Un café con Juan Avellaneda

Este verano, Santa Eulalia ha inaugurado un nuevo pop-up en su boutique con la primera colección de Juan Avellaneda. El joven diseñador barcelonés ha creado una colección de moda masculina para vestir al hombre actual y sofisticado, tanto en momentos casual como en otros más elegantes.

El imponente pop-up, ideado por Jaime Beriestain, recrea el espíritu Avellaneda a través de una estructura de mármol negro de Marquina con el logotipo de la firma grabado en cobre. Una combinación que refleja el equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo, al igual que  cada una de las prendas de la colección.

Los materiales de gran calidad y una exquisita confección son el sello de identidad de Juan Avellaneda, firma que seguro dará que hablar en un futuro muy próximo.

Por eso mismo, hemos querido conocer un poco más sobre el diseñador barcelonés, a quien conocimos durante el evento de presentación en Santa Eulalia.

Juan, cuéntanos cómo empezó todo ¿llegar hasta aquí siempre ha sido tu sueño?

Llegar hasta aquí sin duda ha sido un sueño. Reconozco aún que pasear por Paseo de Gracia y entrar en una boutique como Santa Eulalia -reconocida como una de las 30 mejores tiendas a nivel mundial - y ver el pop up, me resulta increíble. Es cierto que hay muchísimo trabajo detrás y muchísima ilusión, así como una gran apuesta por su parte, pero aparte de un sueño cumplido para mi es una gran dosis de confianza para salir en un entorno internacional e intentar hacerme un hueco.

¿Cómo ha sido el camino?

Ha sido como dije anteriormente, un camino repleto de ilusión y trabajo, pero también de mucho apoyo, tanto de personas muy próximas a las que quieres y te “soportan” cuando estas nervioso o inquieto, también grandes conocedores del negocio de la moda como Luis Sans, que ha apostado desde el primer momento por Avellaneda y me ha dado muy bueno consejos; así como amigos como Jaime Beriestain, que me ha ayudado con la creación del pop up. Sin duda alguien también muy importante y que me entiende totalmente a la hora de plasmar en una fotografía al hombre que quiero representar, o de captar la esencia de cada persona en la sección Real People, es el fotógrafo Javier López, quien desde el primer momento del proyecto lo ha apoyado incondicionalmente.

¿Qué te inspira?

Puede sonar tópico, pero me inspira la vida, lo que tengo a mi alrededor.

¿Cuáles son tus diseñadores o artistas de referencia?

Siempre me ha generado una especial fascinación la figura de Yves Saint Laurent. Por otra parte, alguien a quien he admirado siempre es Tom Ford. La clase, elegancia e irreverencia de sus campañas, así como el cuidado de su propia imagen y la de su marca, me parecen excelentes y admirables.

También encuentro muy interesantes las propuestas de Thom Browne, ya que me divierte la reinterpretación que hace de la sastrería masculina, aunque reconozco no es mi estilo pero aplaudo todos sus desfiles y propuesta. A la hora de trabajar la piel, sin duda, Hermès y Loewe son mis grandes influencias.

¿Qué supone para ti estar en Paseo de Gracia, junto a las grandes firmas de lujo?

Todo un privilegio, y un gran empujón para seguir luchando para conseguir estar en más sitios. Uno cuando crea algo esta seguro de su producto si es bueno, o de su concepto, pero cuando de repente se consigue lo que se ha conseguido hasta ahora, es una inyección de confianza increíble.

Tu primera colección ya está en Santa Eulalia ¿dónde estará la próxima?

Si me permites soñar, me encantaría poder estar en boutiques como Colette, Corso Como, Excelsior, Bergford Goodman, entre otras y en online en MrPorter. Son boutiques de referencia en el mundo de las tendencias y del lujo, muy exigentes, como puede ser Santa Eulalia.

¿Qué otras tiendas de Barcelona podrían acoger las prendas de Avellaneda?

En Barcelona se pueden encontrar accesorios de Avellaneda en Outpost, y para propuestas un poco más arriesgadas en Jean Pierre Bua.

¿Qué te aporta el “made in Barcelona”?

Obviamente Barcelona ayuda a internacionalizar cualquier marca al ser una ciudad inmejorablemente posicionada como una de las ciudades más creativas y atractivas de Europa. Cuando se camina por sus calles se puede ver en la arquitectura, en el diseño antiguo y moderno, cientos de años de evolución que la han convertido en todo un emblema del diseño más internacional.

¿Qué no puede faltar en tu armario?

Sin dudas piezas de piel o peletería, piezas con tejidos nobles, más atrevidas o menos, pero siempre de mucha calidad y bien confeccionadas. La moda evoluciona, la calidad permanece. Las exteriores (abrigos, chaquetas…) o los accesorios, son los que realmente marcan la diferencia.

Me acordaré siempre cuando con 16 años rescaté un abrigo de mi padre de Shearling y piel, un abrigo que se llevaba el cuando el tenia 25, el cual reconozco me iba bastante grande, pero me parecía especial, me lo puse y parecía totalmente actual, incluso las imperfecciones que ya podía tener el abrigo por el paso de los años y de usarlo, le daban carácter y era porque la piel era excelente. Si la base es buena al final se puede adaptar y tener piezas que nos acompañen siempre.

¿Por qué diseño masculino?

Me parece fascinante y un reto. Muchas personas piensan que el diseño masculino no evoluciona como el femenino, pero no es así. Quizás el diseño masculino puede parecer más simple, pero lo simple es muy difícil. Perfeccionar algo normal y clásico es lo más complicado.

¿Y alguna vez veremos una colección Avellaneda para mujer?

Por el momento lo descarto, pues quiero centrarme al 100% en moda masculina.

A través de su página web, Juan Avellaneda ofrece el servicio “Made to Order”, a través del cual realiza piezas a medida totalmente personalizadas. ¿Qué es lo más sorprendente que te han llegado a pedir?

Una “hoodie” de cocodrilo forrada en visón.

¿De dónde provienen tus clientes?

Hay mucha variedad, tanto gente local, como de ciudades europeas, alguno americano y alguno de Asia. Muy variado la verdad.

¿”High cost” o “low cost”?

Sinceramente no me gusta hablar de high cost o low cost, sino de piezas de calidad alta o calidad más baja. Al final pagamos por la confección y materiales. No es lo mismo una lana que un cashmere 100%, ni un bordado a mano que un bordado a maquina. O un cuarzo que un diamante. Sin calidad, las prendas tienen una vida limitada. La idea es ofrecer piezas de muy alta calidad y muy bien acabadas, con una marcada esencia atemporal, y que poco a poco irán incorporando otras prendas más complejas o vistosas, algunas siguiendo las tendencias y otras no tanto. En las colecciones predominan los materiales nobles, así como las pieles, el ante y el cuero. No se trata de dinero, si no de buenas piezas.

En los últimos años, las firmas españolas “low cost” han despuntado a nivel internacional. En cambio, nosotros alabamos el “high cost” que viene de fuera. ¿Qué opinas de esta situación?

Hay firmas españolas que hacen cosas muy interesantes y de muchísima calidad, incluso muchas producciones de firmas como Hermès, Gucci, Loewe, etc. se realizan en España, aunque es cierto que no lo hacen con firma propia. Las firmas low cost han tenido mucha mas repercusión por visionarios y emprendedores como el Sr. Andic o el Sr. Ortega, han llegado a democratizar la moda además de ayudar a entenderla y huir de lo más clásico, quizás por eso se ha escuchado tanto sobre el low cost, además de ser un producto mucho más popular.

Antes nos has comentado que recorrer Paseo de Gracia admirando las grandes boutiques de lujo es algo que sueles hacer. ¿cuáles se han convertido en tus rincones favoritos de la vía barcelonesa?

Para esto, os recomiendo una aplicación muy interesante que se llama BcnbyBcn, es una APP para iphone en la que varias personas como arquitectos, abogados, celebridades, incluso diseñadores como yo, recomendamos nuestros sitios preferidos de una forma muy personal y explicando el porque. En mi caso recomiendo el Concept Store de Jaime Beriestain, Boutiques como Santa Eualalia o su café para relajarse y leer, Jean Pierre Bua para piezas más atrevidas y Outpost para complementos, restaurante como El Japonés del Grupo Tragaluz, donde podría cenar cada noche o El Petit Bangkok perdido en medio de gracia, así como propuestas como es ir a las casas de subastas algún domingo a comprar o a inspirarse.