Negocios, Barcelona, COVID: ¿y ahora, qué?
Hablamos con Casa Bonay, Santa Eulàlia, Atrápalo, Casa Seat, Glovo y Atipika sobre retos, cambios de tendencia y el estado de la cuestión en Barcelona.
Sabemos que Federico García Lorca amaba a Barcelona y a Catalunya. En una carta a su amigo granadino, compañero de tertulia en su juventud granadina, Melchor Fernández Almagro, entonces periodista, y más tarde sería historiador y académico, lo dice muy claro:
«En cambio Barcelona ya es otra cosa, ¿verdad? Allí está el Mediterráneo, el espíritu, la aventura, el alto sueño de amor perfecto. Hay palmeras, gentes de todos países, anuncios comerciales sorprendentes, torres góticas y un rico pleamar urbano hecho por las máquinas de escribir. ¡Qué a gusto me encuentro allí con aquel aire y aquella pasión! No me extraña el que se acuerden de mí, porque yo hice muy buenas migas con todos ellos y mi poesía fue acogida como realmente no merece. Sagarra tuvo conmigo deferencias y camaraderías que nunca se me olvidarán. Además, yo soy catalanista furibundo, simpaticé mucho con aquella gente tan construida y tan harta de Castilla».
Habla el que viene de fuera, del reino de Granada, y se siente uno más. Estuvo en Barcelona varias veces, en Figueres y en Cadaqués al principio y en Girona y Empúries, en Sitges, en Tarragona, en Badalona, puntualmente.
Ese amor de Federico se entiende muy bien leyendo el libro de Antonina Rodrigo, García Lorca en el país de Dalí (2004). Lorca, Dalí, Barcelona, es un tema en que la autora lleva profundizando más de 40 años. Lo sabe todo. El texto es riquísimo en testimonios, con multitud de correspondencia. Hablan los amigos de Federico y él mismo. Nos explica sus años en la residencia de Estudiantes, sus estancias en 1925, en 1927, 1932 y 1935. Nos habla de su amistad con Dalí y su hermana Ana María, con Margarita Xirgu, con Rafael Barradas, con Sebastià Gasch, con Lluís Montanyà,…
EL FLECHAZO, EN LA RESIDENCIA CON DALÍ
Federico nace en Fuente Vaqueros, el 5 de junio de 1898, hace ya 121 años. Cuando tiene 11, en 1909, la familia se traslada a Granada y en 1914 entra en la Universidad para estudiar Filosofía y Letras y Derecho. Tiene también formación musical. De la biografía del pequeño Federico me apasiona pensar en los viajes que, con su profesor de literatura y arte, Martín Domínguez Berruete, hace primero por Baeza, donde conoce a Antonio Machado, Úbeda, Córdoba y Ronda y más tarde por El Escorial, Ávila, Medina del Campo, Salamanca, donde conoce a Unamuno, Santiago de Compostela, La Coruña, Lugo, León, Burgos, Segovia y Madrid. En otoño de 1919, con 21 años, recomendado por su profesor de derecho Fernando de los Ríos, futuro ministro de Instrucción Pública, y con otros jóvenes estudiantes granadinos, va a Madrid, a la Residencia de Estudiantes, donde estará, intermitentemente, hasta 1928. Federico será el residente más alegre: canta, cuenta historias, recita poesías, interpreta música, se disfraza, actúa. Buñuel dice que tenía “un magnetismo al que nadie podía resistirse”. En setiembre de 1922, llega Dalí a la residencia, tiene 18 años, viene a hacer las pruebas de acceso a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a “hacer la carrera de pintor” y no para de pintar. Allí se encuentran un grupo de jóvenes entusiastas, llenos de ideas y que forman un grupo inolvidable. Federico y Dalí son unos amigos muy especiales.
Dali, Moreno Vila, Buñuel, Federico, José Antonio Rubio
Dali, Federico, Pepín Bello
EL ENAMORAMIENTO
1925, CADAQUÉS. LECTURAS DE MARIANA PINEDA.
En 1925 Dalí invita a su gran amigo Federico a pasar la Semana Santa con su familia a Cadaqués. Tiene una gran acogida. Destaca la simpatía de Ana María, que conserva aún unos tirabuzones que encantan a Federico que la compara con el arcángel san Gabriel. El emplazamiento único de Cadaqués, la combinación de la montaña y el mar, por donde pasea, enamora al poeta. Visita también Girona y Empúries.
Una tarde Dalí propone al poeta que lea a la familia la obra que lleva en la maleta: Mariana Pineda. Entusiasma a los Dalí. El padre, notario de Figueres, le propone repetir la experiencia en la capital ampurdanesa días después. De nuevo Federico se pone al público en el bolsillo y los presentes, agradecidos, deciden organizar un banquete de homenaje en su honor y también una audición de sardanas. Hay una tercera lectura de la obra al llegar a Barcelona, en el Ateneu Barcelonés, en petit comité, y que termina con un nuevo banquete en el restaurante El Canari de la Garriga, en el carrer Llúria.
A partir de esa estancia, Federico queda vinculado a Catalunya, por sus gentes, sus tradiciones y su cultura tal y como explica en la carta a su amigo. No es extraño, pues, que nuestro enamorado vuelva pronto.
Foto de 1927. Aunque en la foto, hecha por un fotógrafo callejero, Federico pone Urquinaona, la foto está tomada en el Portal de la Pau, junto a las Golondrinas, enfrente del edificio, de estilo afrancesado, que acoge la Autoridad Portuaria.
TRES AÑOS DE AMORES CORRESPONDIDOS:
1927. EL ESTRENO DE MARIANA PINEDA, EXPOSICIÓN EN LA GALERÍA DALMAU Y CADAQUÉS
Dos años después de su estada con los Dalí, Federico volvía Barcelona para el estreno de su obra Mariana Pineda, aquella obra que había leído en Cadaqués, Figueres y Barcelona dos años antes. Federico ha hecho llegar el texto a la actriz Margarita Xirgu y a ésta le ha encantado y quiere estrenarla. Tras cumplir sus compromisos actuales, la Xirgu decide que el acontecimiento sea en el teatro Goya, en la Ronda de Sant Antoni. Dalí se encargará de los decorados y para concretar el trabajo y estar con su gran amigo Federico se traslada a Figueres a principios de mayo. Desde allí volverá a Barcelona para seguir los ensayos. Se aloja en el Hotel Condal del carrer Boqueria, hasta que llega el gran día.
El estreno es un éxito. Federico ha de salir a saludar al finalizar cada una de las representaciones. Después de Barcelona Mariana Pineda, con Margarita Xirgu, se presenta en San Sebastián y en Madrid.
Federico no se limita, en esta visita, a su labor teatral. Por sus contactos con el malogrado pintor uruguayo Rafael Barradas, conoce al crítico Sebastià Gasch. Se citan en el Oro del Rhin, situado en la Gran Via con Rambla Catalunya, y se hacen buenos amigos. Federico le enseña a Gasch los dibujos que hace y no duda que merecen ser expuestos. Al día siguiente del estreno de Mariana Pineda, el 25 de junio, se inaugura la exposición con 25 cuadros del poeta en las Galerías Dalmau, entonces en el número 62 de Passeig de Gràcia, donde se había trasladado desde la calle Portaferrissa. Este hecho llenó de alegría al poeta que siempre dijo que en Barcelona se le había considerado pintor: “si no llega a ser por vosotros, los catalanes, yo no habría seguido pintando”, escribió a su amigo Sebastià Gasch.
Federico hace grandes amigos en Barcelona. Integrado en el grupo de escritores de L’Amic de Les Arts. Va al Ateneillo, en l’Hospitalet, donde vive Rafael Barradas, frecuenta las tertulias del café Colón, el Lyon d’Or o el Café de la Rambla.
Y tras estos días ajetreados Federico y Dalí se reencuentran en Cadaqués para estar con la familia Dalí. Les acompaña un compañero de la Residencia, el guitarrista Regino Sainz de la Maza. Mientras Salvador se pasa buena parte de tiempo pintando en el estudio, Federico pasa el día con Ana María y las gentes de la zona. Entre los dos amigos, esos primeros años, hay un juego amoroso. En su correspondencia, publicada en el libro Querido Salvador, Querido Lorquito, flirtean continuamente.
Tras estos tiempos felices, Federico se aleja de la ciudad por un tiempo, pero no de sus amigos. Se cartea con ellos, especialmente con Sebastià Gasch. Si Federico ha publicado un poema en la revista L’Amic de les Arts, sus amigos catalanes lo harán en Gallo, la nueva revista que promueve Federico y de la que aparecerán dos números.
En junio 1929, a causa de penas de amores, el poeta embarca hacia Nueva York, vía Paris y Londres, y después a Cuba hasta junio de 1930. De nuevo el viajero Federico encontrará en sus nuevas vivencias los temas nuevos para su poesía.
La relación con Dali se va distanciando sin llegar a la ruptura. Dali se convierte en un enfant terrible surrealista. En el Ateneu, en 1930, se mostrará provocador. Dirá que escupe sobre la tumba de su madre. Rompe con la familia. Llama “gran pederasta” y “putrefacte pelut” a Àngel Guimerà. Intentan agredirle. También el poeta recibe las iras del pintor. Dalí conocerá a Gala.
1932, UNA CONFERENCIA EN EL RITZ DEL POETA EN NUEVA YORK
Ha pasado bastante tiempo desde que marchara de Barcelona y aunque en sus cartas a sus amigos, sobre todo a Sebastià Gasch, expresa su deseo de ir a Barcelona no será hasta diciembre de 1932 cuando los barceloneses vean de nuevo al poeta. Llega invitado por el Conferencia Club, institución promovida por Cambó para que la élite barcelonesa entre en contacto con la cultura de su época. Federico viene a dar una conferencia sobre Un poeta en Nueva York, donde pone en poesía lo que su viaje ha inspirado. La conferencia tiene lugar en el salón de actos del Ritz (hoy Palace). Sorprende un poco esta actividad ya que entonces Federico lleva el teatro a las clases populares con La Barraca y viste su mono azul de mecánico. En el Ritz lee fragmentos de sus poemas, aún sin publicar, y explica cómo se han gestado. Las expectativas eran altas. Y el acto termina en una cena, de nuevo, en El Canari de la Garriga.
No fue la única lectura, poco después el grupo ADLAN, Amics de l’Art Nou, organizó una lectura privada, en la casa particular de la señorita Adelita Lobo, en el Paseo Nacional (hoy Joan de Borbó), en la Barceloneta.
1935, UN AÑO INTENSO DE TEATRO
Y Federico aún estuvo una vez más en Barcelona, fue en 1935, lo haría de nuevo con motivo de su actividad teatral Llegó a principios de setiembre y está hasta finales de año. Al principio se aloja en casa que Margarita Xirgu tiene en Badalona. La actividad de Federico es frenética entre estrenos, representaciones y actos culturales.
El 10 de setiembre, la compañía de Margarita Xirgu, estrena en el Teatro Barcelona, La dama boba, obra de Lope de Vega adaptada por Federico. En el contexto de la celebración del tricentenario del nacimiento de escritor. Formaba parte de un grupo de obras del escritor (Fuenteovejuna llega más tarde al Olympia el 23 de octubre). Las representaciones son un éxito y se representó a lo largo de dos meses.
Del 17 septiembre y hasta el 14 de octubre, tienen lugar en el mismo Teatro Barcelona, las últimas representaciones de Yerma. La obra se había estrenado en Madrid y empezó con polémica promovida por la prensa conservadora atcada por su inmoralidad y con connotaciones políticas debido a los apoyos que el poeta y la Xirgu habían hecho al presidente Azaña tras la situación que siguió a los Fets d’octubre de 1934. Con todo, la obra en Madrid fue un éxito y llegó a más de 100 representaciones. Allí, tras una función en el Teatro Español Federico se refirió a “la gran Margarita Xirgu, actriz de inmaculada historia artística, lumbrera del teatro español y admirable creadora”, la frase acompaña al monumento a la actriz en una pequeña plaza del Raval, junto al Teatre Romea donde se dice que está su fantasma.
Se encuentra por última vez con Dalí, es en Tarragona, a finales de setiembre.
El 6 de octubre, el, Federico y la Xirgu participan en un acto organizado por la sección de Literatura i Belles Arts del Ateneu Enciclopédic Popular, en el Teatro Barcelona, con una conferencia-recital para recordar el primer aniversario de la revolución de Asturias. Hay tanto público que han de poner altavoces en el vestíbulo para que lo oigan en la calle los que no pueden entrar. Federico no habló nunca ante un público tan numeroso.
El 19 de octubre reciben un homenaje del Lyceum Club en el Café de las Ramblas.
El 22 de noviembre presenta Bodas de sangre en el Teatro Principal Palace. Margarita Xirgu hace el papel de la madre. Se muestra la tragedia que se desencadena cuando aparece “…un cuchillito que apenas cabe en la mano…”. Federico se deja ver en algunos locales del raval: el Eden Concert, Villarosa, casa Juanito Eldorado Cal Manquet, La Criolla, Cal Sagristà… por la rambla va al Lyon d’Or, La Horchatería Valenciana y en la Plaça Reial se le ven en el Glacier, El Suizo.
El 12 de diciembre estrena de nuevo en Barcelona, se trata de Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores. Su último estreno es en el Teatro Principal Palace de la Rambla.
En casa de Conchita Badia la acompaña al piano para interpretar: “Los cuatro muleros”.
El 13 de diciembre, Margarita Xirgu ofrece a los críticos un banquete en el restaurante Miramar, en Montjuïc, la acompaña Federico.
El 14 diciembre acude, con un grupo de admiradores, al cementerio de Montjuïc, donde se ha colocado un monumento junto a la sepultura de Isaac Albéniz. Federico lee un Epitafio a Isaac Albéniz que ha escrito para el acto.
El 19 de diciembre Federico es invitado a dar una conferencia musical en el casal del Metge, en la Via Laietana, se titula “Como canta una ciudad, de noviembre a noviembre”. Diserta y toca el piano recordando a Granada. La Xirgu, que no pudo ir al acto por motivos profesionales, tiene su sesión privada al terminar la función en el teatro. En el restaurante de la Estación de Francia Federico repitió su conferencia frente a un piano.
Como las floristas de la Rambla envian un ramo a la Xirgu cada día que interpreta Rosita la soltera, ésta decide dedicar una sesión a ellas. El 22 de diciembre 1935, tras saludar a las floristas, desde los árboles en la rambla y desde el escenario, Federico hablaba de nuestras ramblas
<< la calle más alegre del mundo, la calle donde viven juntas a la vez las cuatro estaciones del año, la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre: Rambla de Barcelona.
Como una balanza, la Rambla tiene su fiel y su equilibrio en el mercado de las flores donde la ciudad acude para cantar bautizos y bodas sobre ramos frescos de esperanza y donde acude agitando lágrimas y cintas en las coronas para sus muertos. Estos puestos de alegría entre los árboles ciudadanos son el regalo del ramblista y su recreo y aunque de noche aparezcan solos, casi como catafalcos de hierro, tienen un aire señor y delicado que parece decir al noctámbulo: “Levántate mañana para vernos, nosotros somos el día”. Nadie que visite Barcelona puede olvidar esta calle que las flores convierten en insospechado invernadero, ni dejarse de sorprender por la locura mozartiana de estos pájaros, que, si bien se vengan a veces del transeúnte de modo un poquito incorrecto, dan en cambio a la Rambla un aire acribillado de plata y hacen caer sobre sus amigos una lluvia adormecedora de invisibles lentejuelas que colman nuestro corazón.
Se dice, y es verdad, que ningún barcelonés puede dormir tranquilo si no ha paseado por la Rambla por lo menos una vez, y a mí me ocurre otro tanto estos días que vivo en vuestra hermosísima ciudad.
Toda la esencia de la gran Barcelona, de la perenne, la insobornable, está en esta calle que tiene un ala gótica donde se oyen fuentes romanas y laúdes del quince y otra a la abigarrada, cruel, increíble, donde se oyen los acordeones de todos los marineros del mundo y hay un vuelo nocturno de labios pintados y carcajadas al amanecer.
Yo también tengo que pasar todos los días por esta calle para aprender de ella cómo puede persistir el espíritu propio de una ciudad >>.
Al día siguiente, el 23 de diciembre se da a Federico una cena de homenaje, es en el hotel Majestic, en Passeig de Gràcia, donde se aloja. Una foto extraordinaria recuerda el acontecimiento:
El 6 de enero de 1936 Margarita Xirgu se despedía de Barcelona en el Principal Palace interpretando Doña Rosita y, como regalo, añadió fragmentos de las obras de Federico, de Yerma y de Bodas de sangre. Ninguno de los dos volvería. Fueron a Badalona, Logroño y Bilbao donde se despidieron, con promesas de Federico de unirse a la gira por Sudamérica en abril en México. El 31 de enero Margarita marcha en barco desde Santander hacia Cuba. El inicio de la guerra civil, meses después, la sorprende fuera del país y ya no vuelve, morirá en 1969 en Uruguay. Federico llega a Granada días antes del golpe de Estado. El 19 de agosto de 1936, en Víznar lo asesinaban.
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La esencia de la ciudad se pierde con cada una de estas noticias, y alguien ha de hacer algo ya.
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