda una mentira, y la editora siempre decía ¿pero cuántas páginas faltan? Y yo le decía siempre “nueve”. Y la editorial contestaba, “pero hace dos meses le faltaban nueve”.

(Risas)

Mario: Y Artur hacía casi cuatro por día. En fin, la prueba irrefutable de la existencia de Dios es cómo en este puñetero país se hacen los cómics.

 

Totalmente. ¿Qué tal la recepción del libro?

Mario: bueno, ahora quieren hacer la película. Están armando todo el entramado de la financiación y están en negociaciones para adquirir los derechos. Será en imagen real, con actores y en el barrio donde transcurre la acción. Dicen que es una historia para peli, no sé… en fin eso es.

 

¿Se puede decir quién dirigirá la película? ¿Tú estarás en el guión?

Mario: Agustín Villaronga. Él quiere que yo esté, sí, pero lo están cerrando estas semanas… A ver si hacen muchas más adaptaciones de cómics, que animaría mucho el patio.

 

Mucha suerte en cualquier caso.

Mario: y por último, una cosa. Por mucho que vengan los del cine, los que molan son los del cómic, que se lo curran como pueden y a menudo sin importar el dinero que ganas, por el puro placer de hacerlo y eso es algo de lo que hay que estar orgullosos.

Artur: para mí Dream Team es un cómic. Si sale la película estaré encantado y feliz, pero será otra cosa, claro.

 

Fotografía Raquel Córcoles: Rai Robledo

Fotografía Juanjo Sáez: Marta Castro

Mario Torrecillas y Artur Laperla: Eva Cuenca

Categoría: Cultura | 22 julio, 2014
Redacción: Pepo Pérez
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