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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
La palabra asexual es un término poco conocido a día de hoy, pero lo que el propio nombre indica existe desde hace mucho tiempo. Muchas personas han vivido en la oscuridad, siendo lo que no eran, mostrando un deseo que no sentían, viviendo una vida que no era la que realmente deseaban a causa del poco conocimiento que había y sigue habiendo sobre esta orientación sexual llamada asexualidad.
¿Qué es la asexualidad?
El 1% de nuestra población se considera asexual, pero ¿qué es realmente la asexualidad? Se define como el no sentir atracción sexual hacia hombres y mujeres, así como tampoco sentir deseo de mantener una relación sexual. La asexualidad es una orientación sexual con la que se nace, igual que cualquier otra, una orientación que no contempla la sexualidad como tal en su vida.
Es importante diferenciar el celibato, el bloqueo sexual y la aversión al sexo de la asexualidad. Se supone que no tiene que haber un malestar sexual o ser una elección consiente, sino que la persona sexual no tiene ningún impulso de deseo ni de atracción hacia otra persona.
Tipos de atracción
Los asexuales tienen sensaciones, tienen sentimientos, son como cualquier otro ser humano sexual pero sin impulsos sexuales. Haciendo un paralelismo: hay parejas que no tienen el deseo de tener hijos y deciden vivir una vida sin niños en comparación de otras que tienen descendencia, esto no supone ser diferentes, tener un problema o ser menos pareja por no querer tener hijos sino que los deseos son distintos y el estilo de vida que se quiere llevar también es distinto. Simplemente hay diferentes prioridades. Pues a los asexuales les ocurre exactamente lo mismo, tienen diferentes prioridades, modos de ver la vida en los que hay muchas otras atracciones y sensaciones fuera de la sexual.
Existen muchos tipos de atracciones como la afectiva (deseo de sentirnos cuidados y queridos), la atracción física y/o estética (ver a alguien físicamente deseable y bonito), la atracción romántica (sentir una conexión y enamoramiento con alguien), entre muchas otras. Estos tipos de atracciones están presentes en los asexuales, las sienten y las viven.
¿Y la pareja?
Muchos os estaréis preguntando ¿qué ocurre entonces con el aspecto de la pareja? Pues la verdad es que un asexual desea de igual modo que la persona sexual poder mantener una relación de pareja aunque quita de la ecuación el punto de la sexualidad. Plantean sus relaciones de pareja desde un prisma de afectividad e intimidad. La complicación aparece en la ambigüedad entre la amistad y la pareja ya que la barrera diferencial que acostumbra a ser la sexualidad en las personas sexuales desaparece.
La complicidad en una relación se puede obtener de muchos más modos a parte de la vía sexual, hay la intimidad afectiva, la comunicación empática, el apoyo, etc. Aunque sí es cierto que si uno de los miembros de la pareja es sexual y el otro asexual aparece una diferencia importante que hay que solventar de algún modo.
En estos casos, como recuerdo una paciente de mi consulta, María de 39 años, comentaba que no le importaba mantener relaciones sexuales con su marido para satisfacer su necesidad, que entendía que ella no podría arrebatarle su sexualidad y que no le suponía ningún mal trago sino simplemente que no deseaba ni tenía una fuerte excitación, lo vivía desde un punto de unión, de intimidad y un espacio de romance. En ocasiones, María me confesó que se estimulaba, que no sentía una necesidad imperiosa pero que tenía placer al hacerlo, eran unas sensaciones simplemente agradables. Algunos asexuales pueden llegar a tener libido, a excitarse con regularidad pese a que estas sensaciones no acaban implicando una relación sexual, no necesitan compartirlo. En estos casos la masturbación es la primera opción escogida.
La práctica de la masturbación y/o contemplar la relación sexual como un espacio de intimidad comportará mayor facilidad o dificultad de tener hijos. Si por ejemplo un hombre asexual desea tener hijos pero no contempla la sexualidad como vía puede complicarse el desenlace aunque sí que es cierto que la mayoría de asexuales en esa tesitura utilizan la relación sexual como el camino para conseguir el objetivo deseado, tener hijos.
¿Si soy asexual dónde encuentro apoyo?
Gracias a que esta orientación sexual ha empezado a salir a la luz y a ser conocida socialmente, ha permitido la visibilidad y el conocimiento de muchas asociaciones de asexualidad, en las que toda persona asexual puede sentir apoyo, resolver ciertas dudas en los casos de personas jóvenes, sentirse comprendidos y hasta encontrar una pareja que viva y entienda la sexualidad del mismo modo que ellos. La asociación más conocida es AVENes (Red para la educación y la visibilidad de la asexualidad para personas hispanohablantes) así como hace poco ha aparecido en Youtube el primer multivlog en español sobre asexualidad llamado Avenites Asexuales.
Espero que dentro de poco tiempo podamos conocer y comprender la asexualidad del mismo modo que hoy vivimos la homosexualidad, como una orientación más.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.