Negocios, Barcelona, COVID: ¿y ahora, qué?
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Coges tu horario con su mapa y te das cuenta de que va a ser una expedición ir de un escenario a otro (¿tenía que haberme traído un sherpa?), y empiezas a hacer la última de las listas definitivas para decidir qué es lo que vas a ver, después de haber hecho cien iguales en casa. No importa. Ya estás allí e inmediatamente te empieza a entrar sed, sed de conciertos, de música, de perderte en altas y bajas frecuencias, de encontrarte con todos y con nadie, y entonces te das cuenta de que es esa sensación lo que estabas esperando.
La gran sorpresa del primer día y en pequeño formato fue para las increíbles baladas pop de Sean Nicholas Savage en el escenario más pequeño de todos. Armado con su tecladista de camiseta transparente atacó con su repertorio directo al corazón y su mirada de asesino en serie. Incluso cuando el teclado no pudo aguantar más y decidió apagarse continuó con su historia como si nada hubiera pasado deleitando tanto a los que lo conocían como a los que no. Algunos pueden decir que este festival era de revival pero siempre queda espacio para revelaciones y esta fue una de ellas . Aquí también actuaron los jovencísimos The Bots y los portugueses Paus con un directo brutal que provocaron más de un esguince cervical.
Hay espacio para el intimismo, y él vino de la mano de Chris Cohen. El multiinstrumentista regaló un concierto algo falto de volumen al principio que fue cobrando intensidad a medida que avanzaba el show. Y es que es difícil competir con la monumentalidad de Dinosaur Jr. que eran quienes compartían horario con él y seguramente de ahí el escaso público que hizo más íntimo el directo.
Quienes si compitieron con ellos fueron los californianos Hot Snakes con un show que ya cuando fueron anunciados en el cartel se presagiaba brutal. Y así fue. Con un sonido ensordecedor y que por momentos hacía vibrar todos los órganos internos desgarraron una canción tras otra sin dejar tiempo a coger aliento. Una buena terapia de choque con mucho crowd surfing del que todos salimos encantados. De ahí que todo lo demás nos pareciera descafeinado: Grizzly Bear con sus orquestaciones de banda sonora, de impecable ejecución pero sin mucho feeling y Animal Collective que en su evolución y tras varios años pasando por los escenarios del Primavera Sound demuestran sólo que son más mayores y más correctos, pero queda muy atrás aquella magnífica actuación de hace años en el escenario ATP que fue una verdadera locura.
El ser humano no puede vivir sin ilusión y eso es lo que muchos sentíamos ante la segunda jornada festivalera. La ilusión de seguir emocionándonos y de sentir a pesar de todo el cansancio que culminó con John Talabot el día anterior y su posterior viajecito en metro.
Kurt Vile calentó la tarde con un directo potente a base de riffs repetitivos que convertían las canciones en un mantra y que quizá alcanzó su climax con el tema final Freak Train.
Una de las actuaciones más esperadas por muchos era la del genial Danniel Johnston. Siempre agota las entradas en sus conciertos y aquí no iba a ser menos. En un auditorio a reventar desgranó sus canciones una a una con el apoyo de una banda en la sombra mientras él en primera linea se enfrentaba a un público totalmente entregado que no emitía ningún sonido durante su interpretación. Se atrevió con un par de canciones a capela que a más de uno le hizo saltar las lágrimas.
The Breeders presentaron su Last Splash, un disco que ya es parte de la historia, pero su actuación no estuvo a la altura de las expectativas, con problemas de sonido y con un set list en el que empezaron con todos los hits y dejaron poca imaginación para el final.
Y sí, el viernes era la noche de Blur. Un concierto en el que el público gritaba y disfrutaba a partes iguales y en el que las canciones eran puros hits coreados como himnos. Empezaron fuertes y no bajaron el ritmo en ningún momento .Beetlebum. Boys and Girls y un largo etc… en un rosario de canciones desde el minuto cero.
Simultáneamente en el escenario de al lado empezaban poco más tarde los suecos Goat, una de las mejores actuaciones del festival. Rodeados de un halo de misterio, mezclan afro-beat con el rock en un combo impresionante en el que no puedes dejar de bailar más cerca de la magia negra que de la música. Todos ellos vestidos con túnicas y ataviados con capuchas intimidan y atraen en una espiral hipnótica que no te suelta hasta que acaba.
Con las piernas temblando y con el cerebro frito, Adam Green y Binki Shapiro nos ofrecieron el sábado uno de los conciertos más amables. El “Tiny dancer” como llamó Binki a Adam Green nos obsequió con innumerables pasos de baile totalmente arrítmicos pero carismáticos que culminaron con Adam siendo llevado en volandas por encima de los asistentes
Y mientras Wu Tang Clan hacia las delicias de los presentes, TheeOhSees volvía loco a todo hijo de vecino con sus ritmos frenéticos y su contundencia. Nadie podía parar de saltar y todos querían estar envueltos en esa marea humana que iba de un lado a otro saltando y bailando.
El Primavera se vistió de negro con Nick Cave and The Bad Sees en un escenario que parecía la entrada de una funeraria, con un Nick Cave aún más potente y con un Warren Ellis que ya el año pasado nos deleitó con su exquisito concierto de Dirty Three y ahora acompañaba a Mr Cave en este paseo de rosas que se convirtió para ellos el concierto del sábado. No tuvieron que hacer nada porque estaba todo hecho.
Cuando llega el final uno no quiere que llegue, y la sensación de fiesta de pueblo que se vivía en el forum llegaba a su fin con My Bloody Valentine en un concierto que recordaba más los experimentos de John Cage con el sónido y la frecuencia que en un concierto en si. Kevin Shield parecía enfadado porque para él por lo visto el volumen no era suficiente. A mí aún me duelen los oídos y la bola de distorsión final fue lo que me acompañó hasta que se cerraron mis ojos ya en la cama.
Esta nueva edición se cerró con el anuncio de Neutral Milk Hotel para el año que viene, y es que no había terminado aún y ya tenemos ganas de que llegue el año que viene con más. 170.000 personas han visitado el Forum durante estos días, ¿qué nuevo record nos deparará el año que viene?
Fotografías: Florencia Lucila Perez
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