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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Vuelve a ser Navidad, cosa que no significa mucho excepto que tenemos unos días de fiesta, escucharemos villancicos en versión música jazz en cada tienda y café, y esperamos el inicio de un nuevo año. Pero todavía hay algo positivo: los Caganers.
Es difícil no sonreír ante estas pequeñas piezas de porcelana. Mientras su encanto ha ido aumentando en los 5 años que llevo viviendo en Barcelona, finalmente he cedido y he comprado dos para regalar (un búho y Francoise Hollande para unos parientes franceses). No importa lo sofisticado que te creas, hay algo en estas pequeñas estatuas que representan a famosos cagando que las hace intrínsecamente divertidas.
Llámame pueril, pero no soy solamente yo.
Caganer.com, una de las productoras más grandes del país, realiza aproximadamente 30.000 estatuillas al año, que se venden directamente al consumidor a través de su web o en sus más de 30 tiendas repartidas por Catalunya. Este año las ventas han se han multiplicado, en parte gracias a los extranjeros, que parecen tener un gran apetito por los personajes más tradicionales. Sergio, uno de los fundadores de la empresa me cuenta que el 80% de sus ventas online vienen del extranjero, especialmente de Estados Unidos. Estoy tentado de leer esto la mercantilización de la tradición catalana pero Sergio prefiere ver a los Caganers como los embajadores de la identidad catalana. Aunque con los pantalones bajados hasta los tobillos “uno de nuestros top ventas en Estados Unidos es Papá Noel, y los tradicionales payeses catalanes. La gente compra tanto tradición como lo más novedoso”, explica y añade que tanto en la venta online como en la paradita del mercado que tienen junto a la Catedral, ellos se encargan de explicar la importancia que tiene el Caganer dentro del pesebre, y su significado literal de fertilidad.
Por supuesto, en los 200 años que llevan los Caganers (cagándose) entre los nativos, su rol ha ido evolucionando. Hoy en día, el Caganer es principalmente una sátira, quizá como las fallas valencianas, pero que por suerte para los futuros historiadores culturales, no se queman al final de la temporada. Caganers.com son uno de los más grandes innovadores en cuanto a las figuritas. En los últimos años han diseñado personajes desde Putin hasta Obama, al igual que actores famosos. (Si alguna vez te has preguntado de quién fue la idea de la caca metálica de C3PO, es culpa de Sergio).
Las incorporaciones de este año en caganer.com son especialmente interesantes debido a la situación económica y política de Catalunya, y España en general, “la decisión de hacer a Pablo Iglesias llegó en el último minuto”, explica Sergio. “Acabábamos de presentar la colección, y algunos periodistas se sorprendieron de su ausencia”. La decisión de retratar al líder de Podemos ha sido un gran acierto para la empresa. “Ahora mismo estamos produciendo unos 150 al día, y están totalmente agotados. No los podemos hacer suficientemente rápido”.
Otra de las incorporaciones interesantes es David Fernández, líder de la CUP. Aunque no se esté vendiendo tan bien como su “contrincante ideológico” (quizá por su falta de pelo).
Mientras Sergio me cuenta que Alicia Sánchez Camacho, la líder del PP catalán, también tiene su Caganer, explica que no todos los políticos tienen el honor de tener su figurita. Tal y como dice Sergio, debe ser un personaje que la gente tenga interés en él. “Hay un nuevo chico en el PSOE, pero a nadie le importa”. (Se refiere a Pedro Sánchez. En ese momento yo tampoco recordaba su nombre).
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.