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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
“Dios bendiga al tontipop, Dios bendiga a Family”. Grandísima carta de presentación de Cariño, una de las bandas más geniales que han salido del indie en los últimos años y que ejemplifica como nadie ese cambio generacional que la escena pedía a gritos. El trío madrileño reivindica el tontipop y una forma de contar las cosas desde la cotidianidad y con un solo disco ya le han salido no pocos himnos generacionales. Este sábado actúan en Festival Cara B pero antes hemos hablado con Alicia.
No sé si te ha llegado el tuit viral de Elena Rue Morgue sobre el día que compartió Bisexual con su padre para que entendiese mejor cómo era. ¿Cuando la compusisteis pensasteis en lo que se convertiría?
Te podría contar mejor María, que es quien la escribió. Era una idea bastante más chorra de lo que ha acabado significando para mucha gente. A María le gustan las chicas y a mí los chicos, así que hicimos una especie de coña de que fuese al revés la historia de lo que se suele contar. Mucha gente se nos acercó para darnos las gracias por hablar del tema, pero nunca fue nuestra intención. Solo queríamos pasárnoslo bien.
¿Cómo ocurren cosas como participar en una canción de Soleá Morente escrita por La Bien Querida?
Nos hizo muchísima ilusión. La grabamos hace muchísimo y nos quedó preciosa. Seguro que fue cosa de Elefant. Cuando empezamos en el sello estaban todos los grupos que nos gustaban, que eran principalmente La Bien Querida, La Casa Azul y Axolotes Mexicanos. La Bien Querida y Soleá son muy amigas y han colaborado mucho juntas. Nos lo propusieron cuando acabábamos de empezar, ni siquiera habíamos sacado el disco y nos morimos de emoción.
¿Lo del fichaje por Elefant fue algo que perseguisteis activamente o llegó por casualidad?
Sacamos en Bandcamp Momento inadecuado y Canción de pop de amor y a la semana siguiente ya nos había escrito Elefant para ir a su casa a hablar de negocios. [risas] Fue para nosotras una sorpresa, no teníamos nada preparado, ni enviamos las demos a nadie. Se hizo viral en la escena pop de Madrid, donde tenemos muchos amigos, y de ahí debió llegar fácilmente al sello.
¿Crees que todo ha ido muy rápido para vosotras?
Ha ido muy, muy rápido. En un año hemos hecho 80 fechas, y ha sido una locura gestionar eso. Tienes que conocer muchos recovecos del mundo de la industria para estar bien y estar lo más libre posible. Hasta después del verano no hemos tenido tiempo de parar un poco y darnos cuenta de lo que hemos hecho hasta ahora y de lo que queremos hacer en el futuro para que todos los problemas que hemos llegado a tener no vuelvan a ocurrir.
Me cuesta ver a Cariño como un grupo político, pero indudablemente hay una ideología en vuestras canciones. ¿Es importante para vosotras?
No creo que nuestras canciones sean políticas, no tenemos un mensaje político. Pero al final la manera en que vives la vida, lo que quieres transmitir o cómo te relacionas en la sociedad queda reflejado en el mensaje de tus canciones. En ese sentido, igual sí puede ser político porque nuestra vida afecta en ello. Ya me decías que María compuso ‘Bisexual’. ¿Cómo funciona el proceso de creación de Cariño?
Normalmente, María y yo solemos llevar en común una letra, una idea o una melodía. Otras veces lo terminamos juntas las tres y luego la instrumentamos, le damos una estructura y la producimos. Luego ya vamos al estudio a terminarlas con un productor.
¿Cómo se convirtió Llorando en la limo de una broma privada en ensayos a una de vuestras canciones más populares?
Está claro que en su momento nos catapultó y nos sacó de una escena más pequeña. La gente empezó a fijarse en nosotros a partir de ese momento. Todo lo que nos ha pasado es saber hacer mucho trabajo, tener estrategia, tener la visión de saber lo que tiene que salir en cada momento y, sobre todo, mucha suerte de que la gente se enterase de nuestra música.
Y, en este sentido, ¿tenéis claro como va a ser este 2020?
Queremos encerrar a grabarnos y hacer todas las canciones. Tenemos mil ideas que aún no hemos llevado a estudio. Y seguro que se nos ocurrirán muchas más. Necesitamos ordenarnos un poco, maquetar todo y decidir hacia dónde llevarlo. De momento, hemos grabado dos y en menos de un mes saldrá el primer single, pero el disco no llegará hasta 2021.
¿Esto del pop de barrio para la bajona en qué consiste?
Es una coña, pero la idea es que lo hacemos desde un plano cotidiano, casero, del barrio, nuestras vivencias.
Estamos en pleno revival noventas y vosotras reivindicaís, entre otras muchas cosas, el tontipop. ¿Qué falta por resucitar de los noventa, o en otras palabras, qué echáis de menos?
Creo que está llegando lo bueno, porque podrían llegar cosas mucho peores. Hemos hecho una buena selección de los noventa. Imagínate que llegan cosas muy feas como los Caribe Mix… aunque un poco irónicamente vuelve a gustar ese tipo de música. Así estamos bien.
Cara B ha sido uno de los primeros festivales en hermanar trap e indie, mucho antes de que se hayan sumado al carro otros tantos. No fue fácil al principio, además. Vosotras que habéis versionado a Tangana, que no es trap pero ya me entiendes, ¿cómo veis toda esta movida?
Me parece muy bien que coexista con un montón de géneros. Ha conseguido salir del underground y ahora se escucha como se escucha la música pop en la radio y en cualquier sitio. Ha ayudado muchísimo a que un montón de gente se atreva a sacar música porque trap siempre ha venido de lo autoproducido, como el punk y el indie pop. Seguramente nosotras no hubiésemos tenido la misma relevancia si no nos hubiese influido el trap y su manera de crear y atreverse a sacar cosas.
Corren buenos tiempos para el indie de este país, con fenómenos como el vuestro o el de Carolina Durante, artistas como Sen Senra explorando sonidos nada manidos en la escena de aquí y demás. ¿Intuís un relevo generacional?
Eso es lo que te iba a decir. Lo que está ocurriendo es que está cambiando todo completamente. Hasta hace tres o cuatro años en el indie, o como queramos llamarlo, siempre se escuchaba lo mismo. Y eso está muy bien, porque hay grupos buenos, pero por primera vez se han llegado a hacer popular grupos en esa escena que no llevamos diez años escuchando.
Vosotras que os habéis pateado todos los festivales, ¿sois más de festival o de sala de concierto?
Como artista, el festival es interesante porque ves mucha más gente de la que ves en una sala, pero la sala te da el intimismo y el hecho de que esa gente está ahí porque te quiere ver y ha pagado la entrada. Por eso creo que la sala es más emocionante, y lo mismo como espectadora. Se escucha mucho mejor por lo general, ves mejor…
Mi último concierto ha sido el de Hatsune Miku, esta diva virtual japonesa que canta j-pop. Vosotras que sois animales de escenario, ¿creéis que esto es el futuro?
Creo que no. [risas] Como algo friki de ver y disfrutar, sí, pero creo que vamos a seguir teniendo un formato tradicional con la introducción, eso sí, de cosas raras. A la música en vivo le quedan aún muchos años de ser tradicional.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.