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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Una queja extendida en Barcelona es que resulta muy caro ir a los conciertos y, aunque hay parte de razón, también es cierto que existen muchas propuestas interesantes y baratas que no reciben la atención que merecen. Hasta hace no tanto los conciertos de electrónica experimental que se programan en el hall de CaixaForum bajo el nombre DNIT no se llenaban del todo y eso pese a que las entradas están a 6 euros (la mitad si la compras con una tarjeta de La Caixa, que todo el mundo tiene alguna a mano). Y no traen estrictamente artistas de nicho, pues muchos de ellos – Fuck Buttons, King Midas Sound + Fennesz, Julia Holter, Mika Vainio – antes o después han pasado por espacios como el Sónar de Día o Primavera Sound como potentes reclamos.
Afortunadamente, los tiempos han cambiado y ahora lo normal es que agoten entradas con semanas de antelación, lo que es toda una proeza en una ciudad en la que cuesta más dejarse el dinero en música que en una copa. Para el concierto del viernes 27 de enero aún quedan entradas. Traen a Raime, que vienen del sello de absoluto culto Blackest Ever Black, referencia para todos los amantes de la electrónica más sombría. Simplificando bastante, el dúo británico revisa el subgénero electrónico del dubstep a través de un prisma gótico post-punk. El resultado es una música desacelerada y de ritmos comatosos. Vienen a presentar por primera vez en Barcelona su segundo disco, “Tooth”, una auténtica barbaridad que se erigió como uno de los trabajos más esenciales del año pasado. Lo hacen, además, como nunca antes les habíamos visto en la capital catalana, en formato banda, con guitarra y batería.
Con motivo de tan ilustre visita hablamos con Noelia Rodríguez, comisaria del ciclo DNIT y responsable de la plataforma de agitación electrónica Delicalisten, desde la que ejerce labores de booking, asesoría musical o programación.
¿Qué criterios usáis para decidir qué artistas programar o no?
Para DNIT hay criterios más evidentes como que sean adecuados para el espacio, que es un Museo de Arte Contemporáneo, y que sigan la línea artística que tenemos marcada, pero desde el punto de vista artístico buscamos diversificar mucho, no traer siempre lo mismo, por eso hay veces que son artistas experimentales totalmente electrónicos, otras veces buscamos shows AV punteros, otras veces algo más orgánico, leyendas de la música experimental, artistas emergentes… hemos traído bandas como Julia Holter y artistas como Emptyset, shows como el de Dean Blunt más performático o shows visuales como Diamond Version… En cualquier caso son artistas de gran nivel dentro de la escena con directos de calidad, y que nos gustan especialmente.
Más allá del hecho de que ya cancelaron hace unos años, ¿qué motivos en concreto os han impulsado a traer a Raime esta vez?
Raime por muchas razones tiene que estar en DNIT, por su trayectoria artística y lo que supone en la escena, y en concreto ahora por el disco que han sacado. Para mí es uno de los mejores discos del año y el riesgo y el cambio que supone respecto a su disco anterior le suma valentía e inquietudes creativas.
¿Por qué motivo creéis que habéis encontrado el tamaño perfecto para vuestra propuesta?
En Barcelona creo que DNIT ha encontrado el hueco perfecto por varias razones; siendo una ciudad donde hay muchos festivales, faltaba una cita regular, durante todo el año donde poder ver conciertos de artistas que es muy difícil ver fuera de un festival , en un entorno que tiene mucho sentido para esta propuesta como es CaixaForum y a un precio asequible para todo el mundo. Barcelona es una ciudad con una gran cultura musical donde artistas y propuestas arriesgadas como las que traemos consiguen llenar un aforo de 750 personas cada vez que lo hacemos, eso es algo realmente excepcional.
¿Cómo presentasteis a La Caixa esta idea de un ciclo de electrónica experimental?
CaixaForum había hecho algunas cosas ya de música experimental y artes visuales. Antes de DNIT comisariamos un ciclo de música experimental en CaixaForum Madrid en 2011 donde trajimos a Tim Hecker, Actress, Fennesz, Darkstar… También en Barcelona comisariamos algunos conciertos en CaixaForum antes de DNIT. Así que fue la manera de regularizar la propuesta y dejar de hacerlo de forma espontánea.
¿La involucración de CaixaForum es meramente económica?
Nosotros comisariamos la parte artística y nos involucramos también la producción, el resto lo hace CaixaForum, y la verdad que es una suerte poder hacer este trabajo con un equipo donde todo el mundo es muy profesional y respetan tu trabajo y te apoyan. CaixaForum nos pone los medios a nuestra disposición para que esta propuesta se desarrolle de la mejor manera posible. Eso se nota mucho en el resultado.
¿Cómo es tu día a día como booker?
Intento estar al día de todo lo que pasa en esta escena musical en el mundo, escuchando música, leyendo artículos y noticias, asistiendo a conciertos y hablando con los agentes internacionales. Además de todo el trabajo de contratos, facturas, logística, etc
Me consta que viajas a muchos festivales. Más allá de lo más obvio como Unsound, CTM o C2C, ¿te has encontrado con uno que te fascine particularmente?
La verdad es que en Europa me fascina la cantidad de festivales de pequeño formato que hay, donde tienes unos line ups de altísima calidad, con un entorno muy cuidado en cuanto a espacios, sonido, etc… y un precio bastante bajo normalmente. Consiguen sobrevivir gracias a la colaboración entre ellos y las ayudas institucionales. Es un funcionamiento muy distinto al de España. Me faltan muchos por conocer. El año pasado estuve en Intonal en Malmo, que me gustó mucho y en un par de semanas me voy a Grauzone en La Haya, éste más por inquietudes personales que por trabajo, aunque en mi caso la línea de separación es muy delgada.
¿Cuál es el artista que más os enorgullece haber traído?
Es imposible quedarse con uno, quizás me pueda enorgullecer los principios, ya que suele ser lo más difícil, cuando trajimos a Andy Stott y Demdike Stare al auditorio por ejemplo que era la primera vez que venían a Barcelona, en 2011. A partir de ahí todo son artistas que me enorgullece poder traer por su gran calidad y porque siempre son artistas que admiro enormemente. Hay algunos que son más difíciles de traer como Grouper que casi no gira y llevábamos mucho tiempo detrás de poder traerla y cuando lo conseguimos fue una gran alegría y un concierto memorable.
No creo en cuotas, pero sí es algo notorio que apenas programáis a artistas nacionales. ¿Hay algún motivo?
Siempre intentamos traer a artistas que son difíciles de ver en Barcelona y menos al precio que cuesta DNIT. Hay algunos que vienen a Sónar o a otros festivales, pero el precio no tiene nada que ver. Se trata de facilitar y acercar artistas de este tipo al público de Barcelona, que además de difíciles de ver son arriesgados, y lo bueno es que en el público de DNIT siempre encuentras a muchos productores y djs de la ciudad. Al tener un formato de un artista al día hemos elegido este camino para DNIT, pero la verdad es que estamos trabajando en propuestas que involucran artistas nacionales en CaixaForum y esperamos que salgan adelante este mismo año.
Son muchos los que opinan que en los últimos años Sónar ha perdido ese reconocimiento como faro de la música avanzada, experimental e innovadora. ¿En qué posición te encuentras sobre el papel del festival en la actualidad?
Llevo asistiendo a Sónar desde los primeros años y es evidente que ha cambiado mucho. Crecer para un festival significa tomar decisiones y elegir caminos. Cuando asistíamos a las primeras ediciones el público priorizaba, quizás, las ganas de descubrir música y a la vez estar de fiesta, pero era un festival de pequeño formato, al menos por el día, en el MACBA. Lo han hecho bien y han conseguido crecer mucho. Ahora ya es algo diferente donde el público mayoritario ya no es tan melómano como antes y tiene otras prioridades a la hora de asistir al festival. Ya no es de pequeño formato, ahora es el festival internacional de música electrónica por excelencia y eso conlleva hacer concesiones. También creo que están apostando mucho por el Sónar+D, así que creo que han elegido este área para buscar la innovación.
Yo sigo yendo cada año y para mí en concreto es el momento de ver en persona a mucha gente con la que trabajo tanto española como los agentes europeos o artistas con los que trabajo por email durante el año.
Paralelamente, sí han surgido una serie de espacios como el vuestro, Mutek, Mira o Lapsus que parecen suplir ese déficit. ¿Son tan importantes estas propuestas como lo puede ser un festival de gran formato?
Claro que son importantes estas propuestas para las personas como yo, que somos más de festival de pequeño formato donde poder escuchar la música bien, sin aglomeraciones, donde el protagonista sigue siendo la música y donde caben propuestas arriesgadas. Es la manera de poder disfrutar de una serie de propuestas artísticas que no tienen cabida en un festival de grandes dimensiones. Por lo tanto son importantes para generar escena. Y los festivales de gran formato son importantes por otras razones, la posibilidad de ver a artistas grandes, la riqueza que generan en la ciudad, etc.
¿Qué se puede esperar de vosotros en los próximos meses?
Nuestra continuidad en DNIT, así como nuestro trabajo con Sunny Graves y LCC, que sacan disco nuevo este año. Esperamos poder anunciar nuevos proyectos en los que estamos trabajando.
Puedes comprar entradas para el concierto de Raime siguiendo este enlace. Hay anunciada, además, una nueva cita el 24 de febrero con otro referente de la oscuridad electrónica, Tropic of Cancer.
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