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John Carlin: “La terrible verdad es que sin sangre no hay noticia con el independentismo catalán”

Una entrevista con el periodista y escritor londinense en torno a Cataluña, periodismo, fútbol, Brexit y más.

Categoría: Cultura | 28 noviembre, 2018
Redacción: Álvaro García Montoliu

El periodista y escritor londinense John Carlin habla tan bien como escribe. Quizá por eso La Pedrera lo citó el pasado lunes para conversar con Lídia Heredia sobre aquello que muchos nos preguntamos cada mañana de ‘¿hacia dónde va el periodismo hoy?’. Pero el autor, que ha vivido en Cataluña varios años, ha sido corresponsal de prensa en diversos países, reside actualmente en Londres, ha escrito sobre Mandela y sobre Rafa Nadal, y le encanta tanto el fútbol tiene mucho sobre lo que hablar. De un poco de todo eso pudimos conversar con él.

La primera pregunta es un poco obvia ¿Hacia dónde va el periodismo?

 Espero que la conversación de esta tarde se desvíe de ese camino y vaya por otros. Veo este tema demasiado pisoteado, no tengo mucho nuevo que decir sobre el periodismo. Vivimos en una época de cambios, que la gente llama crisis, y el paradigma ha cambiado en los últimos años con la irrupción de internet. Pero confío en que el ser humano siga queriendo escuchar o leer historias y que va a seguir habiendo demanda de gente que se dedica a contar historias, que es básicamente lo que hacemos los periodistas. Es gente que sabe contarlas mejor que otras, y por eso creo que se les seguirá pagando por ello. Ya se encontrará un nuevo plan de negocios para hacerlo viable, de hecho, ya nos vamos acercando a eso. Es un tema que ya me aburre.

Dime, pues, hacia dónde querrías llevarla.

Cualquier cosa que no sea papel contra digital. Hablemos de cualquier tema contemporáneo, desde fútbol a Brexit, a Trump, la relación entre el príncipe Guillermo y Meghan… cualquier cosa que pueda provocar un poco de reflexión en la gente y entretenerla. Lo que va a ocurrir esta tarde tiene que cumplir los requisitos básicos de cualquier artículo que uno escriba: tiene que provocar que la gente piense y entretenerla. Hablando una hora de periodismo dudo que eso ocurra, incluso a los periodistas a estas alturas del campeonato. ¿Qué vamos a decir nuevo? Ya vine hace un mes a Barcelona para una charla con Jordi Évole para La Vanguardia y el director nos pidió hablar del futuro del periodismo. ¡Otra vez! Llevo 20 años hablando de esto, ya está.

También se dice en el prospecto que vais a hablar mucho de post-verdad, fake news y fact-checking…

La post-verdad, joder. La noción que hay ahora de que la hayamos inventado… ¡por favor! No hay nada nuevo bajo el sol, lo único nuevo que hay son los teléfonos móviles, los avances en la medicina y en la automoción, pero desde tiempos de Homero no ha cambiado un carajo la naturaleza humana. Te aseguro que en la batalla de Troya había fake news a ambos lados permanentemente. No es nuevo, solo que ahora hay más ruido. ¿Crees que los políticos mienten más que antes? La propaganda política ha estado siempre, la diferencia es que las opiniones se quedaban en casa o en el bar mientras que ahora llegan a las redes sociales. Hay mayor conciencia de que se está hablando del tema, pero la diferencia es de volumen.

Dejaste Twitter, de hecho, hace dos años. ¿Te va mejor la vida ahora?

Sin duda. No lo echo de menos en absoluto, no me aportaba nada bueno en mi vida. También tengo la suerte de que puedo volcar mis ideas en artículos que me publican. Quizá si no fuera periodista sí tendría la necesidad de dar a la humanidad el fruto de mis brillantes observaciones. Me dijeron que aportaba en cuanto a que más gente leía mis artículos, pero no lo vi así. Si quiero discutir sobre política y fútbol lo hago con mis amigos por Whatsapp, que a ellos sí los conozco, y sé con quién estoy hablando, que es lo importante. En una conversación es bueno saber con quién estás hablando y en Twitter no sabes si estás hablando con hombre, mujer, niño, anciano o ser humano.

Más allá de tu caso personal, ¿crees que las redes sociales, más en un ámbito periodístico, hacen más bien que mal?

El problema de las redes sociales es que dan más volumen y visibilidad a posiciones extremas. Si quieres que retuiteen tu tuit o hagan like a tu post de Facebook tienes más garantía de que lo hagan si expresas una opinión polémica y provocadora. Si dices que la vida es complicada y tiene varios tonos de gris, que es la verdad, nadie te va a hacer caso. Decir ‘Rajoy es gilipollas’ te llena de likes, y eso infla tu ego, hace que te sientas mejor y te vas a dormir más tranquilo porque eres una persona más importante que cuando te despertaste esta mañana. Hay más ruido y menos nueces, hay más diálogo de sordos. Además, lo que yo me pregunto es si está la verdad de lo que está pensado la sociedad en las redes sociales. Ves algunos resultados electorales y piensas que cuando la gente va y vota está en otro terreno. Quizá no es un reflejo tan fiel de lo que la gente piensa.

Además de en el ámbito periodístico cuentas con varios libros, algunos relacionados directamente con el deporte. ¿Qué te atrae de él?

La vida misma. El fútbol, que es el deporte que más me gusta, es como una religión. Es, de hecho, la religión con más fieles del mundo. Lo único que no comparte es una explicación del cosmos y lo que te va a pasar después de la muerte. Da ese sentido de comunidad, de pertenencia de la religión. Si eres católico practicante y te vas a Tailandia y te encuentras con unos católicos encuentras un punto de conexión, de identidad y de valores compartidos. Lo mismo pasa con el fútbol, que tiene todas las cosas básicas de la vida: la fe, la esperanza, la tradición, la ambición, la codicia… todo está ahí en el escenario del fútbol. No distingo entre eso y otros aspectos de la vida.

carlin 2 John Carlin: La terrible verdad es que sin sangre no hay noticia con el independentismo catalán

Has escrito mucho de Messi y sin embargo ya no le quieres entrevistar más. ¿Por qué les falta tanto discurso a los futbolistas?

Debo decir que cuando dije eso fue hace diez años. Messi tenía 20 o 21 años. Está claro, y se ha visto, que Messi se expresa muchísimo mejor que antes, y esto viene con la madurez. Sin duda, yo me expresaba mejor a los 20 que a los 30. La gente comete el error de pensar que si una persona juega bien al fútbol tiene que expresarse igual de bien en palabras. Es absurdo, es pensar que un gran cantante como Pavarotti tenga que hablar bien. Se les pide demasiado a los futbolistas. Una cosa es entrevistar a un futbolista durante su carrera y otra después. Mientras está en activo va a tener muchísimo más cuidado con lo que dice, es muy difícil que un futbolista importante en activo te dé una entrevista honesta que valga la pena. Hay muchas sensibilidades con sus compañeros, con su entrenador… Y siempre hay la posibilidad de que lo vendan de un equipo al otro, y es mejor que no critique a un equipo a un entrenador. Encima está todo el tema de los patrocinios. Nike, Adidas y demás les dan instrucciones de que no pueden ofender a nadie, de que no pueden dar opiniones políticas. Solo se les puede juzgar por su capacidad de expresión una vez se retiran.

Tú que conoces tan bien la realidad política y social sudafricana, he leído algunas noticias alarmantes sobre la expropiación de terrenos y el asesinato de granjeros blancos. ¿Qué está ocurriendo y cuánto de verdad hay en eso?

Hay un clamor sobre el tema de la tierra desde diferentes sectores políticos, y el gobierno se ha visto en la obligación de responder. Algo habrá de expropiación, pero habrá compensación económica. No será como en Zimbabue, que les expulsaron de la tierra sin ninguna compensación. Es un tema muy complicado que genera muchas pasiones, pero confío en que van a buscar una fórmula más o menos sensata para llevarlo a cabo. Entre otras cosas, porque la mayor parte de los granjeros en Sudáfrica son blancos y son los que saben trabajar las granjas y producir la leche y el trigo. No puedes sacar de Johannesburgo a un tío por el hecho de que sea negro y ponerlo a producir leche. El gobierno tendrá que buscar una solución intermedia y sensata que no genere una crisis política y económica.

¿Cómo crees que Mandela hubiese gestionado la crisis con Cataluña?

Si hubiese sido desde el gobierno español hubiese sido súper fácil. Mandela tenía un don de entender a la gente, de empatizar, de meterse en la piel a la gente. Hubiese entendido muy rápido cuáles son las motivaciones, temores y aspiraciones del independentismo. No solo hubiese hecho el esfuerzo de entenderlo, sino que lo hubiese conseguido y lo hubiese demostrado en palabras y acciones. Solo con eso hubiese bajado muchísimo la temperatura política y se hubiesen tendido puentes para dialogar y buscar una solución para apaciguar los ánimos. Estoy seguro que Mandela hubiera desarmado al independentismo, y hubiera dado más concesiones al gobierno autonómico catalán. Incluso les hubiese dado un referéndum. Con Mandela a favor de mantener la unión, esta hubiese ganado por goleada.

Desde Londres, ¿cómo ven lo que nos está pasando? ¿O ya tenéis suficiente con el Brexit?

Con muy poco interés. Los independentistas catalanes se quejan de dónde está Europa: Europa está en otra cosa, macho. Con el Brexit, con la inmigración, con Italia, con Macron, con Merkel que se va a ir y la extrema derecha… La independencia catalana es un problema de interés local. Hay gente de Inglaterra que con el tema del 1-O sí se interesó. Pero eso después de un mes se apagó. Amigos de diarios como el Times no tienes interés en nada de eso. Volverá a despertar cuando lleguen los juicios. La triste y terrible verdad es que mientras no haya sangre no hay noticia. Hay una expresión en inglés que dice: ‘if it doesn’t bleed, it doesn’t lead’, en alusión a los encabezamientos de los artículos periodísticos. Me parece admirable y fantástico que el movimiento independentista haya sido absolutamente pacífico, pero tristemente solo los choques, la sangre y las víctimas van a traer la atención del mundo al tema. Los presos políticos ayudan, sin embargo, y ahí está la gran cagada del gobierno español. Cuando arranquen los juicios volverá la atención, porque es un caso de injusticia flagrante, bestia y tercermundista en un país supuestamente europeo y democrático.

Dos años después de esa votación, de la elección de Trump, de los acuerdos de paz en Colombia… ¿Has conseguido entender más o menos la situación? Sé que son situaciones muy distintas pero al fin y al cabo son votaciones que no salen como se esperaba.

Me confirma una de las grandes verdades que es la infinita capacidad del ser humano de hacer cosas estúpidas y contra sus propios intereses, además de generar problemas increíblemente innecesarios. Esto se confirma en la historia humana, no hay nada nuevo bajo el sol, es lo que han hecho los seres humanos desde el principio de los tiempos. Antes hablaba de la batalla de Troya, que empezó porque Helena se empezó a París. Esa guerra duró diez años. No cambia nada, todo es así. Me confirma en mi noción de que es todo una gran comedia, una gran farsa. Uno tiene que seguir luchando para mejorar ciertas cosas sin rendirse, pero no hay mucho progreso en ese sentido.

 

Categoría: Cultura | 28 noviembre, 2018
Redacción: Álvaro García Montoliu
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